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¿Mesa en Etxebarri o ABaC? Alguien se está forrando vendiendo reservas de restaurantes VIP
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LA PICARESCA LLEGA A LAS RESERVAS

¿Mesa en Etxebarri o ABaC? Alguien se está forrando vendiendo reservas de restaurantes VIP

Un nuevo y polémico negocio de compraventa de reservas de restaurantes se está abriendo paso en Internet. Y la gente que hay detrás se está llenando los bolsillos sin apenas esfuerzo

Foto: El asador Etxebarri de Bittor Arginzoniz, en Vizcaya. (EFE)
El asador Etxebarri de Bittor Arginzoniz, en Vizcaya. (EFE)
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El Celler de Can Roca, Lasarte, Oria, Etxebarri, ABaC… encontrar mesa en algunos de los restaurantes más selectos de España se ha convertido en una misión imposible. Cualquier persona que quiera degustar los menús diseñados por los chefs más importantes del país tiene que hacer frente a eternas listas de espera que, en ocasiones, pueden llegar a los dos o tres meses. A no ser que se salten la cola de la manera más obvia: apoquinando. Un nuevo y polémico negocio de compraventa de reservas se está abriendo paso en internet. Y la gente que hay detrás se está llenando los bolsillos sin mucho esfuerzo.

Desde la pandemia, asistimos a un fenómeno sin igual: las mesas disponibles escasean en todos lados, algo que se pone peor durante los fines de semana y en los sitios de moda. De esta necesidad se ha apuntalado todo un sistema de reventa que hace de las reservas una nueva moneda de cambio. La idea es acumularlas y luego ofrecérselas a aquellos que estén dispuestos a pagar por ellas. Se trata de la picaresca de toda la vida, similar a lo que ocurre en los eventos deportivos, pero ahora enfocada a un cliente mayoritariamente rico y al que le da igual desembolsar unos billetes de más con tal de sentarse a cenar dónde y el día que quiera.

La tendencia viene impulsada por algunas plataformas en internet que han hecho de este negocio cuestionable algo totalmente normal. La principal es Appointment Trader, una startup con sede en Estados Unidos. En esta web, los usuarios pueden abrirse una cuenta para comprar o vender reservas de todo tipo: restaurantes, eventos, salas de belleza…, De esta manera, consiguen puntos (o trader points, como los llaman en la plataforma) y “medallas” para subir más reservas y ganar más. Una espiral de dinero rápido que proporciona a los creadores de la plataforma un 30% de comisión de cada venta. Según su dueño, de momento se han vendido más de 2,4 millones de dólares en reservas.

La persona detrás de esta página web es Jonas Frey, un ingeniero informático de 33 años que no pudo conseguir una cita para renovar su carnet de coche, por lo que decidió crear una web para solucionarlo: "¿Cómo es posible que no pueda pagar en algún sitio para saltarme la cola?", pensó. Ese mismo mes lanzó Appointment Trader. Frey diseñó un algoritmo que determina los lugares más populares en función de las solicitudes de reserva que hay y permite lanzar ofertas por restaurante y franja horaria. La web, que presenta una interfaz y un diseño intencionadamente desfasado, casi como del internet de 2007, informa al comprador sobre qué nombre decir cuando va y reclama la mesa. Appointment Trader va incluso más allá y permite a los usuarios pujar por reservas que aún no existen, creadas por los propios empleados de algunos restaurantes. Frey comenta que penaliza a los usuarios que acumulan reservas y no las venden.

placeholder Captura de pantalla de la plataforma Appointment Trader. (EC)
Captura de pantalla de la plataforma Appointment Trader. (EC)

Como suele decirse en economía y, como afirma el profesor de economía Daniel Fernández en X (antes Twitter), al enterarse de esta plataforma: "Donde hay un mecanismo de asignación ineficiente, hay posibilidad de arbitraje". El repunte de este negocio es obvio: reservar no cuesta dinero, salvo en los casos en los que el comensal tenga que pagar un depósito. Eso ha llevado incluso a algunos revendedores a usar bots, mucho más rápidos que las personas, que revisan las páginas webs y apps de hostelería, como The Fork o Resy, cientos de veces al día para ejecutar las reservas en el momento en el que las mesas están disponibles. Resy especifica en letra pequeña que los usuarios no pueden vender ni intercambiar sus reservas.

Este fenómeno de reventa ya está totalmente extendido en Estados Unidos. Tanto, que hay algunos que se están ganando decenas de miles de dólares al año. Alex Eisler, un estudiante de la Universidad de Brown, utiliza todos los días números de teléfono y direcciones de correo electrónico falsos para hacer reservas: "A veces reconocen mi voz, así que tengo que poner acentos. O hacerme pasar por una mujer", explica en un reportaje reciente en The New Yorker. Sus ventas recientes en Appointment Trader, donde su nombre de usuario es GloriousSeed75, suman más de 70.000 dólares. Otro revendedor, PerceivedWash44, comenta en el mismo reportaje que hace reservas mientras ve la televisión. "Algunos juegan al Candy Crush en su móvil mientras están en el sofá. Yo juego a hacer reservas". El año pasado ganó 80.000 dólares revendiéndolas.

Foto: La de Coldplay ha sido una de las giras con mayor demanda del año. (Reuters/Maja Smiejkowska)

Como ellos, cientos de personas se sientan todas las mañanas a acumular reservas con nombres falsos. El método es sencillo: llaman a restaurantes o acuden a las páginas webs de los establecimientos para reservar mesas y luego las cuelgan en Appointment Trader, donde fijan un precio y la gente puede pujar. Luego, le dan la información de la reserva al comprador.

Era cuestión de tiempo que llegara a España

Si uno entra a Appointment Trader ahora puede ver que aparecen ya restaurantes conocidos de nuestro país como DiverXO, de Madrid, donde se pueden adquirir reservas desde 30 euros. También aparecen otros como Estimar, en Barcelona, con pujas de 130 euros. O Arzak, en San Sebastián, por 165 euros. El menú degustación de este último ronda los 200 euros.

Contactamos con Arzak para comprobar si tenían algún tipo de conocimiento de lo que es Appointment Trader o si sabían que figuraban en la plataforma y ¡sorpresa!, me confirman que tenían desconocimiento total de esta startup y de que aparecen allí. Subrayan que la única manera de reservar sin riesgo es en su página web: "Recomendamos no usar otras páginas que no sean la nuestra. En nuestro caso, la reserva se formaliza con un depósito, un nombre y un número de teléfono. Si alguien te vende su reserva y te da el nombre que haya puesto para acceder, eso ya no es cosa nuestra", nos comunica una empleada por teléfono. Aquí, la solución de muchos restaurantes a las reservas en las que los clientes no se presentan ha sido solicitar un "prepago" para evitar que suceda continuamente.

placeholder Captura de pantalla de la plataforma Appointment Trader. (EC)
Captura de pantalla de la plataforma Appointment Trader. (EC)

El restaurante barcelonés Estimar también nos asegura, en la misma línea, que no tienen ni la más mínima idea de lo que es Appointment Trader y que "seguramente será una estafa de la que mejor no fiarse". Me indican que si quiero reservar una mesa, "lo intente por la web o a través de una llamada y nunca a través de terceros".

Aunque aquí no se está viviendo el fenómeno como en Estados Unidos, todo apunta a que es cuestión de tiempo que se extienda pronto. Las reservas online en restauración realizadas con más de 24 horas han crecido el 11% en 2024 respecto a 2019 en España, según datos de la plataforma TheFork. El estudio señala que esta tendencia de reservar con más antelación es especialmente notoria en los restaurantes con Estrella Michelin, donde las reservas de tres a seis meses de antelación se han multiplicado. A nivel geográfico, Madrid, Barcelona, Valencia, Mallorca y Málaga ocupan el top.

Es algo que ya ha ocurrido con la reventa de entradas de eventos, como conciertos. Un caso que llama la atención es que el artista Dani Martin haya vendido todas las entradas para sus siete conciertos que tiene previsto hacer en Madrid dentro de un año y ocho meses. A aquellos a los que les gusta improvisar, no les quedará otra que acudir a la reventa desembolsando precios muy superiores. Otro caso sangrante es el de los conciertos de Taylor Swift que se darán cita a finales de este mes de mayo: las entradas se agotaron a los pocos minutos y en páginas de reventa como StubHub o Viagogo, los tickets ya ascienden a los 800 euros. Cuando salieron a la venta apenas rondaban los 85€.

Y esto, ¿es legal?

La reventa de entradas es una práctica que lleva bastante tiempo campando a sus anchas en nuestro país, principalmente por la falta de regulación. La ley establece en el Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas que queda terminantemente prohibida la venta y la reventa callejera o ambulante de localidades. Al infractor, además de la incautación de los pases, se le puede imponer una multa.

Sin embargo, la norma no contempla la posibilidad de reventa a través de Internet, debido a que en 1982, cuando se redactó la ley, no existía. Aunque resulte bastante lógico aplicar el mismo precepto al contexto actual, muchos infractores siguen trapicheando con reservas. Otros prefieren usar técnicas para esconderlo, como vender un "bolígrafo" en Milanuncios por cierta cantidad de dinero y regalar las entradas en el mismo "pack".

Foto: La locura por el concierto de Taylor Swift en Madrid no para: hasta 6.000 euros por las entradas en reventa (EFE/EPA/SARAH YENESEL)

Según la compañía Ticketmaster, quien se encarga de la distribución de entradas de la mayoría de conciertos en España, "cualquier anuncio u oferta de entradas realizada fuera del entorno Ticketmaster, no cuenta con las garantías de autenticidad. Por tanto, es importante que en caso de adquirir entradas, no lo hagas en portales webs ajenos, ya que puedes ser víctima de una estafa o engaño".

El concepto de "reserva" para poder acudir a un evento ha ido evolucionando con la tecnología y a lo largo del tiempo. Antes de la llegada de los ordenadores y móviles, la llegada de las primeras reseñas de restaurantes en los periódicos físicos hizo que las reservas telefónicas fueran la norma. Luego llegó internet y lo cambió todo.

Desde entonces, aplicaciones similares a Appointment Trader, como Dorsia y SevenRooms, han aprovechado para crear comunidades premium que brindan a sus clientes reservas exclusivas en restaurantes si están dispuestos a pagar más. Sus algoritmos detectan qué usuarios recibirán notificaciones prioritarias sobre reservas disponibles según criterios que incluyen la frecuencia de visita, el tamaño medio de lo que gastan, la cantidad de vino y postre que piden y el tamaño de la propina. Para el común de los mortales, que no pertenece a esos clubes, hay un claro efecto negativo: no encontrar mesa y quedarse en casa. O irse a otro restaurante menos solicitado. La reserva como elemento diferenciador de ciudadanos de primera y de segunda. Por otro lado, cuando las reservas no se venden, el restaurante también pierde, y claro, el sector se ve perjudicado.

El Celler de Can Roca, Lasarte, Oria, Etxebarri, ABaC… encontrar mesa en algunos de los restaurantes más selectos de España se ha convertido en una misión imposible. Cualquier persona que quiera degustar los menús diseñados por los chefs más importantes del país tiene que hacer frente a eternas listas de espera que, en ocasiones, pueden llegar a los dos o tres meses. A no ser que se salten la cola de la manera más obvia: apoquinando. Un nuevo y polémico negocio de compraventa de reservas se está abriendo paso en internet. Y la gente que hay detrás se está llenando los bolsillos sin mucho esfuerzo.

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