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No es cosa tuya: la razón por la que cada vez nos tragamos más anuncios en YouTube
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No es cosa tuya: la razón por la que cada vez nos tragamos más anuncios en YouTube

Cualquier usuario habitual de YouTube habrá notado que cada vez hay más anuncios y más largos antes y durante los vídeos. Malas noticias: si no pagas, pronto será peor

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Los anuncios de YouTube se están convirtiendo en uno de los rincones más odiados de internet. Sean entrevistas que se interrumpen cada pocos minutos o conciertos en los que aparecen anuncios entre canción y canción —incluso entre medias de alguna—, los usuarios de la filial de Google llevan meses, si no años, cargando contra lo que consideran una intromisión abusiva. Para evitarlos, muchos optaban por los bloqueadores de anuncios (adblockers), pero ahora la plataforma ha decidido pararles los pies.

Basta con ser un usuario recurrente de YouTube para percatarse que la publicidad es cada vez más molesta. Es algo que se nota tanto en la cantidad de anuncios como en su duración —en los casos más extremos, pueden durar más de un minuto y sin opción de saltarlos— e, incluso, en las partes del vídeo en las que aparecen. Lógicamente, la campaña navideña también ha influido, pero la realidad es que se trata de una tendencia mucho más amplia y que, todo sea dicho, recuerda cada vez más a la televisión.

"La inversión publicitaria en redes sociales y entornos digitales todavía no ha parado de crecer. Cada vez hay más anunciantes apuntando a un tipo de público similar", explica Marcos Blanco, director de la agencia de marketing Gestazion y profesor de ESIC. Sin embargo, aquí la ley de la oferta y la demanda circula por carriles distintos a los tradicionales. "Las redes no están bajando el precio porque haya más anunciantes, sino más bien lo contrario. Todas están subiendo y nos cuesta mucho más tener los mismos impactos que antes con la misma inversión. También es un problema para el usuario final, que se encuentra todo plagado de anuncios", incide.

A esto se suma la posición de dominio de Google en general (y YouTube en particular) en el mercado. Después del buscador, es la segunda web más visitada del mundo, de acuerdo con el informe Digital 2023, elaborado por We Are Social y MeltWater. En concreto, tiene 1.980 millones de visitantes únicos cada mes —de ellos, casi 40 millones en España— y 33.900 millones de visitas mensuales de media. Es lo que le hace alcanzar a casi un tercio de la población mundial y la mitad de los usuarios de internet.

Además, el hecho de ser parte de la misma empresa facilita las cosas, ya que Alphabet, la matriz, tiene el negocio publicitario más conocido y longevo de internet, por lo que las agencias de publicidad se adaptan a su modelo sin mayor problema. "YouTube tiene unas opciones de segmentación de audiencias que no ofrecen otras redes, y eso permite más posibilidades al anunciante", destaca Blanco.

YouTube también es la aplicación de vídeo en la que más tiempo pasan los usuarios; en concreto, 20 minutos y 19 segundos de media. Es mucho más que los ocho minutos y 15 segundos de Instagram o los tres minutos y 51 segundos de TikTok. En un momento en el que crecen los anuncios, eso se ha convertido en una suerte de ventaja envenenada para la plataforma de Google. "En YouTube nos habíamos acostumbrado a poner vídeos sin apenas interrupciones o anuncios antes de la visualización, así que ahora cuesta más asumirlo. En Instagram o TikTok también hay cada vez más publicidad, pero el corte no interrumpe la experiencia de la misma forma", comenta este especialista.

Foto: Mark Bergen. (David Paul Morris)

La otra cara de la moneda está en los creadores. "Desde hace un tiempo, se han simplificado las opciones de los formatos de anuncio con el objetivo de aumentar los ingresos de los creadores de contenido", defiende Fabienne Fourquet, directora de 2btube, una agencia especializada en gestión de canales de YouTube. En este sentido, recuerda que la publicidad "es la base en la que se sustenta a los creadores".

Sin embargo, eso no significa que estos tengan un amplio control sobre este aspecto. "Los creadores no pueden decidir directamente el número de anuncios que aparecen en todos sus vídeos, pero sí si permiten que aparezcan ciertos formatos. Por ejemplo, si la publicidad es saltable o no, o dónde pueden aparecer, si antes, en medio, o después", especifica Fourquet.

Por ejemplo, las promociones que aparecen en mitad de los vídeos, llamadas mid-rolls, solo se permiten cuando la duración es superior a ocho minutos. "YouTube los coloca automáticamente en pausas naturales de los vídeos. Sin embargo, esta opción sí es editable por el creador de contenido, ya que puede activar manualmente el momento en el que pueda salir un anuncio", continúa la directora de 2btube.

Adiós, adblock... ¿Hola, suscripción?

Hasta ahora, una forma más que extendida de evitar los anuncios en YouTube (y otras muchas webs) eran los bloqueadores de anuncios. Ahora están dejando de funcionar en el entorno de Alphabet. Tras casi dos décadas haciendo la vista gorda, Google lleva meses tratando de impedir su actividad, tanto en la plataforma de vídeos como en Chrome. Es algo para lo que han usado todo tipo de tácticas, desde deshabilitar extensiones a ralentizar vídeos o, directamente, impedir su visionado.

"Es normal que hayan acabado tomando una decisión así para evitar perder ingresos, ya que los anuncios permiten ofrecer contenido en abierto", indica Fourquet sobre esta cuestión. Aquí hay que recordar que, solo en el tercer trimestre de 2023, YouTube ingresó 7.952 millones de dólares por anuncios, algo más del 10% de la facturación de todo Alphabet (76.693 millones). De hecho, la división publicitaria en el gigante tecnológico aumentó un 9,5% sus ingresos respecto al año anterior, algo que fue clave para una cuentas de resultados con 19.689 millones de beneficios.

Es lo que deja ya una única opción para evitar la publicidad: pasar por caja. Es la opción de YouTube Premium, con un modelo de suscripción similar al de Netflix o HBO. "Tenemos que admitir como público que, si hay un tipo de contenido que valoramos o vemos mucho, deberíamos pagar por él", sugiere Blanco, de Gestazion, aunque considera que las tarifas son demasiado elevadas.

En España, el precio de YouTube Premium es de 11,99 euros al mes, aunque se oferta un plan familiar por 17,99 euros mensuales (solo si se reside en el mismo domicilio). "El usuario ve que le cuesta incluso más que Netflix, y no tiene sentido para él. Es algo que está pasando con las suscripciones en todas las redes sociales", añade. En este caso, cabe destacar, el pago incluye también YouTube Music, una alternativa a Spotify. El problema es justo ese: no existe una opción más barata que únicamente elimine los anuncios.

Foto: Foto: Reuters/Lucy Nicholson.

"Sinceramente, creo que no les interesa tanto incentivar Premium, porque viven de la publicidad y les da miedo cambiar el modelo. Si quisieran impulsarlo, lo habrían ofertado a cinco euros y, cuando tuvieran cierto número de suscriptores, irían subiendo para ver cómo se comportaban", explica Blanco sobre esta cuestión. Además, la plataforma de vídeos subió tarifas en varios países en 2023, aunque España se salvó de la escalada.

Así que, si no vas a pasar por el aro de la suscripción y estás harto de los anuncios, no hay buenas noticias para ti. "Van a seguir llegando anunciantes y van a seguir subiendo. La tendencia es esa, hasta que llegue un punto de estancamiento, pero todavía falta tiempo para eso", comenta este especialista, que recuerda que esta película ya la ha visto antes. "Es lo que ocurrió con la televisión. Cada vez ponían más anuncios hasta que llegó un punto en el que se tuvo que regular para que no hubiera más de ciertos minutos por hora", incide, aunque no cree que sea algo que vaya a suceder en internet a corto plazo: "Es difícil establecer cómo hacerlo, pero, si se da la ocasión, Europa es la mejor posicionada para hacerlo".

Los anuncios de YouTube se están convirtiendo en uno de los rincones más odiados de internet. Sean entrevistas que se interrumpen cada pocos minutos o conciertos en los que aparecen anuncios entre canción y canción —incluso entre medias de alguna—, los usuarios de la filial de Google llevan meses, si no años, cargando contra lo que consideran una intromisión abusiva. Para evitarlos, muchos optaban por los bloqueadores de anuncios (adblockers), pero ahora la plataforma ha decidido pararles los pies.

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