Por qué parece que todos los 'entrepreneurs' españoles huyen a Dubai. Este joven te lo explica desde dentro

Quizá en los últimos meses te hayas topado con más de alguna publicación en redes sociales como Instagram o TikTok, o un vídeo en YouTube de algún joven español narrando las bondades de vivir en Dubai y lo bien que les va trabajando desde ese rincón del Golfo Pérsico. El más poblado de los Emiratos Árabes Unidos lleva años construyendo una imagen cosmopolita, intentando parecer un oasis entre tanta potencia petrolera donde la vida y las libertades civiles son constreñidas por las normas de dictado religioso.

El oro negro sigue siendo la gasolina de esta ciudad-estado, pero entre sus prioridades también está ser un destino turístico de atractivo mundial. No lo tiene fácil con temperaturas que en mayo ya superan los 40 grados y se multiplican en los meses de verano. Ofrecer más que un sol abrasador y miles de kilómetros cuadrados de arena es lo que le ha llevado a trufar la ciudad con edificios como el Burj Khalifa, el rascacielos más alto del mundo, así como resorts y centros comerciales. Si no tienen argumentos turísticos, tendrán que inventarlos.

Esa obsesión por la modernidad también los ha empujado a intentar cazar el tren de los negocios digitales, poniéndolo fácil a los que quieran trasladarse hasta allí a vivir de ello. Un guante que han recogido, entre otros, influencers e inversores. Muchos de los que se han mudado tienen que ver con el mundillo de las criptomonedas, que buscan en Dubai no solo facilidades económicas, sino también un ambiente donde su negocio no esté siempre bajo sospecha.

Mani Thawani, el conocido y polémico gurú canario de las criptodivisas, decidió trasladar allí su empresa MundoCrypto hace varios meses. Lo hizo después de levantar mucha polémica en nuestro país y ser incluida en la lista gris de la CNMV, un registro que el regulador actualiza con entidades financieras que no gozan de su autorización para operar. Cuando anunció su decisión, el joven afirmó en un comunicado que lo hacía porque habían sido "penalizados con regulaciones restrictivas, persecuciones políticas, manipulación mediática, obligaciones fiscales y limitaciones en nuestra actividad empresarial".

Pero más allá de este caso concreto, ¿cuáles son las razones para que influencers o inversores escojan este país y no cualquier otro del mapa? "Yo creo que el tema principal es la imposición fiscal a los que hacen negocio por internet, como gente que se dedica a la inversión o el marketing y las redes sociales", explica Paulo Simón, más conocido como 'Paulinho', un emprendedor natural de Verín (Galicia) que se trasladó allí hace dos años.

"Ahora tienen que pagar un 9% de impuesto de sociedades, pero hasta hace nada la carga fiscal era cero", añade. En el caso de los inversores y empresas destinadas a las criptomonedas, explica que el país ofrece un entorno y una cultura mucho menos hostil. "Aquí están mucho más normalizadas y regularizadas. Por poder, puedes comprarte hasta tu piso así", cuenta Simón. "En otros lugares siempre vas a estar bajo sospecha por muy lícito que sea lo que hagas. Aquí no existen esos prejuicios".

Otro de los motivos que pone sobre la mesa, en el caso de los influencers y los creadores de contenido, es el relato que se puede construir en un lugar como este. "Esta ciudad proyecta una imagen completamente diferente, por el lujo y el estilo de vida que hay aquí. Eso no lo encuentras en otros sitios fácilmente", reflexiona durante el encuentro con este periódico, que se produce en una lujosa cafetería de un centro comercial rodeada de primeras marcas a los pies del Burj Khalifa. A esta lista de razones también suma la facilidad para instalarse en la ciudad. "Yo mismo pensé en marcharme a Estados Unidos, pero los trámites eran mucho más complicados. Por eso acabé optando por Dubai".

"Pero más allá de todo esto, lo principal es el tema fiscal", insiste.

Llegar con 18 años a Dubai

El caso de este joven es especialmente particular por lo joven que era cuando llegó hasta aquí. "Me trasladé justo cuando cumplí los 18 años", cuenta. Al contrario de lo que pueda parecer, asegura que el suyo no es un caso más de un entrepreneur de familia acomodada que se dedica a experimentar e intentar pegar pelotazos con el patrimonio de sus padres. "Mi padre es veterinario. Mi madre, maestra de instituto. Y yo crecí en un pueblo como Verín, donde casi ni existía la palabra startup. No era el entorno más propicio para emprender", bromea sobre este asunto.

Relata que el dinero que le ha permitido iniciar esta aventura empezó a cosecharlo cuando todavía no había cumplido ni quince años. "Empecé con el comercio de zapatillas de coleccionismo y edición limitada. Como era menor, mi padre era el que me lo tenía que facturar, pero yo era el que me iba al instituto cargado de cajas para ir en el recreo a Correos a enviarlas".

Lo que sacó de esto le sirvió para experimentar, aún siendo menor, con las criptomonedas. Cuenta que le fue bien y le permitió multiplicar "mucho" (no dice cuánto) su dinero. Su éxito y cómo lo contaba a través de redes sociales le permitieron conocer a diferentes emprendedores españoles y empezar a moverse por estos círculos. "Las relaciones que he ido tejiendo han sido claves para mi éxito". Explica que ha hecho algún pinito como consultor en temas de criptos, NFT o blockchains y cuando cumplió la mayoría de edad fue cuando contó en casa que quería marcharse a Dubai. "Mi madre me dijo que a ver si no podía irme más cerca, a un lugar como Suiza", dice.

Hace poco más de un año decidió dejar de lado las divisas digitales y centrarse en otros menesteres. Sus ocupaciones actuales son variadas. Sigue invirtiendo y moviendo su capital tanto en bolsa como en startups españolas. También se dedica a gestionar y ayudar a personas y empresas que quieren instalarse en Emiratos Árabes Unidos. Y asesora financieramente a dos firmas de marketing digital. La pregunta es inevitable: ¿por qué dos empresas iban a confiar sus cuentas a un chaval de 20 años prácticamente autodidacta? "Como te decía, mi éxito, que no me haya estampado mis ganancias y mis relaciones han sido claves para contrarrestar el tema de la edad. No es que sea un chaval que vaya de nuevas, es que voy recomendado y mi trabajo habla por mí". Todas sus actividades, asegura, le reportan unos ingresos "de al menos" medio millón de dólares cada año.

Su último negocio ha sido Project X, una academia online en la que pretende enseñar las "bases del emprendimiento". Dura seis meses y la matrícula cuesta 2.000 euros. El claustro está compuesto por siete personas que trabajan y colaboran con él en Dubai. "Hay asignaturas de gestión de negocios, de cómo hacer crecer marcas personales, de inversión, de venta a través de redes sociales… Luego los viernes doy una clase en la que explico mis aprendizajes de la semana", comenta. Reconoce que el público que se ha encontrado es diferente al que estaba acostumbrado a tratar. "Estaba más acostumbrado a tratar y hacer consultoría y negocios con gente que ya tenía sus negocios y que buscaba hacerlos crecer. Ahora me he encontrado con personas que quieren cambiar su vida, que les des las claves para conseguir dar un pelotazo. Y eso no es algo que yo pueda asegurarles. Puedo darles consejos, pero no la fórmula mágica", reflexiona.

'Paulinho' también ha abierto un canal de YouTube en el que combina diferentes contenidos sobre la vida en Dubai, pero también de consejos de inversión o de relaciones en el mundo de los negocios. En algunos de sus vídeos, se le oye animando a su audiencia con frases del estilo "a reventarla y ganar mucha pasta". Cuando se le pregunta el fin de este movimiento dice que de "momento es compartir sus experiencias y conocimiento". Cuando se le plantea que estos contenidos pueden transmitir a algunos usuarios una idea equivocada y de que se puede ganar dinero de manera sencilla y sin esfuerzo, niega tajantemente esta idea. "Yo ya tengo mis otros ingresos. No soy alguien que necesite monetizar ese canal inmediatamente y tenga que sacar dinero rápidamente vendiéndote un curso. No le voy a decir nunca haciendo esto te vas a hacer rico en seis meses o un año. Eso sería mentira. Si alguien te lo dice es un vendehumos".

¿Es Dubai la nueva Andorra?

Igual de tajante resulta cuando niega que Dubai sea un caso similar al de Andorra. "El que se va allí es porque realmente no se quiere ir de España, porque tiene mucho apego y no quiere renunciar a su vida allí", argumenta. "Pero si me vengo a vivir a un lugar que está a 6.000 kilómetros y siete horas de avión de mi familia, de mi ciudad y de mi casa, la gente va a comprender que yo tributo aquí y no en mi país, independientemente de dónde estén mis clientes".

'Paulinho' lanza, eso sí, una importante advertencia. "Aquí se viene emprendido. No a emprender. Yo traje todos mis clientes de España. La gente que viene con la idea de encontrarse aquí los trabajos está equivocada. Hay muchos que han venido con esa filosofía y en unas semanas se han arruinado y se han vuelto a España tras fundirse todo. Aquí está todo diseñado, por así decirlo, para gastar", cuenta.

"Necesitas generar unos 10.000 o 15.000 dólares al mes para mantenerte y ganar dinero aquí. Y eso no es fácil", explica.

En un programa realizado por Jalis de la Serna hace unas semanas, una influencer española explicaba que había que estar constantemente trabajando si no se quería perder ingresos. "Tienes que estar todo el rato muy presente. En Dubai hay muchos influencers", relata la joven Blanca Franco, que cuenta con 400.000 seguidores en sus redes sociales. Al Gobierno local le interesa mucho esos perfiles porque gana visibilidad en el extranjero y estos mensajeros muestran exactamente la imagen que quiere proyectar al mundo: lujo y modernidad. Una imagen que también tiene una cara B: la de las clases más bajas —inmigrantes de Asia o países vecinos— o la de colectivos LGTBI que viven bajo la amenaza de las leyes que castigan esta condición sexual.

Paulo Simón también reconoce a El Confidencial que hay muchas renuncias aparejadas a mudarse hasta Dubai. "Es una ciudad segura y que tiene todo tipo de servicios. Pero también es una ciudad muy claustrofóbica. No está hecha para moverse a pie, está el tema del calor o del cielo encapotado por la calima todo el rato", remacha. "A cualquiera que le preguntes te hablará bien, pero te dirá que es algo temporal. La mayoría de gente que ha venido aquí como yo lo ve como algo temporal. Como un episodio de dos o tres años para hacer dinero y volverse".