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Probamos el LG Gram, el portátil más ligero del mundo: 970 gramos nunca dieron tanto
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Probamos el LG Gram, el portátil más ligero del mundo: 970 gramos nunca dieron tanto

Este ordenador sorprende desde que lo coges entre manos. Un peso pluma que conlleva algunas renuncias. Pero no son ni en tamaño de pantalla, ni en conexiones ni en batería

El efecto 'wow'. Podían haber tenido a bien llamarlo 'hala', 'joder' o 'c*ño', que el léxico patrio es bien rico en vocablos cañís para mostrar sorpresa. La cuestión es que esta fórmula se emplea en el gremio de la tecnología cuando uno se encuentra con un 'gadget' diferente, que rompe con la monotonía demasiado recurrente en estos días. Todas esas palabras las he escuchado estos días con el LG Gram que, en resumen, es la ligereza hecha portátil. Sí, LG hace ordenadores. Y aunque no es uno de los grandes jugadores del mercado, sí que ha conseguido una propuesta con identidad.

He convivido varias semanas con el último modelo de la marca. Concretamente, con el de 14 pulgadas. Con ese tamaño de pantalla hay algunos equipos que sobrepasan, holgadamente, el kilo y medio. En este caso, se queda en 970 gramos. La sensación al cogerlo es fabulosa. “No pesa nada”. Esa es la frase más repetida. En el caso del modelo 'vitaminado', que cuenta con un panel de 15,6 pulgadas, esta experiencia es aún mayor: la báscula marca 1,09 kilogramos.

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Portátil hasta la médula

placeholder LG Gram, poco peso con pocas renuncias. (E. Villarino)
LG Gram, poco peso con pocas renuncias. (E. Villarino)

Acostumbrado a mi Macbook Pro, salir de casa con el ordenador era hacerlo con la mochila. Con el Gram, nada de eso. Aunque no deja de ser raro ver a alguien con el portátil en la mano en el metro, yo lo he hecho estos días y es cómodo. El agarre se refuerza por la esbelta figura del susodicho. Un grosor de 15 milímetros. Casi nada. Lo mismo que a la hora de trabajar con el portátil en las piernas o en el tren. Es cómodo. Muy cómodo de manejar.

En la vida real no puedes medir metro 90, pesar 60 kilos y estar 'mazado'. Pues en la electrónica de consumo tampoco. El peaje que paga este ordenador es el de los materiales exteriores. Han tenido que renunciar al metal. Pero los coreanos han tirado de ingenio y le han dado un acabado 'peculiar' (se siente áspero sin llegar a ser rugoso) a base de magnesio y nanocarbono, que en un primer término puede llegar a confundirse con el plástico, que puede quitarle algo de atractivo en una primera impresión. Lo cierto es que resuelven bien esta ecuación aunque hay veces que se echa en falta la robustez del metal. Pero lo dicho: no podemos tener todo.

No se puede medir 1,90, estar mazado y pesar 60 kilos. Con el LG Gram ocurre lo mismo

Este diseño podía haber conllevado otros sacrificios como el apartado de conectividad o el de los puertos. Nada de esto ocurre. Ninguna renuncia en el apartado de los puertos. Tiene muchos teniendo en cuenta sus medidas. En el lateral izquierdo contamos con un HDMI, un USB 'tradicional' (3.1 a 5Gbps) y un USB Tipo C. También está aquí el conector del cable de corriente. En el lado opuesto encontraremos, por este orden, una ranura para microSD, un conector 'jack' y otro USB.

La diferencia entre lo bueno y lo mejor

placeholder LG Gram, poco peso con pocas renuncias. (E. Villarino)
LG Gram, poco peso con pocas renuncias. (E. Villarino)

Al abrirlo nos encontramos con un generoso teclado QWERTY retroiluminado. Sin más observaciones en este aspecto. No se puede decir lo mismo del 'trackpad'. El recubrimiento de esta pieza —fundamental para lograr una buena experiencia de usuario— hace que los movimientos a veces sean un tanto imprecisos. En este aspecto siempre hay un claro ganador: Apple, que ha conseguido que esto vaya como la seda en sus equipos.

Con la pantalla, como ya hicieron otros como el Matebook X, se han subido al carro de eliminar al máximo los marcos. Sus responsables aseguran que han metido 14 pulgadas en un cuerpo que correspondería tradicionalmente a uno de 13. Y lo cierto es que han logrado darle una presencia imponente.

Al Gram le pasa lo que a muchos otros portátiles de Windows: le falta fluidez. Aquí, el rey es el Mac

Sin embargo, aún se puede apreciar un buen trozo de bisel que seguir mermando en próximas ediciones, especialmente en la parte superior e inferior. "Pero ¿dónde pones la cámara entonces, graciosete?". Pues básicamente donde está ahora mismo: en la parte interior de la bisagra. La idea sobre el papel está muy bien, pero en realidad presenta algunos problemas. El primero es que durante una videollamada de Skype, si tomas notas, tus dedos se colocarán en primer plano constantemente. Y segundo, y no menos importante, que a nadie le sienta bien que le enfoquen desde abajo. (No, a ti no. Ni a ti. Tampoco. Convéncete).

Pantalla: no está mal, pero...

placeholder LG Gram, poco peso con pocas renuncias. (E. Villarino)
LG Gram, poco peso con pocas renuncias. (E. Villarino)

La pantalla es uno de los puntos que me generan sensaciones encontradas. Si se cumpliese toda la carta a los Reyes Magos, entonces tendría un ordenador de 2.000 euros o más o un equipo que aún no existe. Aquí tenemos un panel IPS. Resolución 1920 por 1080 píxeles. No llega a las cotas que ofrecen otros equipos de este tamaño.

Obviamente, no hablamos de 4K (otra cosa es el debate de si en una pantalla de estas características merece la pena esta resolución), pero en algunas ocasiones el ojo te pide un poco más. Tanto la reproducción de colores como los ángulos de visión tienen un notable alto. Tiene un pega adicional: el brillo máximo. Con sus 300 nits no tendrás problemas en interiores, pero en ambientes exteriores muy iluminados sufre un poco, entre otras cosas por su acabado mate.

Rendimiento en el día a día

placeholder LG Gram, poco peso con pocas renuncias. (E. Villarino)
LG Gram, poco peso con pocas renuncias. (E. Villarino)

El LG Gram es un equipo ideal para el usuario convencional, el de las tareas del día a día. La unidad que hemos tenido para esta prueba viene equipada con un procesador Intel Core i5 de séptima generación y 8 GB de RAM, a lo que hay que añadir 256 GB de memoria interna. La mejora es notable frente a la anterior generación. No hay problemas para tener múltiples documentos abiertos de texto, hojas de cálculo, varias pestañas… y cualquier cosa que haya tenido que realizar en la oficina de lunes a viernes.

La gráfica, una Intel HD 620, deja que desear en los juegos más exigentes. Obviamente, este no es un equipo pensado para los jugones. En líneas generales, como digo, no he notado problemas, me ha resuelto sin problemas lo que le he pedido y se me ha calentado ligeramente en contadas ocasiones (por ejemplo, al 'renderizar' algún vídeo). Cabe aquí comentar que los ventiladores, escondidos en el mecanismo de bisagra, son especialmente silenciosos. Aunque es cierto que otros equipos de su categoría, como el Spectre 13 de HP, entre otros, pueden dar más potencia.

Todo tiene un sentido: la autonomía

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LG Gram, poco peso con pocas renuncias. (E. Villarino)

Pero toda esta concepción —el de la resolución de pantalla y rendimiento un paso por detrás— cobra algo más de sentido cuando hablamos de la autonomía. Los padres de la criatura han hablado siempre de hasta 12 horas sin tener que enchufarlo. Yo no he llegado hasta ahí. Pero he superado en varias ocasiones las 10 horas, algo que da para una jornada de trabajo. Algo sobresaliente a estas alturas de la película. Tenerlo recargado al cien por cien te llevará cerca de dos horas y cuaro.

El LG Gram supera las 10 horas de autonomía. Eso da para cubrir una jornada de trabajo sin enchufe

El sistema que viene por defecto es el Windows 10 Home Edition. No hay que hacer muchas más observaciones en este aspecto. Que al final estamos juzgando Windows y las aplicaciones que ha metido LG no son nada intrusivas. Es decir, no es, ni de lejos, una capa de personalización como las que vemos en Android.

¿Es un portátil para mí?

placeholder Foto: E. Villarino.
Foto: E. Villarino.

Las sensaciones que me deja este equipo son en general muy buenas. Cumple lo que la mayoría de usuarios necesitan en su día a día y su diseño es sobresaliente —en peso y grosor—, aunque quizá le falte cierto toque prémium en su exterior. Donde más puede flaquear sea en el rendimiento si lo comparamos con otros equipos de este rango de precios.

Si el 'trackpad' (un problema que aqueja en general a muchos fabricantes de PC) y la pantalla hubiesen afinado más, estaríamos ante un equipo sobresaliente. Aunque el precio de salida era superior, ya lo puedes encontrar en las grandes plataformas (como Amazon o El Corte Ingles) por 1.000 euros. Si buceas un poco más, igual encuentras una rebaja adicional. Si lo que te importa es autonomía y tener un equipo cómodo de llevar, esta es una muy buena opción. Nunca un peso tan bajo conllevó tan pocas renuncias. Pero si lo que buscas rendimiento y potencia, sin importarte el peso; o una pantalla con una resolución máxima deberías encontrar otra.

El efecto 'wow'. Podían haber tenido a bien llamarlo 'hala', 'joder' o 'c*ño', que el léxico patrio es bien rico en vocablos cañís para mostrar sorpresa. La cuestión es que esta fórmula se emplea en el gremio de la tecnología cuando uno se encuentra con un 'gadget' diferente, que rompe con la monotonía demasiado recurrente en estos días. Todas esas palabras las he escuchado estos días con el LG Gram que, en resumen, es la ligereza hecha portátil. Sí, LG hace ordenadores. Y aunque no es uno de los grandes jugadores del mercado, sí que ha conseguido una propuesta con identidad.

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