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Algunos científicos temen un colapso de la corriente oceánica del Atlántico a partir de 2030
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Algunos científicos temen un colapso de la corriente oceánica del Atlántico a partir de 2030

Su debilitamiento se conoce desde hace décadas, pero se está viendo acelerado considerablemente durante los últimos años. Sus consecuencias serían catastróficas

Foto: Así funciona la AMOC (Hole Oceanographic Institution)
Así funciona la AMOC (Hole Oceanographic Institution)

La Corriente Circular del Atlántico, más conocida como AMOC por sus siglas en inglés (Atlantic Meridional Overturning Circulation) es uno de los componentes más importantes del sistema climático de la Tierra. De hecho, es la responsable de transportar las aguas cálidas desde el Golfo de México hacia el norte, donde se enfrían y vuelven a sumergirse, creando un ciclo con un impacto muy significativo a nivel global.

Este proceso hace que la AMOC actúe como disipador de las altas temperaturas y, a la vez, como bomba de calor. El problema está en que, como señalan diversos estudios, se está viendo frenada. El más importante de ellos ha sido realizado por un grupo de científicos del Instituto de Investigación Marina y Atmosférica de la Universidad de Utrecht. Se puede consultar en la revista Science Advances y, desde luego, sus conclusiones son muy preocupantes.

Hasta ahora se creía que este colapso se produciría, como muy pronto, a lo largo de la década de 2050. Sin embargo, los investigadores avisan de que podría producirse mucho antes de lo esperado. En concreto, a lo largo de la próxima década, es decir, entre 2030 y 2040. Así lo reflejan entre el 35 % y el 45 % de los modelos climáticos que han desarrollado durante la fase de investigación.

Un impacto significativo a nivel global

Las consecuencias del colapso de la AMOC podrían ser catastróficos. De hecho, los responsables del estudio afirman que desencadenaría cambios drásticos en el clima y en los patrones meteorológicos. Los ecosistemas marinos se verían gravemente afectados y los eventos extremos se harían mucho más habituales. Los menos optimistas hablan incluso de “una glaciación catastrófica”.

En este sentido, el investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, Antonio Turiel, ha comentado a través de su propio perfil en la red social X (Twitter) que “empieza a haber convergencia en las diferentes investigaciones”. De hecho, apunta a que comienza a ser “probable” un “colapso rápido de la AMOC”. Finalmente, concluye que “deberíamos comenzar a tomarnos en serio lo de nuestra propia supervivencia”.

Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo con esta postura. Por ejemplo, las evaluaciones realizadas por el Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC) apuntan a que es muy poco probable que la AMOC cese a lo largo del siglo XXI. Sí que hablan de un debilitamiento, pero no de un colapso como tal.

En cualquier caso, el debilitamiento de la AMOC ha sido atribuido al calentamiento global y al aumento de la entrada de agua dulce en el Atlántico Norte. Principalmente, debido al deshielo producido en Groenlandia y en el Ártico. Este incremento disminuye la densidad del agua y dificulta el funcionamiento del ciclo de la corriente.

Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar prácticas sostenibles son pasos cruciales para evitar un futuro colapso de la AMOC. “La situación es alarmante, pero aún tenemos la capacidad de cambiar el rumbo si actuamos con rapidez y decisión”, indican los investigadores. Para hacernos una idea, indican que el debilitamiento de esta corriente oceánica ha sido del 15 % desde mediados del siglo XX. Un porcentaje superior al correspondiente a los anteriores 1.500 años.

La Corriente Circular del Atlántico, más conocida como AMOC por sus siglas en inglés (Atlantic Meridional Overturning Circulation) es uno de los componentes más importantes del sistema climático de la Tierra. De hecho, es la responsable de transportar las aguas cálidas desde el Golfo de México hacia el norte, donde se enfrían y vuelven a sumergirse, creando un ciclo con un impacto muy significativo a nivel global.

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