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Auge y caída de un 'coach' clave en el éxito de Apple y Google
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BILL CAMPBELL PIERDE INFLUENCIA EN EL VALLE

Auge y caída de un 'coach' clave en el éxito de Apple y Google

Tras su gloriosa edad dorada, en la que llegó a ser el ideólogo de la estructura de Google y las tiendas de Apple, el entrenador de ejecutivos ha caído en picado

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Detrás de toda gran corporación hay un gran entrenador de ejecutivos, un coach de talento, como se suele etiquetar en la jerga corporativa a los profesionales cuyo trabajo consiste en motivar a los empresarios para que saquen, en cada situación, lo mejor de sí mismos. Son como un libro de autoayuda para emprendedores en carne y hueso, abierto las 24 horas del día, y su labor se ha convertido en esencial en las nuevas empresas de base tecnológica.

En las últimas décadas, en Estados Unidos, cantera de los mejores coachs del mundo, ha habido uno que ha destacado por encima de todos los demás, elevando hacia el éxito a decenas de empreasarios de internet, aunque su perfil público es tan bajo que apenas ha trascendido más allá del circuito de Silicon Valley, donde se le considera una autoridad, un gurú que de verdad merece el sustantivo.

Su nombre es Bill Campbell, un exentrenador de fútbol americano que encontró en el ecosistema de startups surgido en el último de cuarto del siglo XX en Estados Unidos, cuando arrancó la edad del silicio, el camino para aprovechar su talento como líder de equipos. En la sombra, ha entrenado a los mejores talentos tecnológicos del país, aunque se dice de él que jamás ha firmado una factura que contemplase sus servicios como coach.

En la actualidad, tiene 69 años. Después de más de treinta en el candelero, etapa en la que ha sido partícipe del éxito de multinacionales como Apple o Google, parece que su edad dorada en el valle está tocando a su fin. Salió de Twitter por la puerta de atrás, envuelto en críticas severas tras haber generado una guerra interna; y después de haber despedido en 2013 a Ron Johnson como CEO de JC Penney, Campbell empieza a ser visto como un simple liquidador que ha perido la magia del principio.

Experto en marketing

La gestión de modelos de negocio y estructuras empresariales son sus puntos fuertes. Fue gracias a estas aptitudes como se convirtió en amigo de Steve Jobs, además de en su consejero particular: ambos salían a pasear los domingos para discutir las cuestiones más filosóficas de la empresa, tratando de adelantarse al futuro del mundo. Steve Jobs llegó a decir de Campbell: "Hay algo profundamente humano de él."

Experto en marketing, y descrito por sus allegados como uno de los mejores comerciales del mundo, el coach Campbell fue el artífice del inesperado contrato que permitió que millones de personas viesen en la Super Bowl el anuncio de Mac rodado por Ridley Scott. Además, como vicepresidente de marketing de la firma de la manzana, a él se deben los éxitos de ventas de varias líneas de negocio de Apple, desde la división Claris, su primer éxito sonado, hasta el actual modelo de las Apple Store, donde subyace la mano de Bill Campbell.

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Su buen hacer le permitió ocupar un puesto en la junta de dirección de Apple, silla que sigue manteniendo, aunque después de haberse deshecho en lo últimos años de una gran parte de sus acciones, su actividad dentro de la compañía de Cupertino ha decaído.

Genio de la contratación

El entrenador Campbell también empredió por su cuenta: lanzó Intuit, una empresa de software que cotiza en bolsa y de la que fue CEO durante años, antes de pasar a ocupar una posición nominal como presidente en los últimos años. Sin embargo, una de sus últimas gestas, también silenciosa, como en el caso de Apple, tiene que ver con uno de sus máximos rivales: Google. Campbell es un freelance, por eso no se casa con nadie.

Hay una frase de Eric Schmidt que resume a la perfección su labor dentro de la compañía. "No es exagerado decir que su contribución a Google fue esencial a la hora de diseñar la estructura y la organización de la empresa". Pronto se hizo imprescindible y encontró un hueco en las reuniones de los lunes, donde se deciden los asuntos más importantes de Google, no sólo sobre las principales líneas de actuación de la empresa, sino también a nivel de organización interna, nombramientos, destituciones y contrataciones, para las cuales Campbell siempre ha tenido un ojo de halcón.

En Google culminó su mejor obra. Las empresas emergentes, en las que todavía existen serias incertidumbres sobre sí tendrán éxito o fracasarán en el mercado, suelen contratar a directivos de perfil bajo en las primeras etapas sin tener en cuenta las posibilidades de crecimiento. Sin embargo, Campbell es partidario de contratar desde el principio a los mejores profesionales, a quienes somete a un exhaustivo seguimiento.

El ocaso de su carrera

El principio del fin para la carrera del mejor coach de Silicon Valley llegó de la mano de Twitter, donde su estilo de gestión old school causó más problemas que beneficios.

Según el libro de Nick Bilton sobre la historia de la red social (Twitter, una historia real de dinero, poder, amistad y traición) el entrenador de ejecutivos generó una guerra interna, basada en todo tipo de intrigas y conspiraciones en los despachos, que terminó con la destitución, primero, de Dick Costolo; y posteriormente de Evan Williams. Una estrategia que volvió a poner en práctica el año pasado, firmando la destitución, solo 17 meses después de su entrada, del ex jefe de las ventas minoristas de Apple, Ron Johnson, de la firma JC Penney.

No obstante, Silicon Valley le recuerda por sus antiguas gestas. "Cuando cuentas con Bill para entrenar a los empresarios, es como tener comodines adicionales en un juego de cinco cartas", dijo sobre él Bill Gurley, de la firma de capital riesgo Benchmark Capital. "Después de mi padre, él es la figura masculina más importante de mi vida", ha confesado Danny Shader, consejero delegado de Jasper Wireless. En un antiguo bar de Silicon Valley, todavía se conserva la placa de bronce (Coachs's corner, reza) en honor a las charlas que Bill Campbell, cerveza en mano, solía regalar a los jóvenes emprendedores de Palo Alto.

Detrás de toda gran corporación hay un gran entrenador de ejecutivos, un coach de talento, como se suele etiquetar en la jerga corporativa a los profesionales cuyo trabajo consiste en motivar a los empresarios para que saquen, en cada situación, lo mejor de sí mismos. Son como un libro de autoayuda para emprendedores en carne y hueso, abierto las 24 horas del día, y su labor se ha convertido en esencial en las nuevas empresas de base tecnológica.

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