El calor no te deja dormir, pero usar el ventilador toda la noche no es la mejor idea

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El verano de 2023 recogió un total de 552 récords de temperaturas dentro del territorio nacional. La mayoría de ellos se dieron en el norte de la península y, sobre todo, en Cataluña, pero ciudades del sur como Málaga también registraron algunos. Aunque todavía es pronto para asegurarlo, el verano de 2024 promete ser tan caluroso o más que el anterior en muchos lugares de España.

En cualquier caso, lo cierto es que muchos españoles ya están teniendo problemas para conciliar el sueño por la noche debido a las altas temperaturas. Ante esta tesitura, solo quedan dos alternativas: encender el aire acondicionado, lo que puede suponer un notable incremento en la factura de la luz, o poner un ventilador en el dormitorio. Sin duda, esta última es una opción mucho más económica.

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La mayoría de personas tiende a creer que el uso del ventilador durante la noche no tiene efectos sobre la salud, al contrario de lo que sucede con el aire acondicionado. Sin embargo, como explican desde el portal especializado Healthline, están equivocadas. Según se comenta en la publicación, este dispositivo puede provocar congestión nasal, la cual suele derivar en dolor de garganta por la mañana y en ronquidos más intensos.

Además, Healthline.com hace hincapié en que los ventiladores hacen circular más el polvo y el polen presentes en el aire y que se han depositado sobre los mueves. ¿El resultado? Síntomas asociados a la alergia, como pueden ser estornudos, lagrimeo y dificultad para respirar. También afirma que provocan mayor sequedad en la piel y en los ojos.

¿Qué hacer entonces?

En primer lugar, limitar el uso del ventilador. Hoy en día, la mayoría de ventiladores de techo y de pie cuentan con controles que permiten programarlos. Lo ideal sería mantenerlos en funcionamiento durante una hora o dos para asegurarnos de quedarnos dormidos en ese lapso de tiempo y, después, hacer que se apaguen. Además, deben situarse a, como mínimo, un metro de distancia para no recibir el chorro de aire directamente.

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Sin embargo, hay otras recomendaciones útiles para reducir la sensación de calor durante la noche. Por ejemplo, invertir en un colchón que favorezca el flujo de aire entre sus fibras o utilizar pijamas confeccionados en algodón o lino. Por su parte, ventilar el cuarto a primera hora de la mañana, usar cortinas totalmente opacas y mantener las puertas abiertas durante el día también ayudarán a disminuir la temperatura de la estancia cuando llegue el momento de irse a la cama.