Esta cámara te permite llamar, usar Whatsapp y eso: 10 días con el móvil chino más bestia

Hace unos años mi teléfono favorito era un Huawei. Uno de la familia Mate que era un auténtico portento en su clase y con el que sentía que podía hacerlo todo: tenía una pantalla enorme (por entonces, casi 6 pulgadas se consideraba una exageración), una batería increíble (de las más duraderas de su segmento) y una cámara que me daba resultados ideales (por entonces). No necesitaba más. Qué tiempos.

Mucho ha llovido desde entonces. La firma china siguió haciendo unos teléfonos fantásticos, pero se encontró por el camino con una piedra que casi lleva a la ruina su división de consumo: un veto de EEUU que a día de hoy continúa, impidiendo con ello el uso de los servicios de Google.

Nos puede parecer que esta prohibición "no es para tanto" y de hecho Huawei lleva desde entonces haciendo lo imposible para que así lo parezca, trabajando a destajo en su propio ecosistema, ofreciendo alternativas de descarga por vías extraoficiales y hasta renombrando su gama —el Pura70 no deja de ser la siguiente generación del P60 lanzado en 2023— con el objetivo de que el usuario se olvide del hecho de que no puede instalar Gmail o Google Maps en su flamante smartphone (al menos de primeras, claro).

¿Lo ha conseguido esta vez? ¿Tanto despliegue es suficiente para compensar las carencias de siempre?

Érase una vez un móvil pegado a una cámara

La falta de acceso a los Servicios de Google condiciona este teléfono, pero ni mucho menos lo define (no sería justo que así fuera), de forma que aparquemos por un momento ese hándicap para hablar un poco del resto de sus cualidades, que no son pocas.

El Pura 70 Ultra es un telefonazo de la cabeza a los pies. Denota calidad de construcción por cada esquina y en la mano se siente sólido y, en definitiva, de alta gama. Es un teléfono notablemente pesado, lo que puede no gustar a todo el mundo y al principio de probarlo tenía la sensación de que se me iba a caer de la mano todo el tiempo. La culpa la tiene su gigantesco módulo de cámaras, que incluso hace contrapeso, haciendo que el teléfono caiga un poco hacia su lado y logrando con ello que en ningún momento te olvides que su sistema fotográfico está ahí.

Es más, la protuberancia en la espalda es tal que cuando lo dejas bocarriba en una superficie, se queda notablemente inclinado, algo que no deja de ser puramente anecdótico, pero que dice mucho de la omnipresencia de esta área del smartphone.

El acabado en una especie de falsa piel texturizada y en color verde le queda que ni pintado, resultando atractivo a la vista y agradable al tacto, incluso ayuda a un mejor agarre para que no resbale.

En cuanto a su pantalla, es una delicia. Estamos ante un panel OLED de 6,8 pulgadas, resolución de 2.844 x 1.260 píxeles, soporte HDR y refresco a 120 Hz. Lo último de lo último vaya. Los colores son vivos y potentes, invitando continuamente al consumo multimedia, ya sea disfrutando de vídeos, mirando fotos o jugando. En estas actividades juega además un papel importante su sonido. Y es que este Pura70 Ultra se oye de escándalo. En serio. No suelo fijarme demasiado en el sonido de los smartphones —mientras que sea correcto, bien está—, pero en este caso ha captado especialmente mi atención por su potencia, calidad y volumen. De hecho, creo que no lo he tenido al máximo en ningún momento porque no me ha sido necesario.

Toca entrar en terreno fangoso para hablar de su procesador y su software. Y es que el veto de Estados Unidos no solo se limita a la oferta de Google. Huawei tampoco puede hacer uso por ejemplo de los procesadores Qualcomm y en este smartphone todas sus ilusiones las deposita en un Kirin con proceso de fabricación de 7 nm. Leído así te sonará marciano, pero para que lo pongas en perspectiva, actualmente su competencia más directa está usando chips de incluso 3 nm con resultados muy superiores, al menos en pruebas de rendimiento —que no voy a replicar por aquí porque no dejan de ser número y números aburridísimo—.

En la práctica lo que debes saber es que tienes un teléfono con un procesador más cercano a la tecnología de hace tres años que a la actual, aunque también es importante señalar que a la hora de usarlo apenas vas a notarlo. El rendimiento de este Pura70 Ultra me ha parecido fantástico, no he tenido problemas ni tan siquiera jugando y no se ha calentado prácticamente en ningún momento. El teléfono se siente en todo momento fluido (sus 12 GB de RAM ayudan, claro), aunque, eso sí, carece de conectividad 5G, lo que puede importarte mucho o muy poco, pero vuelve a remover esa sensación de estar algo estancado en el pasado. Una de cal y una de arena en toda regla.

En cuanto al software, no quiero repetir lo que se lleva diciendo desde hace mucho tiempo: se puede vivir sin Google, pero —inserte aquí un suspiro— resulta bastante agotador. EMUI, el ecosistema de la compañía, se esfuerza mucho en ofrecer un entorno fácil de usar (aunque repleto de bloatware) y con acceso a esas apps que echamos de menos mediante terceros. Para un usuario algo diestro es posible que no le suponga gran cosa (aunque es un rollo no poder ir directo a una tienda de apps y simplemente descargar lo que te interesa), pero por ejemplo pienso en mi padre, un hombre de 67 años que se defiende relativamente bien con productos tecnológicos, y la cosa ya se pone algo más complicada, especialmente cuando saltas a diferentes repositorios, con ventanas confusas en las que el botón más grande (y el que tiende a pulsar la mayoría) contiene publicidad y el que lleva realmente a la descarga es más pequeño y está más escondido.

En definitiva, con algo de "esfuerzo" se puede hacer uso de la gran mayoría de apps o al menos no echar de menos tanto (puedes usar WhatsApp, gestionar tu correo con Outlook o disfrutar de Instagram, por ejemplo), pero no creo que cualquier usuario se encuentre cómodo con ello.

Y nos adentramos ya en la cámara que para eso es la protagonista indiscutible de su anatomía y por méritos propios, oye. El sistema fotográfico de este Pura70 Ultra es sin lugar a dudas uno de los mejores de su segmento y viene a arrojar luz a toda la sombra descrita en párrafos anteriores.

Su sensor principal, de 1 pulgada, está firmado por Sony, cuenta con una resolución de 50 MP y una apertura variable de f/1.4 a f/4.0. Cuando activas la app de la Cámara, la lente sale (un milímetro), haciendo que te sientas aún más pro si cabe disparando con este teléfono, pero temiendo al mismo tiempo cuánto durará esta función retráctil sin dar problemas —Huawei asegura que más de 300.000 aperturas—.

Los resultados obtenidos disparando con esta cámara son sencillamente increíbles. Si te gusta la fotografía, vas a disfrutar al comprobar la buena fidelidad de colores que ofrece, el manejo tan bueno que hace del rango dinámico y, en definitiva, la calidad de imagen obtenida. El disparo además es muy rápido, aunque para veloz la función Ultra Speed Snapshot, que hace fotos a objetos en movimiento y las congela en un fotograma de manera bastante resultona. Para hacer fotos por ejemplo a un perro corriendo o a un niño que no suele estarse quieto, por ejemplo, es fantástico.

Si pasamos a los ambientes nocturnos, la calidad decae un poco (de hecho, algo más de lo esperable con tan buenos resultados diurnos, ya que se observa más efecto acuarela y una leve saturación de color), pero en líneas generales tampoco tendrás quejas. La definición es aceptable y el respeto del color bastante bueno. Encontramos más efecto acuarela y una definición que decae, pero nada escandaloso ni terrible.

El zoom trabaja bien, aunque he observado una evidente pérdida de color cuando aplico el 3.5x y, sobre todo, el 10x, que me tiene algo descolocada, y en cuanto al modo retrato, sus resultados son correctos (sin más). La cámara frontal, por otro lado, hace buenos selfies, respetando texturas, colores y luz.

Donde sí quiero hacer especial hincapié es en su modo macro. Menuda locura. Por lo general este modo pasa bastante desapercibido en los teléfonos porque directamente pocos saben hacerlo bien, pero aquí está Huawei para demostrar que sí que es posible apostar por este tipo de fotografía en un smartphone y obtener nota. El nivel de detalle es espectacular, atreviéndome a decir que es el mejor macro que he probado nunca en un teléfono. Su mayor o menor utilidad ya es otra cuestión a debatir, pero su desempeño merece ser aplaudido.

Cierro este repaso poniendo el foco en su batería. Los 5.200 mAh de este Pura70 Ultra dan para una jornada completa de uso medio-alto (todo dependerá siempre de tus necesidades y prácticas con el teléfono, claro), pero en líneas generales, dudo que te decepcione. Es además compatible con la carga rápida de 100W —y sí, el cargador viene en la caja— de forma que en 5 minutos, tienes cargado un 30%, y en unos 45 obtienes la carga completa de 0 al 100%.

Tras este repaso por la experiencia de usar el teléfono más nuevo y potente de Huawei, llega la pregunta del millón: ¿merece la pena su compra? Actualmente, el smartphone tiene un precio de 1.499 euros, una cifra demasiado alta como para estar tirando de repositorios para instalar Instagram.

Siento ser cruel, porque el smartphone, por otro lado, me encanta, pero esta falta sigue siendo demasiado evidente cuando tenemos que pagar una cifra como esa. Si a esto añadimos un procesador que no es el más avanzado o que ni siquiera podemos usar 5G, me cuesta mucho recomendar y justificar su compra y eso que su cámara me tiene embelesada.

El tema es que alternativas a este teléfono a mejores precios las tenemos actualmente a un clic de ratón. Por ejemplo, el Xiaomi 14 Ultra, la última bestia parda de la firma china, con un diseño atractivo, procesador de última generación, más RAM y sistema fotográfico de infarto, se encuentra ahora por casi 499 euros menos en PCComponentes.

O incluso el iPhone 15 Pro se puede encontrar por 1.069 euros en MediaMarkt, disfrutando de pantalla Super Retina XDR de 6,1'', chip A17 Pro y un ecosistema muy capaz y atractivo. El reciente Honor Magic6 Pro tampoco es una mala alternativa. Ofrece un rendimiento fantástico, tiene una ficha técnica muy de alta gama y su precio ni siquiera supera ahora los 900 euros en Miravia.

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