El fiasco de OpenAI con Scarlett Johansson revela la trampa de Altman para venderte su IA

Ha pasado exactamente una semana desde que OpenAI sorprendió al mundo entero con su nueva inteligencia artificial, GPT-4o. De todo lo que enseñaron, lo que más llamó la atención fue la forma en la que lograba expresarse el asistente cuando hablaba con el usuario. Reía, ironizaba y coqueteaba... Todo con una voz extremadamente humana. La imagen que pretendía proyectar la empresa estaba bastante clara: dentro de poco, cualquiera podría vivir una experiencia como la de la película Her gracias a ChatGPT. Para quienes no la tengan localizada, en esta cinta de 2013 el protagonista interpretado por Joaquin Phoenix se enamora de un asistente virtual al que pone voz Scarlett Johansson.

Por si la imagen no era lo suficientemente evocadora, Sam Altman dio un empujoncito más a la campaña de marketing y publicó en la red social antes conocida como Twitter un mensaje con la palabra Her. La razón detrás de toda esta maniobra es bastante evidente: es más sencillo vender algo así al común de los mortales que las últimas bondades de un gran modelo de lenguaje que funciona de forma multimodal.

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Pues bien, ha sido la actriz quien ha obligado a Sam Altman a recular y lo ha vuelto a poner, una vez más, en el centro de la polémica. Johansson ha anunciado que se plantea demandar a OpenAI por clonar su voz para crear Sky, que es una de las cinco personalidades que la compañía de inteligencia artificial creó para este nuevo asistente. Aunque la empresa lo ha negado con cierta vehemencia, minutos después de la presentación muchos internautas ya pusieron sobre la mesa este parecido. La intérprete estadounidense, conocida entre otras cosas por dar vida a Viuda Negra en las películas de Marvel, ha emitido un comunicado en el que revela una oferta previa para licenciar su voz y básicamente acusa a Altman de clonarla a pesar de su negativa.

"En septiembre, recibí una oferta de Sam Altman para dar forma al actual sistema ChatGPT-4O", afirma el mensaje difundido por la intérprete. El directivo le dijo a Johansson que contar con una voz como la suya podía ayudar, entre otras cosas, a los consumidores a "sentirse cómodos" cuando tratasen con la IA. La actriz, tras una larga reflexión, "lo rechazó por motivos personales".

A pesar de la negativa, el fundador de OpenAI no se rindió y volvió a la carga cuando quedaban solo 48 horas para la presentación. Pidió a Johansson que reconsiderase su decisión, pero antes de que esta le pudiese contestar, el nuevo asistente ya estaba siendo presentado en sociedad. Algo que ha molestado enormemente a la actriz, que quedó "impactada" por la voz de Sky que "ni los medios ni sus conocidos", asegura, "eran capaces de distinguir" de la suya.

Este lunes por la noche y tras las advertencias de Johansson, la compañía ha decidido descartar la voz de Sky y desactivarla, asegurando que lo hacen por deferencia a la actriz. Además, han asegurado que la actriz de doblaje utilizada para diseñar esta voz fue contratada y elegida antes de contactar con Johansson y han negado que fuese una imitación. "Creemos que las voces de IA no deben imitar deliberadamente la voz distintiva de una celebridad".

Dos súper asistentes en 48 horas

El evento de presentación de GPT-4O fue un evento online de tan solo 26 minutos y se celebrío el pasado lunes 13 de mayo, unas horas antes de que Google celebrase la conferencia inaugural del I/O, la cumbre anual de desarrolladores de los de Mountain View, un evento en el que la multinacional dirigida por Sundar Pichai tenía una batería de anuncios preparados para dejar claro que iba a llevar inteligencia artificial a todos sus productos, desde el buscador hasta Maps, pasando por Drive o Android.

Sin embargo, el anuncio de OpenAI hizo que todo el protagonismo recayese en el Project Astra, un asistente que al igual que el nuevo ChatGPT trabaja de forma multimodal y es capaz de entender texto, audio y vídeo, pudiendo respondernos sobre el mundo que nos rodea gracias a la cámara de nuestro móvil o unas gafas inteligentes, un dispositivo que la compañía pretende ahora resucitar tras el fracaso de las Google Glass. Aunque los californianos optaron por una voz mucho más robótica y sin tanta personalidad, no pudieron evitar que el debate se encaminase en esa dirección. "Debemos estar preparados para que ocurra", contestó Sundar Pichai, CEO de Google, cuando se le preguntó si cree posible que algún usuario acaba enamorado de uno de estos nuevos asistentes potenciados por inteligencia artificial.

El de Johansson no es el único incendio que la compañía ha tenido que enfrentar en los últimos días. Hace unos días, Ilya Sutskever, jefe científico y cofundador de la compañía, anunciaba su salida. Sutskever fue uno de los impulsores del despido de Altman el pasado mes de noviembre, una crisis que se saldó con su retorno cinco días después. Sutskever pasó a dirigir entonces el equipo de Superalineación, una división dedicada a trabajar para crear medidas de seguridad de cara a evitar que una inteligencia artificial general futura escapase del control humano. Su marcha no ha sido la única. El que fuese su mano derecha, Jan Leike, también presentó su dimisión. En un hilo en su perfil de X.com dio los detalles que ayudan a entender estas salidas clave. Según su versión, OpenAI va a centrar la práctica totalidad de sus recursos en priorizar el desarrollo y lanzamiento de productos "impresionantes" por encima de la seguridad.