Este moderno lugar seguía utilizando disquetes para funcionar. El gobierno ha decidido ponerle fin

Las máquinas de karaoke, la calculadora de bolsillo, el reproductor CD portátil, los DVD... todos son inventos japoneses. La potencia asiática, cuarta economía mundial, ha destacado tradicionalmente por estar a la vanguardia en las innovaciones relacionadas con la electrónica y la tecnología. Es por esta razón que sorprende tanto escuchar en 2024 que su gobierno acaba de jubilar uno de los elementos de los que dependía hasta hace nada su administración para seguir funcionando: los disquetes.

“¡Hemos ganado la guerra contra los disquetes el 28 de junio!”. Esta es la eufórica declaración que realizó a Reuters el Ministro de Transformación Digital japonés, Taro Kono, que ha sido el que ha liderado este impulso para poner fin al uso de estos soportes de almacenamiento en todos sus sistemas administrativos. Esta decisión marca el fin de una era y realza el afán de Japón de modernizar su burocracia.

Fue la pandemia mundial que provocó el covid la que sacó los colores a la administración nipona por tan clamoroso atraso tecnológico. Ante los retos que supuso el teletrabajo, el gobierno se vio obligado a modernizarse y adoptar soluciones digitales. Es en este contexto en el que la Agencia Digital fue creada y que ahora es la que ha emprendido una cruzada contra los soportes obsoletos. Con los disquetes, presentes durante 40 años, lo han conseguido.

En enero, el Ministro de Economía suprimió 34 normas que exigían el uso de este formato. La Agencia Digital ha recogido el testigo y ha eliminado los 1034 reglamentos que regulaban su uso su administración. Tal y como explica Reuters, a Taro Kono aún le queda mucho trabajo por delante, ya que el político reconoce que la cantidad de procesos burocráticos que se realizan en soportes no digitales sigue siendo asombrosa.

El disquete fue el soporte de almacenamiento de datos que dominó el mercado durante el final del siglo XX. Consiste en un disco magnético fino de láminas circulares que se introduce en las ranuras de las computadoras y que triunfó en los ordenadores personales. La idea de que la cuarta economía mundial se apoye en este tipo de antigüedades tecnológicas parece inconcebible. Acostumbrados a la nube y al USB, las nuevas generaciones hace tiempo dijeron adiós a los populares floppy disks de 1970.

El disquete empezó su ocaso comercial hace muchos años, pero recibió un golpe letal en el país asiático cuando Sony, uno de los mayores fabricantes en aquel mercado, dejó de fabricarlos en 2011, hace casi ya 15 años. Y quién sabe si ahora esta empresa también esté adelantando el fin de otro formato físico: el del DVD. La multinacional decidió hace unos días despedir a un total de 250 trabajadores de una de las fábricas de DVD que tiene en propiedad.

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El crecimiento del uso de las plataformas digitales, tal y como ocurre con el streaming de música y video, se da en detrimento de los soportes físicos, que cada vez son menos rentables. Si no dan dinero, cada vez interesan a menos empresas. En 2023, en España las personas que vieron vídeos en DVD fueron tan solo un 18% de la población, 8 puntos menos que en 2019, según datos recogidos por Statista. Parece inevitable que en algún momento tendremos que despedirnos de ellos.