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Los satélites de Elon Musk llegan a Irán, pero va a ocurrir justo lo contrario que en Ucrania
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ANTENAS DE CONTRABANDO

Los satélites de Elon Musk llegan a Irán, pero va a ocurrir justo lo contrario que en Ucrania

Los terminales de Starlink están llegando al país islámico con cuentagotas, pero este caso no tiene nada que ver con el éxito que ha tenido para burlar los sabotajes de Rusia

Foto: Elon Musk, durante una presentación de SpaceX. (Getty/Hannibal Hanschke)
Elon Musk, durante una presentación de SpaceX. (Getty/Hannibal Hanschke)
  • Elon Musk es oficialmente el nuevo de Twitter

A Elon Musk le bastan dos palabras para conseguir titulares en todo el mundo, tensar las relaciones geopolíticas y, de paso, promocionar una de sus empresas. "Activando Starlink...", tuiteó como respuesta al secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, que había anunciado medidas "para promover la libertad de internet y el libre flujo de información para el pueblo iraní". Dicho de otro modo, al multimillonario le ha salido tan bien la jugada de la conexión por satélite en la guerra de Ucrania, que ahora quiere exportar el modelo a Irán. Pero una cosa es llegar a Kiev con todas las puertas abiertas y otra muy distinta es entrar en Teherán como un contrabandista. Y, entre medias, hay riesgos de todo tipo.

Los satélites de Starlink —"muy pocos", según Musk— llevan cerca de un mes orbitando sobre el país islámico, algo que no se traduce en que cualquiera se pueda conectar desde allí. La razón está en la otra pata de esta tecnología, las antenas, que por ahora tienen que colocarse en tierra y a una distancia cercana de los dispositivos que quieran conectarse. Durante este fin de semana, algunos activistas iraníes han comenzado a difundir vídeos en los que aseguran que han conseguido colar estos aparatos en el país, algo que también ha confirmado la revista 'Time'. "Genial", dijo el multimillonario como respuesta a estos contenidos.

Como prueba de que este sistema ya está operativo, estas organizaciones —que han querido mantenerse en el anonimato— han asegurado que los vídeos se han subido a la red a través de la conexión de Starlink, que ofrece entre 50 y 150 Mbps de velocidad de bajada y unos siete de subida. "Estos esfuerzos aún son muy incipientes, pero suponen una evidencia de que las terminales están funcionando", ha explicado el analista Karim Sadjadpour, especialista en geopolítica de Irán y EEUU, que ha estado difundiendo los avances de los activistas, a la par que intercambiando tuits con Musk. Sin embargo, que esta conexión vaya bien a nivel técnico puede empeorar todo lo demás.

Los agujeros del plan de EEUU para conectar a Irán

Lo único que tiene en común lo que está pasando en Ucrania con lo que ocurre en Irán es que ambos países han tenido cortes de internet. A partir de ahí, todo es distinto o, más bien, diametralmente opuesto. Por ejemplo, mientras que el Gobierno ucraniano fue el que pidió la intervención de Starlink en los primeros días de la guerra, aquí la iniciativa ha corrido por parte de una empresa estadounidense que quiere operar en territorio hostil. Ahora se les ha sumado la Casa Blanca, que está en conversaciones con el magnate para desplegar una operación más amplia en el país, según una exclusiva de CNN.

La Administración Biden estaría valorando esta opción como forma de apoyar las protestas en Irán, fruto de la muerte de la joven Mahsa Amini bajo custodia policial, tras haber sido arrestada por no llevar el velo correctamente. "Estamos interesados ​​en encontrar formas de garantizar que el pueblo iraní pueda tener acceso a internet", ha explicado un alto funcionario de la Administración estadounidense sin identificar, que también dejaba caer que "Starlink es una opción, pero no es la única".

Foto: Elon Musk. (Reuters/Adrees Latif)

En consecuencia, las autoridades han bloqueado las principales redes sociales y el acceso a internet desde el móvil para evitar que las imágenes de las manifestaciones traspasen sus fronteras, algo que muchos iraníes intentaron sortear mediante el uso de aplicaciones VPN, cuyas descargas se multiplicaron durante los primeros días. Tal y como explicó Teknautas, es algo que pueden hacer gracias a una infraestructura de internet centralizada y controlada casi en su totalidad por el Gobierno, algo que fue impulsado, de manera indirecta, por las sanciones de Estados Unidos. No obstante, en septiembre el Gobierno estadounidense emitió una licencia que abría de nuevo la posibilidad de prestar determinados servicios y que le ha venido como anillo al dedo a Musk.

El modelo de Starlink supone una solución de uso sencillo para los usuarios que, 'a priori', pueden sortear la censura gubernamental a través de la conexión por satélite. Pero el problema es otro: las antenas también ponen en riesgo a quienes están alrededor. Lo dijo el propio Musk al poco de enviar estos terminales a Ucrania: "Starlink es el único sistema de comunicaciones que no es ruso que todavía funciona en partes de Ucrania, así que la probabilidad de convertirte en blanco es alta. Por favor, úsalo con precaución". La razón es que es muy fácil realizar una triangulación para dar con la ubicación exacta de cada dispositivo y, así, poner en el punto de mira a los usuarios iraníes. Además, necesitan estar colocadas en un espacio abierto, lo que las hace más visibles y aún más fáciles de localizar.

placeholder Foto: Reuters/Adrees Latif.
Foto: Reuters/Adrees Latif.

Por otro lado, los terminales tienen un peso de unos 10 kilos y una longitud de medio metro, lo que dificulta que puedas atravesar unas fronteras fuertemente controladas, como las de Irán. Los activistas han negado que las donaciones de Starlink hayan entrado por contrabando —tampoco han aclarado cómo han conseguido llevarlas hasta el país—, pero no han dado detalles de cuántas hay porque, tal y como han explicado, es más complicado acabar con algo si no sabes cómo de extendido está. Una serie de circunstancias que han hecho que algunos activistas iraníes hayan llamado la atención sobre los riesgos que puede tener esto.

"En cuanto nos arrestan, el primer delito del que te acusan es que eres un espía que está trabajando para la CIA o para un servicio de Inteligencia británico", ha explicado Amir Rashidi, director de Derechos Digitales y Seguridad de la organización de derechos humanos Miaan Group. "Si el Gobierno de EEUU está involucrado en la distribución, eso sería otro delito a los ojos del Gobierno iraní y la gente podría ser acusada con cargos graves". Y es ahí donde viene el gran problema.

Del tuit a la tensión geopolítica

Irán no ha hecho ningún comentario oficial al respecto sobre Starlink, pero es fácil imaginar que no les hará ninguna gracia que esté entrando a escondidas en el país un contratista de defensa estadounidense como Starlink, que va a recibir 1,92 millones de dólares para proporcionar conexión al Ejército norteamericano en sus campañas en Europa y África. "Es una acción de una empresa extranjera entrando en un Estado soberano que, además, es una república islámica. Lo puede ver como una intromisión en sus asuntos internos que vulnera su soberanía", explica Jordi Sandalinas, profesor de la UOC y abogado especializado en derecho aeroespacial.

Sandalinas hace hincapié en que lo que ocurre con los dispositivos terrestres es muy distinto a lo que ocurre con los satélites, que orbitan a 450 kilómetros de altura. "A partir de 100 kilómetros sobre el nivel del mar, lo que se conoce como la línea de Kármán, el principio de soberanía se diluye, tal y como ocurre con las aguas internacionales", expone el abogado, que recuerda que esto está regulado por el Tratado sobre el Espacio Exterior, de 1967. "Irán lo firmó, pero sin ratificar, por lo que es consciente de que puede recibir señales electromagnéticas provenientes de satélites de comunicación. Si no quiere que ocurra eso, tiene que negociar ante la comunidad internacional".

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Es una cuestión que tensa aún más las relaciones geopolíticas entre Irán y Estados Unidos, que están tratando de resucitar el acuerdo nuclear de 2015, que luego fue tumbado durante la presidencia de Donald Trump. Si bien parecía que la Administración Biden había encarrilado un nuevo trato, en los últimos meses las conversaciones se han enfriado tanto que parecen congeladas. Además, cabe recordar el papel de los drones iraníes en la guerra de Ucrania, donde se están convirtiendo en un armamento fundamental para el Ejército ruso.

Sobre este punto, cabe recordar que Starlink en Ucrania ha tenido un uso más militar que civil, un contexto que ha generado algunos problemas y, también, una fuerte dependencia. De hecho, los terminales han empezado a llegar poco después del amago de dejar de financiar Starlink en Ucrania por parte de Musk, que argumentó que le había costado ya cerca de 80 millones de dólares y algún quebradero de cabeza con el Gobierno de China.

No se sabe quién pagará los costes del servicio en Irán, pero sí que el multimillonario está expandiendo la marca de Starlink con una campaña que está a medio camino entre la filantropía y el 'marketing'. "La inclinación de Musk por la viralidad en internet se ha convertido en un componente clave de sus operaciones comerciales", destacaban hace poco en 'The Intercept', donde recordaban que es habitual que pregone que "una tecnología que fabrica es la clave para resolver una crisis global", pese a ser "simplemente inverosímil o con fallos en la ejecución". Ahí entran desde los casos de los niños tailandeses atrapados en una cueva hasta este último episodio. Al menos, parece haber encauzado la relación con la Administración Biden en un momento en que los reguladores están mirando con lupa su papel en la compra de Twitter.

  • Elon Musk es oficialmente el nuevo de Twitter

A Elon Musk le bastan dos palabras para conseguir titulares en todo el mundo, tensar las relaciones geopolíticas y, de paso, promocionar una de sus empresas. "Activando Starlink...", tuiteó como respuesta al secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, que había anunciado medidas "para promover la libertad de internet y el libre flujo de información para el pueblo iraní". Dicho de otro modo, al multimillonario le ha salido tan bien la jugada de la conexión por satélite en la guerra de Ucrania, que ahora quiere exportar el modelo a Irán. Pero una cosa es llegar a Kiev con todas las puertas abiertas y otra muy distinta es entrar en Teherán como un contrabandista. Y, entre medias, hay riesgos de todo tipo.

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