Calma, revistas y poco rastro del coronavirus en las Urgencias de los hospitales de Madrid

Si no fuera por la televisión y un par de carteles, no habría ni rastro del coronavirus en las salas de espera de los hospitales madrileños. En la de la Fundación Jiménez Díaz uno se entera de la epidemia por TVE, que informa del progresivo desalojo del hotel de Adeje (Tenerife), hasta ahora blindado y con unas 1.000 personas dentro por culpa del Covid-19. Apenas dos mujeres miran de reojo la pantalla.

En las Urgencias del Hospital Clínico San Carlos, el recordatorio aparece nada más se abren las puertas, mediante un cartel que pide a quienes hayan visitado China, Corea del Sur, Japón, Singapur, Irán o Italia —el 'world tour' del virus— que lo comuniquen al personal médico que le atienda.

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Guillermo Cid

Unos metros más allá, una pareja joven llega a la sala de espera. "¿Primera valoración?", dice ella, leyendo el rótulo junto a una de las puertas. Justo al terminar, tose levemente. "Primera valoración: coronavirus, ja, ja", ironiza él. A lo largo de la tarde, los 13 asientos de la sala quedan todos vacíos en un par de ocasiones. Entran y salen sillas de ruedas.

A su derecha, en el área reservada para familiares y acompañantes de los enfermos, una mujer de unos 65 años lee entre cabezada y cabezada la revista 'Semana', en cuya portada Rocío Carrasco rompe su silencio con un: "Hay heridas que no cierran". Ni siquiera en un hospital.

Ni una mascarilla en ninguna de las salas. Nadie se alarma ante una tos. Tanto en la Fundación Jiménez Díaz como en el Hospital Clínico San Carlos, los profesionales detrás del cristal de la ventanilla de información trasladan las directrices del protocolo del Ministerio de Sanidad a quien pregunte. En resumen: si ha visitado alguno de los países de la lista en las últimas dos semanas y presenta síntomas, lo mejor es llamar al 112 o al teléfono de atención habilitado por la Comunidad y pedir una ambulancia en su domicilio. Otra opción es visitar antes al médico de cabecera. Para los casos leves, incluso, se recomienda un seguimiento desde la vivienda del enfermo tras la visita del Summa.

Un responsable de atención al paciente de la Jiménez Díaz niega que las Urgencias hayan estado colapsadas por el virus. "Nada, qué va", dice a este diario. En la sala de valoración del San Carlos, a eso de las cinco de la tarde, una enfermera limpia con una toallita desinfectante el pomo de una puerta, lo que forma parte de los protocolos habituales. Alguien vuelve a toser. Nadie se alarma.