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Estos dos españoles acaban de 'levantar' 25 millones de dólares en Silicon Valley
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Estos dos españoles acaban de 'levantar' 25 millones de dólares en Silicon Valley

Carlos y Fernando González de Villaumbrosia realizan la primera ronda de financiación de la 'startup' que fundaron en 2014. Y lo hacen a lo grande: con 25 millones de dólares

Foto: Carlos y Fernando González de Villaumbrosia, cofundadores de Product School.
Carlos y Fernando González de Villaumbrosia, cofundadores de Product School.

En mayo de 2013, el español Carlos González de Villaumbrosia hizo las maletas y se plantó en San Francisco, la cuna de Silicon Valley. Lo hizo con Floqq, una 'startup' educativa que no terminó de despegar y que abandonó un año después. Lo que este treintañero quizá no imaginaba es que en 2021, ocho años después, iba a seguir en San Francisco, lo iba a hacer con nuevo proyecto y con nada menos que 25 millones de dólares en el bolsillo de la compañía.

González de Villaumbrosia era jefe de Producto de Floqq y esa era una posición que, desde su punto de vista, necesitaban muchas empresas, pero apenas encontraban nuevos perfiles. Fue entonces cuando surgió la oportunidad: ¿y si creaba una escuela de formación para futuros 'product managers'? Y así es como empezó la historia que le ha traído hasta aquí.

Profesores de Google, Facebook, YouTube, Slack...

En julio de 2014 nació Product School, que daba sus primeros pasos con un pequeño problema: no tenía ni un dólar de financiación externa: "Yo era el único profesor de la escuela y me tiré dos años trabajando en una mesa de un 'coworking' compartida con dos personas. Los cursos, que al principio eran siempre presenciales, los daba alquilando alguna sala de reuniones", cuenta el emprendedor a este diario.

La empresa fue creciendo mediante un modelo de 'bootstrapping' (sin financiación externa, alimentándose únicamente del dinero que pagaban los alumnos). Cuando las cosas comenzaron a ir mejor, el emprendedor empezó a ampliar la lista de profesores, pero tenía una cosa clara: no quería que tuvieran un perfil académico, sino que fuesen profesionales que a día de hoy trabajasen como 'product managers' en grandes compañías de Silicon Valley. Fue así como consiguió convencer a gente como Jamal Eason ('head of product' en Google), Mayank Yadav ('product lead' en Facebook), Minal Mehta ('head of product' en YouTube) o Alex Shih ('director of product' en Slack).

placeholder Foto: Product School.
Foto: Product School.

En esta empresa, González de Villaumbrosia ejerció de CEO y se acompañó de su hermano Fernando, que como CPO recuerda el crecimiento, muy poco a poco, del proyecto: "Las clases eran siempre presenciales, imagínate, así que lo primero que hicimos fue abrir una sede en San Francisco. Cuando íbamos consiguiendo recursos íbamos abriendo cursos en otras ciudades, luego en otras... Así hasta llegar a tener 16 campus: 14 en Estados Unidos, uno en Toronto y otro en Londres", nos cuenta.

El decimoséptimo campus fue casi una premonición pandémica: "Lo abrimos pensando en la gente que no estaba en las otras 16 ciudades, pero vimos que mucha gente prefería los cursos 'online' a los presenciales". Y el covid hizo el resto: a partir de entonces, los cursos 'online' ganaron por goleada a los 'offline'.

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Foto: Product School.

10.000 alumnos, sin financiación y rentable desde el inicio

A día de hoy, Product School puede presumir de cifras: "En los últimos dos años hemos crecido más de un 50% anual. Empezamos en una sala muy pequeña y ahora hemos formado a más de 10.000 personas", afirma Carlos. Y lo más importante de todo: "Hemos sido rentables desde el principio sin necesidad de rondas de financiación". En Product School, los alumnos pagan 4.500 dólares por un curso de dos meses a tiempo parcial ("mucho más barato que un MBA", aclara el CEO).

Es en este contexto donde ha llegado la inyección de 25 millones de dólares a la empresa. La financiación procede de Leeds Illuminate, un fondo americano nacido en 2020, especializado en formación digital y que hasta ahora ha entrado en otras dos empresas del sector: ha liderado una ronda de financiación de 113 millones de dólares en Eruditus Executive Education y otra de 20 millones en Mursion.

Que este fondo haya nacido hace poco y ya haya invertido tanto dinero en tres compañías no parece casualidad. La formación 'online' lleva años creciendo a pasos agigantados y el covid ha acelerado aún más ese ritmo, que también ha llegado a los fondos de inversión; según un informe de HolonIQ, el 'venture capital' duplicó sus inyecciones financieras en empresas de educación digital en todo el mundo en 2020.

La pregunta ahora parece evidente: si la 'startup' de origen español ha salido adelante sin financiación externa, ¿por qué ahora recauda 25 millones de dólares? "Queremos crecer más rápido, seguir creando la mejor certificación en 'product management' y ayudar a las empresas en su transformación digital", afirma el CEO. "En España no tenemos a grandes compañías como clientes, pero en el Fortune 500 sí". Hay otro objetivo al que también puede ayudar esta inyección: contratar más gente. "Tenemos 100 empleados en todo el mundo, de los que 30 aproximadamente están en España. Queremos seguir contratando gente en España".

"No levantar dinero desde el principio te da más poder de negociación. Nunca tuvimos necesidad ni urgencia de financiación externa"

En cualquier caso, González de Villaumbrosia reconoce la ventaja de haber llegado hasta aquí con solvencia financiera: "No levantar dinero desde el principio te da más poder de negociación. Desde el principio tuvimos interés de inversores y negociaciones, pero nunca tuvimos necesidad ni urgencia de dinero". Ese es el camino que llevó a ambos hermanos a Silicon Valley hace muchos años. Por el momento, no les ha salido nada mal.

En mayo de 2013, el español Carlos González de Villaumbrosia hizo las maletas y se plantó en San Francisco, la cuna de Silicon Valley. Lo hizo con Floqq, una 'startup' educativa que no terminó de despegar y que abandonó un año después. Lo que este treintañero quizá no imaginaba es que en 2021, ocho años después, iba a seguir en San Francisco, lo iba a hacer con nuevo proyecto y con nada menos que 25 millones de dólares en el bolsillo de la compañía.

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