Nadie compra baterías Powerwall de Tesla en España y eso explica el caos de las fotovoltaicas

"¿Las Powerwall de Tesla? A mí me encantaría instalar una, de verdad, estoy deseándolo. ¡Pero es que nadie las quiere!". Esta frase resume de un tirón no solo lo que está ocurriendo en nuestro país con uno de los productos más esperados de Tesla, sus baterías Powerwall, también explica la situación que atraviesan firmas como Holaluz, acosada por pérdidas millonarias. La frase es de Felipe de la Cruz, uno de los más de 100 instaladores certificados por Tesla en España para sus Powerwall que, de momento, no ha vendido ni una. Ni él, ni prácticamente nadie. "Se supone que este año iba a ser el año de las baterías, y nada", reconoce resignado De la Cruz. El pinchazo de las Powerwall, en realidad, es un buen reflejo del bache que atraviesan las fotovoltaicas y el autoconsumo en España.

"Hemos enviado desde junio un par de presupuestos para instalar la Powerwall y nada, no ha cuajado ninguno. El sector está muerto, nosotros estamos al 10% del nivel del año pasado. Quizás lo que no era normal era lo que vivimos en 2021 y 2022. La gente te llamaba como loca para instalar placas solares y muchos baterías. Ahora todo eso ha desaparecido", explica Alejandro Jareño, responsable de Renovalex, otra pequeña fotovoltaica que, igual que la empresa de Felipe de la Cruz, Baobab Solarworks, se está enfrentando a un derrumbe en el autoconsumo energético residencial que ni el tirón de la marca Tesla es capaz de amortiguar.

Anunciadas en 2015, pero disponibles de forma oficial en España a partir de este mayo, las Powerwall son la solución de Elon Musk para almacenar en casa tanto energía solar como de la red eléctrica convencional y consumirla más tarde. Una de sus grandes ventajas es la elevada capacidad (13,5 kWh) y la posibilidad de acumular hasta 10 unidades en paralelo. De esta forma, gracias a la energía solar, o a la eléctrica en horas valle (cuando es más barata), es posible ahorrarse un buen pico al mes en la factura de la luz.

Su gran inconveniente es el precio. Como casi todo lo de Tesla, las Powerwall no salen baratas. Solo el aparato cuesta 7.200 euros (1.000 más si se quiere controlar en remoto). La instalación va aparte, por lo que el coste final puede rondar los 9.000 o 10.000 euros.

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"El otro día llamé a nuestra central de compras y les pregunté si habían vendido alguna Powerwall en toda la zona, y nada. No es que sea mala, pero es para los fanboys de Tesla. Además, es bastante cara, todavía no compensa la inversión. Con el resto de marcas, como la batería Luna de Huawei o las chinas Goodwee, se está notando un bajón muy fuerte, pero es que con las Tesla no hay movimiento", explica José Fernández Narváez, dueño de una pequeña empresa fotovoltaica madrileña que reconoce haber tenido que diversificar a otras actividades, como los cargadores para coches eléctricos, para capear el temporal. El Confidencial ha contactado con una decena de instaladores certificados de las Powerwall en España y todos confirman la misma situación: no han colocado ni una.

Jorge Morales de Labra, especialista en renovables y director general de Próxima Energía, empresa que comercializa e instala paneles solares y baterías, cree que el pinchazo de las Powerwall en nuestro país es un reflejo de cómo el sector se ha pasado de frenada. "Estamos viendo caídas de un 30% en el segmento residencial por dos motivos fundamentales, el coste de la energía ha caído a la mitad y se han parado las subvenciones. La mayor parte de CCAA están en lista de espera para recibir más fondos que puedan destinar a subvencionar instalaciones de autoconsumo. Hasta que el Gobierno no vuelva a abrir el grifo, esto seguirá parado. Había cierto dopaje y ahora ya no es como antes, que si tu vecino se instalaba paneles, tú venías y te los ponías. Ahora hay que hacer números y ver si sale a cuenta caso a caso", explica Labra.

Factura a cero euros: "Eso es falso"

Para este especialista hay un tercer factor clave que ha ayudado a inflar la burbuja: las Powerwall de Tesla y el "marketing agresivo de Holaluz". El pasado mayo, Holaluz anunció por todo lo alto una alianza exclusiva con Tesla para instalar la Powerwall en todo el territorio nacional. El acuerdo, aseguraba la compañía, aceleraría "sustancialmente" las ventas de baterías, junto al "crecimiento exponencial" de las instalaciones solares en hogares. No ha ocurrido ni lo uno ni lo otro. Tesla, lejos de ser un revulsivo, está generando casi un efecto rechazo: los pocos clientes que aún quieren instalarse una batería en casa acaban casi siempre apostando por marcas mucho más baratas.

"No se puede garantizar un ahorro en la factura de la luz del 70% y menos del 100%. Eso es falso"

"En baterías para el hogar hay un segmento prémium y otro barato. Lo que nos hemos encontrado es que con el segmento barato, con marcas como Huawei, la gente no necesita más. No conozco a nadie en España que tenga una Powerwall en casa. Ni siquiera gente con un alto poder adquisitivo. Han mareado demasiado la perdiz. Al principio, solo podías instalarlas con Holaluz, y no operaban en toda España. Ahora ya hay muchos instaladores y se les ha pasado el suflé", asegura Labra, quien además habla de publicidad engañosa por parte de Holaluz.

"Garantizamos ahorros del 70% con nuestras instalaciones solares que, al añadir batería, pueden llegar al 100% (factura 0 euros)", afirma la empresa en sus documentos. "Reduce tu factura a cero euros", reza en su web. "Evidentemente, esto es falso. No es lo mismo un tejado orientado al este que al oeste. No es lo mismo una familia que se pasa todo el día fuera de casa que otra que no. Nosotros tenemos a más de 900 clientes que llevan más de un año con factura cero, la mayor parte de ellos sin batería física, pero sí con batería virtual. Pero nunca vas a poder garantizar un ahorro del 70% y mucho menos del 100%. En ningún caso", zanja Labra.

Contactada por este diario, un portavoz de Holaluz asegura que su estrategia sí está funcionando. "El 15% de las instalaciones que estamos haciendo, unas 280 al mes, lleva asociado una batería. Eso ha aumentado nuestro margen bruto por instalación", explican. En términos absolutos, eso supone vender unas 42 baterías al mes de las dos marcas que comercializan, Tesla Powerwall y Sungrow. Holaluz, sin embargo, no publica el dato desagregado de cada una. Consultada sobre sus ventas en España, Tesla tampoco ofrece ninguna cifra.

"Esperamos cerrar el año con un número de instalaciones comparable al de 2022, en un 2023 complejo en el que el mercado ha caído entre un 25% y un 50% debido al descenso del precio de la electricidad y los altos tipos de interés", dice Holaluz en un comunicado remitido a El Confidencial. La empresa anunció hace un mes el despido del 27% de la plantilla (200 empleados) tras registrar unas pérdidas de 21 millones de euros en los seis primeros meses del año. De las casi 39.000 instalaciones que esperaba realizar a finales de año, llevaba solo 12.500 al cierre de septiembre. En 2025 confiaba colocar más de 65.000, en buena parte, gracias a la guinda de Tesla.

Las previsiones ahora se han evaporado y chocan de lleno con la experiencia real de la gente.

"¿14.000 euros? Esto no puede ser"

"Yo de verdad quería una Powerwall. Tengo un coche Tesla y pensé, venga, todo igual. Al principio solo las instalaba Holaluz, pero aquí no operaban. Y casi mejor, te obligaban a contratar sus propias tarifas. Así que me puse a investigar", explica Ion Sánchez, propietario de una casa con placas solares en Navarra que buscaba una solución a los continuos cortes de luz. "Vivo a cinco kilómetros de Roncesvalles, la red de Iberdrola está como está, hay cortes cada mes. Y cuando nieva, ni te cuento. En mi casa todo es eléctrico, no tengo gas, así que necesitaba algo que me asegurase el suministro en mitad de un apagón".

El primer presupuesto que le pasó una empresa local para instalar la Powerwall fue de 14.000 euros. "Esto no puede ser, pensé. Luego Tesla publicó en su web los precios de la Powerwall, y me redujeron el presupuesto a 11.000. Seguí mirando y vi en internet otra batería que, por menos dinero, me daba el doble de capacidad, 26 kWh. Me lancé. Lo bueno de la Powerwall es que es muy compacta, si tienes problemas de espacio, merece la pena. Pero yo tengo un sótano de 170 metros cuadrados, así que me decidí por una batería más aparatosa, pero más barata", explica Sánchez.

"Es un producto esnob. Yo tengo un Tesla, me encanta, pero el coche lo enseñas. ¿Una caja en un garage? Para eso no te gastas el triple"

El modelo que adquirió es lo que se conoce como una unidad reconvertida: se cogen componentes de baterías de coches eléctricos y se utilizan para ensamblar de cero baterías de almacenamiento. "Tenemos varios canales para comprarlas, pero el principal son fabricantes de coches con demasiado stock que las venden a través de intermediarios. Hace poco compramos un tráiler entero a Mercedes, nuevas. Y con eso estamos ensamblando baterías para el hogar certificadas. Si la Powerwall te cuesta 7.200, la nuestra son 2.499 euros. Mucha gente no necesita tanta capacidad. Nuestra unidad más vendida es de 8 kWh por 1.250 euros. Es imbatible", explica orgulloso Iván Hernández, jefe técnico de la empresa madrileña Second Life Battery, dedicada a reacondicionar y vender estos aparatos.

El éxito de su propuesta demuestra qué es lo que importa ahora mismo a los pocos clientes que aún se están planteando instalar una batería en sus casas: precio, precio y precio. En 2021, Second Life Battery rozó el medio millón de euros de facturación, pero el año pasado se disparó a los tres millones, cifra que igualará en 2023 pese a la caída del fotovoltaico. Hernández tiene claro por qué la gente pasa de las Powerwall en España. "Es un producto esnob. Yo tengo un coche Tesla, me encanta, soy muy fan, pero su batería para el hogar se ha quedado muy por debajo de la competencia. Incluso los clientes de alto poder adquisitivo acaban optando por modelos más baratos. El coche lo enseñas, pero, ¿una caja en una esquina del garage? Para eso no te gastas el triple".