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Locos por el NFT: por qué este cromo de Cristiano Ronaldo se vendió por 242.500 €
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LOCURA POR INVERTIR

Locos por el NFT: por qué este cromo de Cristiano Ronaldo se vendió por 242.500 €

El 'blockchain' ha puesto la inversión digital al alcance de los dedos de los aficionados al fútbol o a la NBA. La especulación es más asequible que nunca y, por tanto, más peligrosa

Foto: Carta de Cristiano Ronaldo, jugador de la Juventus. (Sorare)
Carta de Cristiano Ronaldo, jugador de la Juventus. (Sorare)

Si sigue algo las noticias en las últimas semanas, y en especial las tecnológicas, es muy posible que se haya hecho esta pregunta: ¿por qué hay personas pagando 174.000 euros por el clip de un mate icónico de LeBron James o 54.250 euros por un cromo digital de Mbappé? La respuesta está en los NFT o 'non fungible tokens', protagonistas de la última locura de inversiones digitales que en el último año ha llegado al deporte. En este nuevo escenario, la afición al fútbol o al baloncesto se mezcla con el coleccionismo y la especulación.

Como ha ocurrido en otros ámbitos como el arte o la música, los NFT ('tokens' únicos que se diferencian por ser limitados, con un autor y un dueño grabados en una cadena de bloques y ser fáciles de rastrear) han supuesto, para muchos, la desaparición del escalón de entrada al mundo de la inversión en criptomonedas o similares, que aquí en lugar de una cartera de valores tienen simplemente la forma de un cromo con nuestro jugador favorito o el máximo goleador de la liga. Además de jugar a ligas 'fantasy' o coleccionarlos, dan la posibilidad de ganar dinero, mucho y muy rápido. La fórmula está funcionando. Solo en la última semana de febrero, la NBA ha ingresado más de 150 millones de dólares vendiendo versiones digitales de las mejores jugadas de sus estrellas a través de Top Shot, su nuevo mercado de 'momentos'.

Foto: Pablo Rodríguez-Fraile. (Imagen cedida)

Sí, son esas mismas jugadas que pueden disfrutarse en YouTube o en redes sociales sin pagar un solo céntimo, aunque con un envoltorio algo más cuidado.

La tecnología ha revolucionado también las tradicionales ligas fantásticas, ya que ahora introducen la posibilidad de invertir enormes cantidades de dinero en cromos de jugadores, bien para aspirar a ganar los trofeos, para tenerlos como coleccionables o simplemente para especular con ellos. Un cambio de paradigma, que tiene una larga explicación y algunos españoles que ya surfean la ola.

Los españoles que ya se forran

Marc es padre de familia, tiene 40 años, desde hace años es un apasionado de los juegos tipo 'fantasy', tanto de fútbol como baloncesto, y es un ejemplo perfecto de lo que trae la ola de los NFT. Tan seguidor es de este tipo de juegos que en su historial tiene hitos como haber llegado al podio del primer Fantasy Marca o el NBA Fantasy de Canal Plus. Una serie de problemas y el paso de los años lo alejó de esta afición, hasta que llegó la pandemia y descubrió los NFT.

Ahora este catalán es uno de los españoles que mejor conoce el funcionamiento de Sorare, la primera liga fantástica basada en esta tecnología, o el citado NBA Top Shot, donde ya ha cosechado buenos resultados económicamente hablando. "La verdad que ya me he pagado alguna cena con los beneficios, me da para ir pagando la hipoteca y Menorca me espera para unas vacaciones", comenta en conversación con Teknautas.

placeholder Imagen de la plataforma Sorare con la composición de un equipo. (Sorare)
Imagen de la plataforma Sorare con la composición de un equipo. (Sorare)

Este seguidor no desvela cifras concretas de lo que obtiene de estas plataformas, pero como él mismo admite, es uno de esos fans del deporte que se han encontrado de lleno con los NFT y la nueva accesibilidad del negocio 'crypto'. Según nos cuenta, estaba justo en el sitio adecuado en el instante correcto. "Yo no sabía mucho de todo esto de las ‘cryptos’ hasta que empecé con Sorare, pero algo que he entendido en este tiempo es que la clave aquí es ser un 'early adopter' de todas estas plataformas. Llegar antes que las 'ballenas' (grandes inversores en 'crypto' con carteras gigantescas). Yo, por ejemplo, para tener un equipo normalito en Sorare me tuve que gastar unos 500 euros desde el verano, ahora, después del ‘boom’, para conseguir lo mismo necesitas meter como 1.500", añade.

Ese 'boom' que menciona Marc sucedió a finales de febrero y lo provocaron futbolistas como Antoine Griezmann, Gerard Piqué o Rio Ferdinand con el anuncio de que aportarían dinero a una ronda de financiación de 40 millones de euros para la plataforma, de origen francés. En un momento en el que se empezaba a hablar de este lucrativo uso del 'blockchain' y miles de personas buscaban dar el pelotazo, el anuncio, junto a las noticias que hablaban de transferencias de cromos muy llamativas, dispararon todos los precios. "Mis jugadores han pasado de valer unos 2 ETH a 5 ETH", las unidades de la criptomoneda de Ethereum que sirve de moneda oficial en Sorare y en la mayoría del entorno NFT, "en apenas unos días". Es decir, de 2.937 a 7.342 euros.

placeholder Puja por una carta rara (10 unidades) de Pizzi, jugador del Benfica. (Sorare)
Puja por una carta rara (10 unidades) de Pizzi, jugador del Benfica. (Sorare)

El funcionamiento de Sorare es el siguiente: al registrarse, cada jugador recibe un puñado de cartas con jugadores que le permiten hacer un equipo básico y apuntarse a al trofeo para novatos. Esas cartas básicas son infinitas, por lo que no tienen valor ni se puede comerciar con ellas. Pronto queda claro que, si uno aspira a querer ganar esos campeonatos virtuales, que prometen premios de varios miles de euros, tiene que invertir en cartas únicas, que multiplican el valor de los puntos conseguidos por un jugador y, además, son más escasas que las cartas básicas, por lo que ofrecen una clara ventaja competitiva.

Una carta común de Cristiano no puede ser vendida, pero la carta única del mismo jugador puede alcanzar en una subasta un valor superior a los 85.000 euros, como ocurrió el pasado 21 de febrero. Y hasta puede triplicar su valor pocas semanas después. Este mismo domingo, el dueño de la carta se la colocó a otro coleccionista por 242.576 euros.

Fútbol, cartas y dinero

"Nos dirigimos a la misma audiencia que otras ligas de fantasía más tradicionales, como Fantasy Premier League o Comunio", explica a El Confidencial el francés Nicolas Julia, CEO y fundador de Sorare. "Pero además de eso también estamos apuntando a coleccionistas de cartas, hay muchos en los EEUU y el Reino Unido, y también nos dirigimos a cualquier persona interesada en el coleccionismo digital y las NFT".

Foto: El célebre 'Black Lotus'. (Foto: YouTube/Alpha Investments)

Las estrategias para triunfar en este particular juego son múltiples. Hay quienes apuestan por especular con los grandes nombres y quienes se centran en ligas pequeñas como la belga, donde cartas raras de jugadores como Hans Vanaken, mediapunta del Brujas, pueden llegar a venderse en subasta por entre 6.600 y 9.000 euros.

Julia explica que los precios que se pagan por una carta "están relacionados tanto por el rendimiento deportivo como la escasez de la carta, cuanto más escasa es, mayor es el precio", indica. "Sin embargo, si un jugador nunca ha jugado, no tiene demasiada utilidad en el juego y sus cartas no serán muy caras". El precio, indica, está basado únicamente en la oferta y la demanda. Hay cuatro niveles: cartas comunes, raras con 100 ejemplares de cada jugador, superraras con 10 ejemplares y únicas, con un solo ejemplar. "Más adelante, estamos pensando en lanzar una nueva escasez de cartas para hacer que los precios sean más asequibles a todos", explica el francés.

La realidad es que el éxito del juego ha hecho que los grandes jugadores de La Liga o la Premier League sean prácticamente inaccesibles para el jugador medio. En apenas unos meses, el juego parece haberse decantado más hacia la pura especulación que hacia una liga 'fantasy' tradicional. A día de hoy, y según ha podido comprobar Teknautas, es imposible hacerse con una carta 'rara' por menos de 30 euros y las subastas donde se rifan los nuevos cromos no paran de crecer.

placeholder Imagen de la galería de Marc. (Sorare)
Imagen de la galería de Marc. (Sorare)

Marc, por ejemplo, asegura que él no se vuelve loco y solo invierte en el juego un poco de dinero que no le importa perder, aunque ya ha recuperado su inversión inicial. "Yo soy malillo, es más, solo juego la liga asiática porque no tengo dinero para el resto de torneos", nos explica. "Se ha disparado a lo loco". Su perfil en Sorare (su nick es Skup) demuestra que está centrado en el mercado asiático y, aunque sus precios no son bajos (ha llegado a pagar más de 300 euros por un jugador), él no está ahí solo para especular. "Me quieren quitar a Yūki Sōma", un centrocampista del Nagoya Grampus japonés que compró por 15 euros, "pero yo digo que, como Neymar, se queda".

El del dinero es uno de los grandes problemas que ve Marc, y otros fans del 'fantasy', en todo esto, aunque espera que la empresa llegue a controlarlo. "Sé que se van a sumar más clubs, más competiciones... por lo que habrá más cartas y los precios bajarán, o esa es la idea, porque ahora mismo es muy difícil entrar", dice Marc.

¿Será el nuevo Comunio?

La llegada de los NFT y del 'blockchain' al mundo de los cromos, objetos de colección o ligas fantásticas ha sacudido los cimientos de este popular sector. Para Fabian Loschek, el informático alemán que creó el Comunio en el año 2000, la llegada de estas nuevas plataformas no amenaza la supervivencia de su retoño y les da la bienvenida. "Las veo como una forma buena e inteligente de transportar los coleccionables físicos a la era digital", dice a este periódico. "De momento Comunio no ha introducido o empleado estos coleccionables, nuestros miembros solo juegan por diversión".

Loschek cree que la llegada de nuevos tipos de juego podría incluso redundar positivamente en el mundillo de las 'fantasy leagues' como Comunio, que recientemente ha cumplido 20 años. En estas dos décadas "hemos visto varios cambios de las circunstancias externas y, cuando hemos adaptado nuestro modelo de negocio a estos cambios, siempre hemos sido capaces de lanzar una versión gratuita", indica. "Creemos que es muy importante que unirse a Comunio sea fácil y que jugar sea gratis".

La gratuidad siempre juega a favor, ¿pero serán capaces estas plataformas de competir contra rivales que ofrecen la posibilidad de ganar mucho dinero y de forma continuada, sin ni siquiera necesitar competir?

Mercadeo de objetos de colección

Un paso más allá de las ligas fantásticas está la mera colección de objetos coleccionables que el NFT ha convertido en finitos, por lo tanto escasos y de repente, valiosos. El exjugador del Real Madrid Mesut Özil lanzó recientemente una colección propia de Genies, muñecos virtuales basados en su figura que se subastan en internet por varios miles de euros. La acumulación de estas esculturas digitales de edición limitada desbloquean nuevos atuendos, botas doradas o premios.

La gran paradoja es que Özil fue traspasado gratis del Arsenal londinense al Fenerbahçe turco mientras reproducciones suyas son vendidas por enormes cantidades de dinero. Ya se paga más por una versión digital del futbolista turco-alemán que por su traspaso real. En este caso ni siquiera entra en juego la posibilidad de ganar premios, sino la mera colección. En este ámbito es donde la NBA y su plataforma de coleccionables Top Shot están sobresaliendo como una máquina de generar dinero.

placeholder Top Shot, una plataforma 'online' creada por la empresa Dapper Labs. (Reuters)
Top Shot, una plataforma 'online' creada por la empresa Dapper Labs. (Reuters)

NBA Top Shot está reventando todos los registros de los NFT, como demuestra la página CryptoSlam, que registra cada movimiento en el mercado de los ‘no fungibles’. En esta gran tienda digital de cromos también encontramos a Marc, que llegó en buen momento y asegura que después de invertir 24 dólares en los ‘sobres’ donde vienen los coleccionables, su cuenta ahora vale 5.000 y llegó a alcanzar los 10.000. "Habrá gente que no se lo crea, pero así fue. Salen sobres, tipo Panini, pero digitales, los compro por nueve dólares, como todo el mundo. Me toca un cromo de Lebron James, vale 100 euros en el mercado, digo va, no lo vendo. Ese día subió a 2.000, pero yo en 1.000, fallo mío, ya le di pasaporte", señala.

¿Qué pasa con todo ese dinero? Que se convierte a la criptomoneda correspondiente, normalmente ETH aunque Top Shot funciona con otra llamada Flow, de ahí a la aplicación Coinbase, y de Coinbase, una vez pasado a euros, a la cuenta corriente. "De 30 euros que ganas, acabas quedándote solo 19 por todas las comisiones y los movimientos, pero oye, a mí me sirve", explica Marc.

Esta plataforma funciona igual que Sorare, con distintos niveles de cartas basados en su escasez (comunes, raras y legendarias, con las más únicas limitadas a apenas 25 unidades) y ya está registrando listas de espera de hasta 80.000 personas para acceder a algunos paquetes de 'highlights'. En apenas unos días, todos ya están vendidos.

Escasez real, la palabra mágica

Miles de euros para acá y para allá, cromos que han pasado de valer unos céntimos a miles de euros… ¿Qué está pasando aquí? Los NFT, como ya hemos explicado en otros artículos de Teknautas, son la última moda del mundo de las criptomonedas, en especial en los terrenos del arte y el coleccionismo, pero su parecido con tecnologías como el bitcoin es limitado. Aquí no es tan importante la descentralización o el minado, sino que hablamos de otros términos clave: la escasez, la autenticidad y la trazabilidad.

Como explican los abogados expertos en el terreno digital y asuntos tecnológicos, Sergio Carrasco y Pablo Fernández Burgueño, hay que pensar en estos cromos como elementos únicos, con una escasez real y demostrable y que permiten saber a ciencia cierta y gracias a la cadena de bloques de dónde viene y quién es tanto el dueño como el autor de ese ‘token’. "Un buen caso para explicarlo son los Cryptokitties (juego desarrollado por la misma compañía que ahora creó NBA Top Shot, Dapper Labs), se hicieron famosos con el primer ‘boom’ del bitcoin y ayudan a entender cómo funcionan los NFT. Ese juego te permite comprar un gato o varios, pero cada uno de ellos es único con unas características que ninguno otro tiene y, tras hacerte con él, queda guardado en tu ‘wallet’ como un 'token' y la transacción queda marcada en la cadena de bloques, en este caso de Ethereum", explica Burgueño. Todo ese proceso no se puede traspapelar ni modificar por lo que, aunque posteriormente tú acabes vendiendo el gato, todo su historial seguirá presente.

placeholder Varios Cryptokitties esperando a que los lleves a tu cartera digital.
Varios Cryptokitties esperando a que los lleves a tu cartera digital.

¿Qué ocurre si ese gato por unas características concretas o por pura estética genera interés? Que no queda otra que te ofrezcan algo a cambio de ese gato virtual pues no hay otra forma de hacerse con él ni hay otro igual. Si aumenta la demanda, el precio sube, y eso mismo ocurre con los cromos o con las cartas de Sorare, aunque tengan sus propias particularidades. La escasez es algo real, demostrable y crucial en este nuevo mercado.

La gran pregunta, en estos casos, y que de momento no tiene una solución clara, es si se pueden falsificar o cómo de seguro y práctico es todo esto. "Obviamente hay muchas preguntas por resolver en estos entornos. Si, por ejemplo, se acuñan falsificaciones se puede denunciar como cualquier otro activo y la cadena de bloques puede ayudar a las autoridades a solventar algunas disputas, pero también es verdad que se han dado casos de robos de criptomonedas que podrían llegar también a los NFT y que es muy muy difícil recuperar", termina Carrasco.

El fundador de Sorare indica que "una de las características de los NFT es la transparencia, dado que la mayoría están construidos con 'blockchains' abiertos", dice Julia. "Todas las transacciones suceden públicamente lo que significa que podemos monitorear muy de cerca una potencial actividad fraudulenta y cualquiera en la comunidad puede hacerlo también".

Si sigue algo las noticias en las últimas semanas, y en especial las tecnológicas, es muy posible que se haya hecho esta pregunta: ¿por qué hay personas pagando 174.000 euros por el clip de un mate icónico de LeBron James o 54.250 euros por un cromo digital de Mbappé? La respuesta está en los NFT o 'non fungible tokens', protagonistas de la última locura de inversiones digitales que en el último año ha llegado al deporte. En este nuevo escenario, la afición al fútbol o al baloncesto se mezcla con el coleccionismo y la especulación.

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