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El 'Ikea' de los romanos: descubren cómo el comercio de madera forjó el mayor imperio
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Los armarios de Augusto

El 'Ikea' de los romanos: descubren cómo el comercio de madera forjó el mayor imperio

Un hallazgo en la capital italiana demuestra la extraordinaria logística que desarrolló la Antigua Roma en el comercio de la madera y de otros productos

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(Reuters)

Unas obras para la ampliación del metro de Roma realizadas entre 2014 y 2016 permitieron encontrar un tesoro para los historiadores. No es que tuviese mucho valor en sí mismo, porque no era más que un conjunto de 24 tablas de madera de roble. Sin embargo, para los investigadores este modesto hallazgo ha revelado información que nunca antes se había podido obtener y que ahora publica la revista científica PLOS ONE. El resultado habla de la importancia del comercio de la madera y de la extraordinaria logística que habían desarrollado los romanos en el siglo I d. C. en torno a ella. Todo un Ikea de la época.

Al parecer, los restos formaban parte de un pórtico de los jardines de via Sannio que perteneció a una propiedad rica y lujosa. Pocas veces se encuentran maderas tan antiguas en un estado de conservación que permita analizarlas en detalle. En este caso, los científicos han podido determinar su procedencia y la antigüedad de 13 de ellas. Su conclusión es que el roble utilizado llegó de las montañas del Jura, en el noreste de Francia, a más de 1.700 kilómetros de distancia de la capital del Imperio Romano, y se puede fechar entre los años 40 y 60 d. C.

Foto: El Panteón de Agripa o Panteón de Roma, en la capital italiana.

La albura, que es la parte más externa, más clara y más joven de la madera y corresponde a los últimos anillos de crecimiento de un árbol, ha sido clave para llegar a estas conclusiones. Al realizar estudios de dendrocronología (la ciencia que estudia los anillos de crecimiento) y comparar estas muestras con las características conocidas del roble mediterráneo y centroeuropeo, un grupo de investigadores del Consiglio Nazionale delle Ricerche (CNR) o Consejo Nacional de Investigación de Italia, liderados por Mauro Bernabei, pudo determinar el origen y datar las tablas. Sin lugar a dudas, todas eran de árboles vecinos que habían coexistido en el tiempo.

Así era el transporte

Teniendo en cuenta que se trata de vigas de grandes dimensiones y que tuvieron que ser trasladadas a lo largo de una distancia enorme, los autores sugieren que realizaron un viaje increíble para la época: lo más probable es que fueran transportadas flotando a través del Ródano (río que nace en Suiza y desemboca al sur de Francia, en el Mediterráneo) y, posiblemente, también del Saona, un afluente. Desde allí atravesarían el mar y se internarían en Roma a través del río Tíber.

placeholder Tablas de roble encontradas. (Foto: Bernabei)
Tablas de roble encontradas. (Foto: Bernabei)

A José Remesal Rodríguez, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Barcelona, no le sorprende este descubrimiento, ya que el comercio romano alcanzó un desarrollo excepcional “a partir del periodo republicano y sobre todo en la época de Augusto”, el primer emperador. “Como en cualquier imperio, hay alguien que manda y se aprovecha de lo que le puede interesar de todas las regiones conquistadas”, explica en declaraciones a Teknautas.

De hecho, “hay noticias sobre el transporte de madera, no sólo para la construcción, sino también de muebles de lujo”. Así, en época de Claudio, cuarto emperador, que gobernó entre el año 41 y el 54 d. C., “se vendió una mesa que procedía de Marruecos por un millón de sestercios”, según fuentes documentales, una cantidad extraordinaria.

Para los investigadores italianos, su hallazgo demuestra que la organización comercial de la Antigua Roma era formidable, que la madera era un artículo de vital importancia –no sólo en la construcción o en la fabricación de muebles, sino también en la construcción naval e incluso como leña– y que su red comercial estaba muy avanzada. “Nuestro estudio enfatiza la importancia de la madera para los romanos y la poderosa organización logística de su sociedad”, asegura Bernabei en una nota de prensa. De alguna manera, el comercio de madera ayudó a construir el Imperio.

placeholder Foro romano. (Foto: Wikipedia)
Foro romano. (Foto: Wikipedia)

Remesal y su equipo del Centro para el Estudio de la Interdependencia Provincial en la Antigüedad Clásica (CEIPAC) de la Universidad de Barcelona también son especialistas en el comercio romano, en particular, en los productos de alimentación, su distribución y la relación entre la política y el control de estos bienes. Muchas de sus investigaciones se pueden aplicar también a la madera.

Augusto crea la posibilidad de un comercio a lo largo de todo el Imperio, y no sólo desde las provincias hasta Roma, sino que, por ejemplo, hay vinos de la isla de Creta que podían llegar hasta Germania”, comenta.

¿Comercio libre o tributos?

En el caso de la madera y de otros productos, no se conoce si los habitantes de las provincias podían entregarlos como tributo o si existía un comercio libre, pero probablemente convivían ambas cosas. Por encima de todo, el estado se aseguraba el abastecimiento de alimentos, madera, hierro o cualquier otro producto a Roma y al ejército y esto, determinado por una gran organización logística, condiciona la distribución y la posibilidad de un comercio libre. “Las necesidades del estado contribuyeron a desarrollar el comercio libre a gran escala”, comenta el experto. Por ejemplo, si un comerciante tenía que transportar un determinado número de ánforas de aceite para el ejército, podía llevar algunas más para otro tipo de venta.

“A la hora de abastecer a Roma y al ejército, se crean dos grandes regiones, el Occidente Mediterráneo y el Oriente Mediterráneo. Dentro del Occidente hay provincias, como las hispanas, sobre todo la Bética, que surte de alimentos a Roma y al ejército”, destaca Remesal.

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Hasta cierto punto, el comercio ya estaba globalizado, pero dentro de los límites del Mundo Antiguo. “Las grandes civilizaciones estaban en torno al Mediterráneo y se comunicaban con Oriente a través de la Ruta de la Seda”, apunta.

Lo que está claro, y este estudio vuelve a demostrar, es que las vías marítimas y fluviales eran las grandes autopistas por las que circulaban las mercancías romanas. “Si la provincia Bética se desarrolla como un gran productor, es porque tiene el Guadalquivir para darle salida a los alimentos; y si se pueden distribuir estos productos en Germania es porque está el río Rin, que permite penetrar en el territorio”, señala el catedrático de la Universidad de Barcelona.

A pesar de que las calzadas romanas eran famosas y han llegado hasta nuestros días, el mar y los ríos “jugaron un papel más importante que las vías terrestres. El transporte marítimo y fluvial era muchísimo más barato que el terrestre”. No obstante, “si la mercancía es cara, se podía gastar más en su transporte, al igual que pasa hoy en día”.

Unas obras para la ampliación del metro de Roma realizadas entre 2014 y 2016 permitieron encontrar un tesoro para los historiadores. No es que tuviese mucho valor en sí mismo, porque no era más que un conjunto de 24 tablas de madera de roble. Sin embargo, para los investigadores este modesto hallazgo ha revelado información que nunca antes se había podido obtener y que ahora publica la revista científica PLOS ONE. El resultado habla de la importancia del comercio de la madera y de la extraordinaria logística que habían desarrollado los romanos en el siglo I d. C. en torno a ella. Todo un Ikea de la época.

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