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Probamos el Apple Watch 6 y su versión 'low cost': no siempre necesitas el más caro
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¿RENOVARSE O MORIR?

Probamos el Apple Watch 6 y su versión 'low cost': no siempre necesitas el más caro

Idénticos por fuera, el reloj más prémium se distingue por poder hacer electrocardiogramas, medir el oxígeno en sangre y poseer un chip más potente. Pero su modelo asequible tiene mucho que decir

Foto: El Apple Watch Series 6 (i) y el Apple Watch SE (d) no se distinguen a simple vista. (M. Mcloughlin)
El Apple Watch Series 6 (i) y el Apple Watch SE (d) no se distinguen a simple vista. (M. Mcloughlin)

Recuerdo la primera vez que toqué un Apple Watch. Fue hace cinco años, en una de las tiendas que la marca tiene en Londres, concretamente en la de Covent Garden. He de confesar que me sentí un tanto desbordado por el dispositivo. No me parecía intuitivo. Había probado otros relojes con Android y alguno de los que Samsung había creado con su propia plataforma. Tras veinte minutos manoseándolo (y mareando al dependiente) lo dejé allí, con la certeza de que aquel invento necesitaba una 'vuelta', que no sería lo que es el iPhone al mercado de 'smartphones' y que la competencia tenía una buena oportunidad ante un negocio que, por lo que estimaba la industria, iba a ser un auténtico pelotazo.

Foto: Foto: Apple.

Un lustro después aquellas predicciones hechas al vuelo han envejecido tremendamente mal. Es cierto que los de Cupertino no hacen el mismo dineral que con sus móviles, pero más de la mitad de los relojes inteligentes que se venden en el mundo están firmados por ellos. Un 55% en el primer trimestre de 2020, según Strategy Analytics. ¿Eso cuánto es? 7,6 millones. Una cantidad que cuadriplica los 1,9 millones del segundo vendedor en ese periodo, Samsung. El tercero, por cierto, es Garmin, con 1,1 millones. Cupertino vende más que toda la industria relojera suiza. Y todo ello, lo ha conseguido ignorando al 85% del mercado. Que estas máquinas están disponibles, al contrario que el resto de fabricantes, solo para sus propios teléfonos. Es decir, se les puede criticar el precio, tardar en subirse a algunos carros, pero la fórmula funciona.

Estos datos sirven para entender por qué este año, Apple ha puesto dos nuevos relojes al mismo tiempo sobre la mesa por primera vez. El Watch Series 6, el nuevo pata negra de su catálogo; y el Watch SE, una opción más contenida en precio y funciones. La lógica detrás de este movimiento es la misma que la que hay detrás del iPhone 11 y el iPhone Xr: apuestas por crear terminales de gama alta con una factura más baja. El último fue el más vendido en 2019 y el primero, de momento, lo es en 2020. La cosa va de engordar el número de compradores apelando al órgano más sensible del ser humano: el bolsillo.

placeholder Apple Watch Series 6. (S. Verdejo)
Apple Watch Series 6. (S. Verdejo)

Si a más de uno ya le genera remordimientos dejarse más de 200 euros en un 'smartphone', imaginen hacer lo propio en un accesorio como este. Si has pasado el primer corte —el de responder afirmativamente a lo de necesitar/querer un reloj inteligente—, es probable que te encuentres en la disyuntiva de lanzarte a por el Apple Watch Series 6 o por el Apple Watch SE. Si ya tenías uno, también te preguntarás si te merece la pena renovarlo. Hemos estado probando los dos durante una semana para intentar dar respuesta a una cuestión que no es tan fácil como parece.

Electrocardiogramas, medición de la saturación de oxígeno, carga más rápida... Efectivamente, el Apple Watch Series 6 es el mejor reloj que ha hecho Apple. Faltaría más. Todos los años escuchando la manida frasecita. Casi con toda probabilidad lo sea también del mercado y solo los creadores para nichos deportivos concretos consigan hacerle sombra. La aceptación que han conseguido da pie a pensarlo. Ojo, que ser el mejor no significa tampoco que no haya cosas que mejorar. A esto hay que sumar el factor de haber introducido un modelo 'low cost'. Es obligatorio preguntarse si un puñado de funciones extra justifica la diferencia de precio.

Dos gotas de agua

El diseño es idéntico. Cuando los llevas puesto es casi imposible distinguirlos. Y digo casi porque el modelo de mayores prestaciones tiene una serie de colores exclusivos (con correa a juego), como el azul que se puede ver en estas imágenes. Un color que a pesar de su elegancia no es tan fácil de combinar como otros.

Nos encontramos con el mismo patrón de cursos anteriores. Marcos reducidos, caja en dos tamaños (40-44mm), mismos laterales, mismo sistema para enganchar y cambiar las pulseras... Hablando de pulseras, ahora han lanzado las bautizadas como 'Only Loop', de una sola pieza, tanto en goma como en tela. Para saber su talla tiene que descargar e imprimir un medidor de papel. Con las impresoras como especie en peligro de extinción en muchas casas, podían haber encontrado un sistema un poco más sencillo.

placeholder El Apple Watch Series 6 mantiene el mismo diseño desde la cuarta generación. (M. Mc.)
El Apple Watch Series 6 mantiene el mismo diseño desde la cuarta generación. (M. Mc.)

En la cara que queda pegada a la piel se encuentra la gran diferencia de la carrocería. Ambos están rematados con el acabado cerámico de anteriores ediciones en esta zona, pero el sensor es diferente. El SE maneja un sensor cardiaco más básico, el de segunda generación. No puede hacer electrocardiogramas como hace el modelo superior, que hereda esta funcionalidad del Watch Series 5 y que estrenó en su día el Series 4.

A la hora de medir el ritmo cardiaco no he encontrado variaciones notables ni en reposo ni utilizándolos para hacer deporte. Es cierto que apenas ha habido dos mediciones iguales, pero la diferencia entre los dos modelos en la mayoría de casos era de tres o cuatro latidos más por minuto. Ambos modelos, por cierto, incluyen las alertas de ritmo cardiaco irregular, así como la detección de caídas.

Pulsioxímetro

La novedad que más ha dado que hablar ha sido el pulsioxímetro que incluye el Apple Watch 6. Sirve para medir la saturación de oxígeno, una funcionalidad que ya habían incorporado competidores como Fitbit o Huawei, incluso en modelos más asequibles.

¿Cómo funcionan? Pues de manera muy similar al que creó en su momento Takuo Aoyagi, inventor del oxímetro de pulso, que falleció el pasado mes de abril. A través de unos diodos LED, se emiten señales de luz roja e infrarroja sobre la muñeca (en el caso del oxímetro se hace sobre el dedo) que rebotan sobre el torrente sanguíneo, permitiendo estimar el porcentaje gracias a esa información.

placeholder Medición de oxígeno en el Apple Watch Series 6. (M. Mcloughlin)
Medición de oxígeno en el Apple Watch Series 6. (M. Mcloughlin)

Su uso es sencillo. Se activa desde un icono dedicado y hay que esperar 15 segundos. Lo recomendable es que pongas el brazo sobre el regazo o una mesa porque una ligera sacudida ya da al traste con la medición. También puedes configurarla en segundo plano, para que pueda hacer seguimiento durante la noche.

No podrás utilizarla, por ejemplo, durante un entrenamiento porque tienes que estar completamente parado para no encontrarte con la pantalla de error. Tuve la suerte, gracias a una amiga doctora, de poder compararlo con un oxímetro portátil. Hicimos varias mediciones a lo largo de una tarde. Todas las mediciones estuvieron entre 94 y 98%. Niveles óptimos.

La saturación de oxígeno en sangre, junto a la temperatura, presión arterial, ritmo cardiaco o frecuencia respiratoria, es uno de los indicadores clínicos más valiosos a la hora de monitorizar a un enfermo. Puede servir, por ejemplo, para detectar apneas del sueño o complicaciones en afecciones respiratorias. En este 2020, se han puesto de moda porque precisamente uno de los efectos del covid-19 es reducir este indicador, que señala que algo no va bien en los pulmones.

Aunque nadie te lo venderá con este argumento porque el diagnóstico depende de muchos más parámetros. Nadie quiere pillarse los dedos porque estas tecnologías no deben tomarse como una verdad escrita en piedra, solo como una referencia que en absoluto sustituye a un médico.

placeholder Lateral del Apple Watch Series 6. (M. Mcloughlin)
Lateral del Apple Watch Series 6. (M. Mcloughlin)

"Los oxímetros portátiles son muy cómodos para nosotros, porque se lo ponemos en el dedo al paciente y no tenemos que andar controlando si el labio o el lóbulo está azulado", comenta Juan Carlos Fuentes Barona, médico de familia. "Pero la clave es esa, diferencia entre un enfermo y un usuario normal". ¿Qué nos aporta tener ese sensor en el Apple Watch? Pues lo mismo que tener uno tradicional en el botiquín de casa. "Una persona sana no se está midiendo la presión arterial todo el rato ni los niveles de glucosa. Ni lo necesita. Pues aquí lo mismo", remata Barona. Es decir, el problea no es tanto el punto de desarrollo de la tecnología, como el uso efectivo de la misma.

Puede ser útil para algunos pacientes con patologías crónicas u otras afecciones, sin que eso suponga nunca sustituir la evalución del experto que corresponda. Seguro que tarde o temprano, sale algún caso, entre millones de usuarios, de alguien que va al médico alertado por un Apple Watch 6 y le pillan a tiempo gracias a eso como ya se ha visto anteriormente.

Pero en la mayoría de casos la medición de oxígeno, de este o cualquier otro reloj, será un placebo magnífico para hipocondríacos para que estén más convencidos de que llevan un estilo de vida sano. Bueno, hay que reconocer una utilidad francamente interesante en estos días tan turbios que vivimos: demostrar a los 'antimascarillas' que estas no producen hipoxia.

En algunos enfermos, el sensor de SpO2 puede tener lógica. Para la mayoría, no deja de ser un placebo para hipocondríacos

La propia Apple viene a decir que esto a día de hoy no tiene un grado de fiabilidad tan alto como para utilizarse de forma médica (no está aún aprobado por la FDA). Lo venden como algo vinculado al 'fitness' y a eso de llevar una vida 'healthy'. Hay que reconocer también que puede servir de apoyo o referencia a gente que entrena o practica deportes a una gran altitud sobre el nivel del mar. Sobre el resto de sensores, decir que comparten el mismo menú, incluyendo un nuevo altímetro que funciona constantemente. A la hora de hacer deporte, no he encontrado ninguna diferencia ni en la detección automática, ni en el seguimiento.

Otra cosa es a lo que todo esto sea capaz de llegar esta tecnología con investigaciones como la que han llevado codo con codo con el prestigioso Monte Sinaí de Nueva York. Pero de ahí a la imagen en la que enviemos a nuestro médico informes enviados desde el Apple Watch o cualquier otro reloj quedan años o décadas. Y no por la tecnología, sino por los rígidos cimientos de la sanidad pública en España. Miren todo lo que está costando integrar una aplicación como Radar Covid.

Rendimiento y autonomía

Este sensor no es la única diferencia reseñable. El procesador también cambia. En el Watch Series 6 tenemos un procesador de fabricación propia, el S6. Se supone que es un 20% más rápido que su predecesor. No sabría dar fe de si cumple ese porcentaje al dedillo, pero sí que se siente más ligero a la hora de abrir ciertas 'apps' o a la hora de activar Siri. Obviamente hay un cambio frente al SE, ya que monta el S5, presentado hace un año. Pero no es algo determinante. Escojas el que escojas, el rendimiento no va a ser un problema.

placeholder Los sensores del Apple Watch SE y del Series 6. (M. Mcloughlin)
Los sensores del Apple Watch SE y del Series 6. (M. Mcloughlin)

Ambos llegan con Bluetooth 5.0. La versión superior actualiza la conexión Wifi para hacerla compatible con la frecuencia de 5 Ghz, mientras que el SE sigue siendo compatible solo con la banda de 2.4Ghz. En ambos casos puedes optar por versiones LTE, lo que te permitirá contratar una eSIM con tu operador, dejar el móvil en casa y no quedar incomunicado.

Estos días, en los que he vuelto al teletrabajo dada la delicada situación que atravesamos en Madrid, he aprovechado para utilizarlo como manos libres, y lo cierto es que escuchaba y me escuchaban a la perfección, incluso cuando estaba tecleando. Por la calle, también se puede hacer, pero mejor hacerlo con unos auriculares inalámbricos, por eso de ser más discreto.

Cualquier modelo va sobrado de rendimiento. Si eres un usuario intenso, lo cargarás a diario. Si controlas un poco, te dará para día y medio

En la faceta energética también hay matices. Pero ninguna elección te librará de tener que cargar prácticamente a diario tu dispositivo, especialmente si eres mínimamente activo. Sobre el papel, al contar con un procesador más potente, el Series 6 debería alargar su batería un poco más que el SE. Pero, a la hora de la verdad, ocurre justo lo contrario. ¿Por qué? Porque el SE no tiene la función de pantalla siempre activa. Una función que ha sido mejorada en el modelo superior, consiguiendo que brille más para que la esfera del reloj luzca como una tradicional cuando está en reposo.

Ocurre lo mismo que con el iPhone 11 y el iPhone 11 Pro. El modelo más asequible es capaz de consumir menos porque tiene un panel de menor resolución. ¿En qué escenario me he encontrado? En el caso del SE, empezando el día a cero (habiendo entrenado, contestando llamadas y monitorizando el sueño) al despertarme me encontré un 21% de batería. Con el Series 6 (utilizando la pantalla siempre activa, la medición de oxígeno y llevando una actividad similar) el contador marcaba un 15% en ese mismo momento. Conclusión, poco antes de la hora de la comida de la segunda jornada, después de un uso alto, tuve que recargar ambos. Sin utilizar GPS y otros detalles, la autonomía se ha estirado hasta rozar las dos jornadas.

La gran deuda

La buena noticia es que la versión más prémium incluye carga rápida. En una hora pasas de tener el tanque seco a tenerlo al 80%. Vamos, que no es difícil sacar un hueco para repostar. De esta manera compensan un poco la amarga cucharadita de ricino que supone la autonomía. Creo que este es el gran deber pendiente de la manzana. Lograr llegar a las cuatro jornadas como ya hacen otros aparatos como la nueva Fitbit Sense.

En este apartado nos encontramos también el otro gran lunar. Ninguno de los relojes viene con el adaptador de corriente. Sí, en serio. Me recuerda a esa tacañería innecesaria que vimos en el iPhone 11 y el 11 Pro, cuando el cargador rápido de serie venía solo en los terminales con más pedigrí. Por si los detractores de la marca no supiesen buscarse argumentos por sí solos.

placeholder Apple Watch Series 6. (M. Mcloughlin)
Apple Watch Series 6. (M. Mcloughlin)

Muchas de las novedades que vamos a ver en estos Apple Watch Series 6 y el Apple Watch SE son mérito de watchOS 7. Algo que da bastantes pistas en el caso de que alguien esté pensando en dar el salto desde la cuarta o quinta generación. 'Spoiler': no, no lo necesitas. Algunas de las novedades que dependen del software son las nuevas esferas —ahora podrás crear tu propio Memoji y fijarlo como fondo de pantalla—, nuevos entrenamientos como baile, entrenamiento fuerza, abdominales o estiramientos; o un 'modo familia', que te permitirá vincular con un mismo móvil varios Watch (por ejemplo, los de tus hijos), pudiendo controlar la ubicación, las descargas o limitar su uso a la hora de clase. Sin embargo, me quiero detener en tres concretamente:

- La personalización de objetivos de actividad. Antes solo era posible ajustar las calorías. Ahora te deja fijar una meta de deporte y de horas que te levantas. Por cierto, la detección automática de entrenamientos funciona parecido en ambos modelos.

- La monitorización del sueño. Monitoriza el sueño, permitiendo consultar desde la app de Salud si estás cerca de tus objetivos de descanso. Te exige acostarte al menos con un 30% de batería. En este sentido, te permite crear rutinas para relajarte antes de ir a dormir y detecta si te levantas antes de tiempo, preguntándote si quieres desactivar la alarma. Lo único que a mí me ha quedado claro: duermo poco y mal. Como siempre.

placeholder Ahora puede fijar todos los anillos al gusto. (M. Mcloughlin)
Ahora puede fijar todos los anillos al gusto. (M. Mcloughlin)

- El lavado de manos. Una función curiosa. Puedes vincularla a la ubicación de tu casa, para que nada más entrar te recuerde la correspondiente limpieza. Acierta, aunque hay veces que tarda más en activarse de la cuenta. También sirve para tener una cuenta atrás y cumplir con los 20 segundos correspondientes. Se activa cuando detecta el movimiento y cuando el micrófono detecta el sonido del agua y te indica el principio y final con una pequeña vibración.

¿Cuál comprar?

La pregunta es la de siempre. ¿Cuál comprar? Cabe mencionar que el Apple Watch 5 ha sido apartado de los lineales de la compañía, aunque todavía se puede encontrar en tiendas de terceros. La razón es lógica: no hay tantas diferencias entre uno y otro para seguir ofreciéndolo. Es más, si eres propietario de un reloj de cuarta o quinta generación, particularmente no veo necesario que des aún el salto. A uno le viene a la cabeza, incluso, el debate que hubo en su día con los terminales más caros: ¿hay material de sobra para lanzar una nueva generación cada año? Por cierto, desde un Apple Watch 3 o anterior, hay razones de peso para actualizar.

placeholder Los dos modelos del Apple Watch lanzados este año. (M. Mcloughlin)
Los dos modelos del Apple Watch lanzados este año. (M. Mcloughlin)

Si es la primera vez que vas a comprar un Apple Watch, ahora mismo los de Cupertino comercializan tres. Los dos diseccionados en este artículo, así como la serie 3, que queda como la opción más barata, pero también más anticuada del catálogo. Además en las últimas horas ha sido noticia por los problemas a la hora de actualizar a watchOS 3.

Si estás valorando hacerte con un modelo más asequible, a estas alturas de la película recomendaría descartarlo y dejarse 100 euros más e irse al SE, con un precio de salida de 299 euros para el modelo de 40mm solo con GPS y 349 para el tándem GPS + LTE. Los precios en el caso del Apple Watch 6 son de 429 euros para el tamaño de 40mm solo con GPS y sube hasta los 529 en el caso de querer añadirle LTE.

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Las renuncias del SE no son mínimas, pero tampoco sustanciales. Personalmente, no creo que le puedas sacar provecho a la medición de oxígeno en sangre y no tener la pantalla siempre activa no me parece un drama. Ocurre lo mismo con la capacidad de hacer electrocardiogramas, aunque cabe decir que creo que puede ser más útil que el tema del Sp02. Lo que quizás escuece un poco más es el tema de la carga rápida, pero porque soy más caótico y nunca me acuerdo de recargar el teléfono a excepción de que lo tenga tiritando. Pero creo, sin embargo, que da más de lo que pueden aprovechar muchísimas personas.

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Por eso creo que el Watch SE es más que suficiente, especialmente para los que se estrenan como propietarios de uno, incluso para los que quieren monitorizar sus entrenamientos en el gimnasio. Si tienes alguna dolencia o enfermedad crónica, lo quieres para entrenar a gran nivel o directamente no te importa soltar billetes, el modelo Series 6 se ajusta a lo que buscas. Incluso el Watch 5, si quieres ahorrarte unos euros, renunciando básicamente a la carga rápida y al sensor SpO2. También es probable que hayas leído hasta aquí, cosa que agradezco de corazón, y ninguna sea razón suficiente. No sería raro. Al fin y al cabo, no dejamos de hablar de un accesorio. Una comodidad del primer mundo.

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Recuerdo la primera vez que toqué un Apple Watch. Fue hace cinco años, en una de las tiendas que la marca tiene en Londres, concretamente en la de Covent Garden. He de confesar que me sentí un tanto desbordado por el dispositivo. No me parecía intuitivo. Había probado otros relojes con Android y alguno de los que Samsung había creado con su propia plataforma. Tras veinte minutos manoseándolo (y mareando al dependiente) lo dejé allí, con la certeza de que aquel invento necesitaba una 'vuelta', que no sería lo que es el iPhone al mercado de 'smartphones' y que la competencia tenía una buena oportunidad ante un negocio que, por lo que estimaba la industria, iba a ser un auténtico pelotazo.

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