Es noticia
Monstruos armados toman forma en las profundidades: Australia libera su 'Ghost Shark'
  1. Tecnología
una nueva era de la guerra submarina

Monstruos armados toman forma en las profundidades: Australia libera su 'Ghost Shark'

Australia, de la mano de la tecnológica Anduril, acaba de presentar un nuevo vehículo submarino no tripulado, sumándose a esta liga estratégica en la que ya participan Estados Unidos, Francia, China, Rusia y Ucrania

Foto: Primer prototipo del 'Ghost Shark'. (Australian Defence Force/Rodney Braithwaite)
Primer prototipo del 'Ghost Shark'. (Australian Defence Force/Rodney Braithwaite)

A mediados de abril, varios meses antes de lo esperado, la empresa Anduril, la Royal Australian Navy y varias instituciones tecnológicas australianas presentaron el primer prototipo del vehículo submarino Ghost Shark. Un contrato de 140 millones de dólares con el que se pretende dotar a su marina de guerra de tres de estos drones y meter al país austral en la liga de ejércitos que están poblando las profundidades con 'monstruos' autónomos armados en busca de una nueva ventaja estratégica.

Los vehículos submarinos no tripulados (unmanned underwater vehicle, UUV, o autonomous underwater vehicle, AUV) se caracterizan por navegar bajo las aguas de manera autónoma y se pueden clasificar según sus dimensiones. Dejaremos fuera del artículo los vehículos operados remotamente por cable o ROV (remote operated vehicle) utilizados habitualmente en investigación científica y guerra contraminas.

Dependiendo de sus medidas, podrán alojar una mayor o menor cantidad de sensores y armas. De mayor a menor diámetro, podemos encontrar los XL, con diámetro superior a los 210 cm (como el Anduril Ghost Shark o el Boeing ORCA); los L, con diámetro de 210-53 cm; los medianos M, con diámetro 53-25 cm (Razorback o Kingfish) y, por último, los S, con un diámetro 25-7,5 cm (como el Swordfish, IVER, REMUS 100). Además de estos, en una liga aparte, se encuentran los planeadores que, dotados con un motor de flotabilidad, pueden deslizarse grandes distancias en la mar.

Los drones más grandes serán capaces de minar de manera clandestina puertos enemigos o espacios donde el adversario haya desplegado una zona de denegación de acceso o A2/AD (Anti-Access/Area Denial). Los de tamaño grande y mediano serán responsables principalmente de recopilar información y transmitirla en tiempo real, lo que los hace muy efectivos para tareas de indicación y alerta, para ubicar, identificar y avisar de la presencia enemiga, así como para misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.

Foto: Fragata clase Constellation, derivada del diseño europeo FREMM. (US Navy)

Cuanto más pequeño el aparato, tendrá menor alcance y menos capacidad sensora; pero se pueden emplear, por ejemplo, en guerra contraminas, en guerra antisubmarina o en la protección de infraestructuras críticas. Y siempre con la ventaja de poder efectuar misiones más arriesgadas, ya que si es detectado o neutralizado, no hay que temer por la pérdida de vidas humanas.

Los XL-UUV y L-UUV serán desplegados desde tierra o desde buques grandes. Por su parte, los medianos y los pequeños pueden ser lanzados desde el tubo lanzatorpedos de un submarino (hasta unos 53 cm de diámetro) o desde una lancha semirrígida, incluso transportados por una persona.

Estos vehículos contribuirán a 'democratizar' la guerra submarina. Si bien en los últimos años el número de países con flota submarina ha crecido de manera notable, las naciones que no pueden permitirse un submarino convencional por su coste asociado podrán optar por estos sistemas de armas para contar con capacidades en este entorno naval.

El Fantasma de las Profundidades

El prototipo de Anduril entra dentro del grupo de los XL-UUV o vehículos submarinos no tripulados de gran tamaño. Sus dimensiones no han sido publicadas, pero su diseño exterior recuerda bastante a las líneas del estadounidense Boeing Orca, aunque algo más pequeño (quizá con la intención de poder ser transportado en un contenedor). El elemento diferenciador es una reducida vela en la zona de proa, cuyo propósito es desconocido.

Anduril adquirió en febrero de 2022 la startup estadounidense Dive Technologies. Esta empresa diseñó el AUV de gran tamaño Dive-LD, usado como banco de pruebas para el Ghost Shark. Un vehículo pionero al estar fabricado con impresión 3D, utilizando una técnica conocida como fabricación aditiva de gran formato, lo que permite reducir el coste y el tiempo de construcción.

Foto: Una imagen fija de un vídeo, difundido por el Ministerio de Defensa ruso, muestra disparos hacia lo que dijo ser el barco ucraniano no tripulado que atacó al buque de guerra ruso Priazovye en el mar Negro. (Reuters/Ministerio de Defensa ruso)

El nuevo dron también será fabricado en impresión 3D. Las autoridades australianas manejan un calendario muy ambicioso que contempla la entrega de los tres vehículos para finales de 2028 (aproximadamente). Para ello, Anduril anunció que se están empleando “nuevas técnicas de desarrollo ágil a escala”. Además, se espera que el buque de apoyo submarino ADV Guidance, adquirido de segunda mano en 2023, participe de manera importante durante las pruebas de mar del dron.

Con respecto a qué misiones podrá efectuar este vehículo, la nota de prensa afirma que será modular y multipropósito, abriendo de esta manera el abanico de posibilidades sin concretar ninguna. Los expertos consideran que estos equipos tienen potencial para llevar a cabo tareas de minado, ISR, guerra electrónica y, quizá, guerra antisuperficie o antisubmarina. Evidentemente, esto último, plantea cuestiones que dan para otro análisis.

Orcas, serpientes y dragones

Cada vez más países tienen planes para desplegar estos aparatos de guerra en las profundidades. El país con mayor número de desarrollos es Estados Unidos, que tiene en servicio desde el pasado diciembre el Orca (XL) y está ultimando el Snakehead (L), por citar dos casos avanzados. Reino Unido le sigue de cerca con varios proyectos de gran tamaño como el Herne, el Cetus o el Manta, así como otros menores como el Autosub 6000.

Francia, por su parte, está trabajando en un demostrador XL-UUV tomando como base el que construyó Naval Group. Lo más interesante de este proyecto será el ‘cerebro’ del vehículo, un sistema de inteligencia artificial que guiará al dron en las profundidades con capacidad de tomar decisiones autónomas (conocido como autonomous decision-making process o ADMP),

Tanto la Federación Rusia como China cuentan con drones en servicio y en desarrollo. Los primeros disponen del Vityaz-D, Sarma-D, Garmoniya y Klavesin, algunos operados por el Directorio Principal de Investigación de Aguas Profundas (GUGI por sus siglas en ruso). Mientras que los chinos tienen el HSU-001, el Submerged Dragon 1 y el Sea Whale 2000, entre otros. También páginas especializadas reportan que las fuerzas armadas ucranianas están desarrollando varios modelos de drones submarinos para ampliar sus opciones de guerra naval en los mares Negro y Azov.

Foto: Sistema móvil anti-drone con ametralladora. (Reuters/Gleb Garanich)

España, por su parte, adquirió el año pasado dos UUV Sparus II a la empresa catalana iQua Robotics. Esta firma también comercializa el Girona 500. Estos dos drones se vieron el año pasado en el REPMUS / Dynamic Messenger trabajando para entidades no españolas. Además de esta empresa, Perseo Techworks está desarrollando la segunda generación de su familia S-WISE. La experiencia de otros países, como el caso australiano, muestra la necesidad de dar un mayor impulso a la construcción de este tipo de vehículos (que es tecnología de uso dual civil y militar) mediante la creación de centros de ensayos de vehículos no tripulados, aceleradores tecnológicos y cooperación público-privada.

Fantasmas sin cobertura

Aunque estos dispositivos son muy interesantes por las ventajas que ofrecen, todavía necesitan madurar. Y no tanto por los propios dispositivos, sino por las peculiares características del medio en el que trabajan.

El agua marina es un buen conductor eléctrico, por lo que las ondas electromagnéticas apenas penetran en sus profundidades a las longitudes de onda habituales para sistemas como el GPS o la radio. Por esta razón, los submarinos deben acercarse a la superficie cada vez que necesiten comunicarse. Además, este impedimento físico compromete su navegación al limitar el uso de GPS en inmersión para corregir los errores de la navegación inercial. A pesar de estos inconvenientes, en la última edición del Dynamic Messenger/REPMUS, el mayor ejercicio de vehículos no tripulados de la OTAN, se evaluó la posibilidad de conectar vehículos submarinos con redes 5G.

Sin embargo, las ondas sonoras —un tipo de onda mecánica que se caracteriza por necesitar un medio para propagarse— se transmiten mucho mejor en el agua que en el aire. Así, sería lógico pensar en un sistema basado en este principio físico para comunicar los submarinos con los UUV. Pero, la propagación del sonido en la mar no es sencilla. Hay varias propuestas en marcha para crear enlaces de datos acústicos, por ejemplo, el protocolo JANUS de la OTAN; así como sistemas de navegación acústica. Todavía queda bastante trabajo por delante.

Foto: El submarino ruso Kazan, a su llegada el puerto de La Habana, en Cuba. Se pueden ver losetas desprendidas en la superficie del aparato. (Reuters)

Prueba de ello fue el Theseus, un desarrollo pionero de dron submarino de finales de los 90. Este UUV fue diseñado y construido por investigadores estadounidenses y canadienses para colocar un conjunto de sensores acústicos en el lecho marino; esto es, una versión modernizada de la red SOSUS (Sound Surveillance System). Era necesario utilizar un vehículo no tripulado porque la misión se debía realizar en una zona ártica, bajo el hielo, lo que impedía el uso de barcos. La primera misión para emplazar estos dispositivos resultó un éxito. Pero en la segunda, el vehículo sufrió algún problema con los sensores o el control y comenzó a describir movimientos similares al marsopeo, chocándose con el lecho marino y contra el hielo.

Estas comunicaciones tan limitadas, que impiden un mando y control efectivo en tiempo real, y los desafíos para la navegación están llevando a los desarrolladores a recurrir a nuevas técnicas dotadas de inteligencia artificial para gobernar de forma autónoma estos vehículos submarinos. Así, estos artefactos deberán ser capaces de cumplir sus respectivas misiones y decidir si pueden o no subir a superficie a transmitir la información por enlace satélite (o el que corresponda).

El futuro de la guerra submarina pasa por estos nuevos vehículos capaces de llevar la guerra a las profundidades de los océanos

La falta de madurez de estos equipos, que están entrando en servicio a cuentagotas, no solo es tecnológica; también es táctica, operativa y logística, con múltiples incógnitas por resolver. ¿Cómo será el arriado/izado? ¿Sus equipos de mantenimiento operarán como algo orgánico del buque o mediante destacamentos similares a las Unidades Aéreas Embarcadas (UNAEMB) en la Armada? ¿Cómo y dónde se forman a los operadores? ¿Cómo complementan estos sistemas la estrategia de defensa nacional? ¿Y la interoperabilidad entre unidades de la OTAN?

El futuro de la guerra submarina pasa, sin duda, por estos nuevos vehículos capaces de llevar la guerra a las profundidades de los océanos de manera autónoma. Aunque todavía se necesita una mejora de sus sistemas, es el momento idóneo para comenzar a probarlos y desarrollar las tácticas y procedimientos necesarios para su introducción en servicio. Y España, que acaba de estrenar su propio submarino, tiene todo para estar a la vanguardia de esta nueva era.

A mediados de abril, varios meses antes de lo esperado, la empresa Anduril, la Royal Australian Navy y varias instituciones tecnológicas australianas presentaron el primer prototipo del vehículo submarino Ghost Shark. Un contrato de 140 millones de dólares con el que se pretende dotar a su marina de guerra de tres de estos drones y meter al país austral en la liga de ejércitos que están poblando las profundidades con 'monstruos' autónomos armados en busca de una nueva ventaja estratégica.

Defensa Tecnología militar Australia
El redactor recomienda