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Esta manualidad me ha ahorrado cientos de euros y ahora tengo un salón del futuro
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Alexa, sube la lámpara

Esta manualidad me ha ahorrado cientos de euros y ahora tengo un salón del futuro

La domótica no tiene límite si le echas un poco de imaginación con productos tirados de precio en Amazon. Así hice una lámpara elevable por apenas 50 euros para mi casa

Foto: Lámpara inteligente con domótica
Lámpara inteligente con domótica

Con Alexa colándose cada vez en más hogares, la domótica ha crecido en los últimos años a pasos agigantados. Es bastante común encontrar a muchos usuarios que controlan luces con simples comandos de voz o cuentan con cámaras de seguridad con las que vigilar el jardín o el patio trasero. Pero la domótica es mucho más, y con la idea de mostrar un ejemplo, voy a contar cómo he solucionado un problema que no parecía tener solución.

Cada vez es más fácil encontrar proyectores de calidad con precios razonables. Tuve la suerte de encontrar una buena oferta y me hice con uno, pero a la hora de colocarlo donde tenía pensado, me topé con el peor de mis problemas: había un obstáculo que se colaba en la zona de proyección. Se trataba de la lámpara del techo, que inevitablemente se cruzaba en la trayectoria de la proyección.

Foto: Game Boy hecha en casa. (Carlos Martínez)

El proyector debía de colocarse en el techo, ya que tenía preparada una toma de corriente y sería el lugar donde menos molestaría, pero la lámpara no podía quitarla porque formaba parte de la decoración del salón y, obviamente, también es la encargada de iluminar la sala.

Contrariado por la situación, mi objetivo no era otro que eliminar la lámpara como fuera, y tras pensar en modelos más compactos y pegados al techo, la única solución que se me ocurrió fue la de idear un sistema que fuera capaz de recogerla como si se tratara de un cubo colgado en el fondo de un pozo. En mi cabeza la idea funcionaba, pero ahora tenía que demostrar que era capaz de ejecutarla.

Una lámpara que molesta

placeholder Foto: Carlos Martinez
Foto: Carlos Martinez

Tras sondear algunas opciones en tiendas como AliExpress, descubrí que había soluciones empotrables para techo encargadas de subir y bajar lámparas. Lamentablemente, estos modelos, además de ser caros y voluminosos, estaban pensados para soportar grandes pesos de lámparas gigantescas típicas de grandes salones y pabellones de muestras. No era mi caso.

La solución tenía que pasar por algo más pequeño, a poder ser compacto, y que pudiera activarse inalámbricamente, ya que ni podía conectar un interruptor en el techo ni quería colgar en mi salón algo excesivamente voluminoso que llamara la atención. Al final descubrí que el producto no existía como tal, sino que, más bien, tendría que fabricarlo.

Un motor para tirar de una cuerda

placeholder Foto: Carlos Martínez
Foto: Carlos Martínez

El primer paso en el proyecto era conseguir que la lámpara subiera de alguna forma. Tras mucho pensar, decidí que un pequeño motor de pocas revoluciones sería perfecto para enrollar una cuerda al mismo tiempo que tirara de ella. La cuerda en cuestión sería un hilo de yute similar en aspecto a la decoración de la propia lámpara, pero tal y como descubrí más adelante, este material no superaría el paso del tiempo, y acabaría rompiéndose con el uso. La otra propuesta fue más eficaz: un tramo de hilo de pescar, transparente, muy duradero y capaz de soportar pesos de casi 30 kilos, una cifra más que suficiente para subir una simple lámpara.

El motor lo encontré en Amazon. Un simple motor síncrono de baja velocidad que funciona a 220V, es decir, directamente enchufado a la red sin necesidad de ningún tipo de transformador. Es bastante pequeño, y el no necesitar fuente de alimentación externa aligera el resultado final. Este motor cuenta con un pequeño orificio en la flecha, así que es ahí donde até el nilón para que no se soltara con el paso del tiempo. Un nudo simple y varias vueltas servirían.

Con el motor y la cuerda colocada, ya solo tenía que atar el extremo de la cuerda al cabezal de la lámpara, exactamente rodeando el casquillo de la bombilla, ya que ahí, rodeando también la pantalla de la lámpara, sería capaz de tirar hacia arriba de manera equilibrada. El planteamiento ya estaba ejecutado, pero faltaba lo más importante: encender el motor y controlarlo a distancia.

El maravilloso mundo de los relés Wifi

placeholder Foto: Carlos Martínez
Foto: Carlos Martínez

Cuando hablamos de domótica, los productos más comunes son las bombillas y los enchufes inteligentes. Estos últimos permiten dar electricidad a dispositivos de manera inalámbrica, imitando la acción de enchufar y desenchufar un enchufe, pero sin hacerlo. Pues bien, hay otro elemento extremadamente interesante que puede tener muchas funciones, y son los relés inalámbricos. Estos dispositivos son capaces de realizar desconexiones a modo de interruptores, y si hacemos uso de modelos como el que he usado, se pueden controlar persianas, cortinas y cualquier otro dispositivo que requiera dos controles diferentes.

Foto: Accesorios inteligentes de IKEA (Carlos Martínez)

Dado que el motor que estoy utilizando cuenta con dos entradas para cambiar el giro del motor en sentido de las agujas del reloj o en sentido contrario, este relé me permitirá enviar corriente eléctrica por esos puntos según necesite. El esquema eléctrico es bastante sencillo, ya que el propio relé cuenta con las indicaciones necesarias. Solo hay que conectar los cables neutros y fase a los dos puntos de entrada de corriente (Input AC), y llevar tres cables a la zona de conexionado del motor, dos para los sentidos de giro y un tercero para el neutro de la toma de corriente.

placeholder Lampara extendida. Foto: Carlos Martínez
Lampara extendida. Foto: Carlos Martínez
placeholder Lampara recogida. Foto: Carlos Martínez
Lampara recogida. Foto: Carlos Martínez

Con la conexión lista, el relé inalámbrico encenderá, y solo quedará configurarlo con su aplicación oficial y posteriormente añadirlo a Alexa para crear las recetas adecuadas para arrancar el motor según necesitemos. Así, con la frase “Alexa, baja la lámpara”, activaremos el giro del motor en sentido de las agujas del reloj (o según hayamos colocado el hilo de pescar), y con “Alexa, sube la lámpara” ejecutaremos la acción contraria.

placeholder Lámpara entorpeciendo la proyección. Foto: Carlos Martínez
Lámpara entorpeciendo la proyección. Foto: Carlos Martínez
placeholder Lámpara subida permitiendo proyección sin obstáculos. Foto: Carlos Martínez
Lámpara subida permitiendo proyección sin obstáculos. Foto: Carlos Martínez

Para controlar que el motor pare en el momento exacto en el que la lámpara no deba de subir o bajar más, simplemente colocaremos un temporizador en la acción de Alexa para que el relé pase a pausa y deje de moverse hasta nuevo aviso. Así, la acción a ejecutar sería, bajar la lámpara, mantener un tiempo de espera con los segundos necesarios y por último pasar al estado de Pausa para detener el motor.

placeholder Acción de bajar la lámpara con Alexa. Foto: Carlos Martínez
Acción de bajar la lámpara con Alexa. Foto: Carlos Martínez
placeholder Foto: Carlos Martínez
Foto: Carlos Martínez

Pero lo mejor de la domótica es que los dispositivos se pueden enlazar y combinar para crear acciones cada vez más complejas y completas. En mi caso, el comando “Alexa, enciende el cine”, se encarga de bajar la pantalla de proyección, encender el proyector, cerrar las cortinas y, evidentemente, subir la lámpara para que no moleste en la imagen. El límite está en la imaginación, y aunque de primeras todo lo relacionado con la domótica pueda parecer caro e inalcanzable, lo cierto es que existen muchísimas soluciones extremadamente baratas con las que poder hacer tus pinitos y dar vida a creaciones a cada cual más útil y cómoda.

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Con Alexa colándose cada vez en más hogares, la domótica ha crecido en los últimos años a pasos agigantados. Es bastante común encontrar a muchos usuarios que controlan luces con simples comandos de voz o cuentan con cámaras de seguridad con las que vigilar el jardín o el patio trasero. Pero la domótica es mucho más, y con la idea de mostrar un ejemplo, voy a contar cómo he solucionado un problema que no parecía tener solución.

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