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No hace falta un 'pajaporte' del Gobierno: hay otra forma de controlar el porno a los menores
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toda medida tiene sus puntos negros

No hace falta un 'pajaporte' del Gobierno: hay otra forma de controlar el porno a los menores

Las 'apps' de control parental pueden ser un apoyo para controlar la actividad de los dispositivos de los adolescentes. Tiene limitaciones y agujeros, pero también hay quien las ha utilizado hasta para superar adicciones al sexo y al porno

Foto: Una adolescente baila un TikTok junto a su teléfono móvil. (EFE/Luis Tejido)
Una adolescente baila un TikTok junto a su teléfono móvil. (EFE/Luis Tejido)

José Luis Escrivá se ha convertido en uno de los ministros protagonistas de la semana. Lo ha hecho por su propuesta de carnet digital para identificarte como adulto a la hora de acceder a webs pornográficas. La idea ha sido recibida a caballo entre el escepticismo de los profesionales de la seguridad informática y el cachondeo de las redes sociales, donde la iniciativa ya es conocida como ‘pajaporte’.

Independientemente de que compartan el objetivo de limitar el acceso a contenido sexual a los menores de edad, los expertos consultados por El Confidencial apuntan a posibles implicaciones éticas de esta iniciativa, especulan con posibles problemas de privacidad y eventuales rastreos de los usuarios y dudan de su efectividad, en el sentido de que la aplicación de la medida sería de ámbito nacional y voluntaria. El asunto ha dado que hablar y parece que seguirá siendo objeto de debate varios meses más.

Pero todo el revuelo armado en torno a este proyecto ha vuelto a poner en primera una serie de herramientas que utilizan miles de familias en España para limitar qué hacen sus hijos con los móviles y otros dispositivos electrónicos.

Foto: El ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, José Luis Escrivá. (EFE/Mariscal)

Un ejemplo de estas herramientas es Family Link de Google. Adela, una madre madrileña, tiene dos hijos de 14 y 16 años, respectivamente. Ambos tienen smartphone desde hace un tiempo, por lo que decidió instalar Family Link, una aplicación que ofrece gratuitamente Google con estos fines. Los padres que quieran usarla pueden hacerlo indistintamente desde un iPhone o desde un Android, pero los dispositivos que sean supervisados tienen que funcionar con Android o ChromeOS, el sistema operativo de Google para portátiles.

Hay funciones al alcance de la mano

“La verdad es que nos funciona bastante bien. Y ellos lo llevan bien, al menos que nosotros sepamos”, confiesa Adela a este periódico. “Puedo controlar varias cosas, desde la hora en la que se bloquea el móvil por las noches hasta la hora que se desbloquea por las mañanas. Puedo ponerles límites de tiempo diario para Instagram o algún juego y puedo prohibirles el acceso a apps, salvo que yo les dé permiso, como pueden ser aplicaciones desde las que se puedan hacer compras”, apunta.

Family Link, explica, también incluye una serie de filtros que permiten establecer filtros de contenido explícito en Chrome para que bloquee el acceso a este tipo de sitios.

placeholder Foto: Pexels.
Foto: Pexels.

Por otro lado, Apple ofrece algo similar para sus iPhone, sus relojes inteligentes y sus iPad. “En casa, todos utilizamos el entorno iOS, así que utilizamos las herramientas que vienen en el sistema operativo”, explica Pedro, padre de un adolescente que está a punto de cumplir 15 años. Lo primero que hicieron fue agrupar los terminales con una función que la compañía de Cupertino ha bautizado como En Familia.

Todos los aparatos están conectados entre sí y pueden compartir suscripciones a iCloud, a aplicaciones de streaming o cosas como un álbum de fotos familiar. El perfil de cada usuario tiene una edad asignada.

“Esta función te deja, por ejemplo, decir que a las 11 de la noche internet y los datos no les funcionen o establecer horarios para otras aplicaciones”. También permite conocer la ubicación de los dispositivos registrados en estos grupos. Los adultos pueden escoger qué comparten y qué no, pero las cuentas de los menores son configuradas por el que administra esta herramienta.

Foto: Jonathan Haidt. (Getty Images/Roy Rochlin)

Las opciones que ofrece el iPhone también permiten activar barreras que bloqueen contenido no adecuado teniendo en cuenta al menor, tanto páginas web, como aplicaciones o series y películas no recomendadas para su edad. También permite ingresar manualmente URLs concretas que se quieran bloquear. “Además, hay un aparato de comunicaciones seguras que tiene funciones interesantes en este sentido, como puede ser una herramienta que es capaz de detectar fotos de desnudos en la galería de mi hijo en el caso de que las hubiese”.

Recientemente, y en paralelo a la cartera digital y el sistema de verificación que ha propuesto Escrivá, el Ministerio de Juventud e Infancia, liderado por Sira Rego, presentó una serie de medidas para la protección de los menores en entornos digitales. Una línea de trabajo amplia que incluye desde modificaciones en el código penal para crear las órdenes de alejamiento virtuales, incluir los deepfakes en el ordenamiento jurídico o test en la atención primaria para detectar adicciones. Uno de los puntos obligará a los fabricantes a ofrecer, al igual que ofrecen la selección de idioma, una opción de configuración para menores de serie desde que se enciende por primera vez un móvil, una tableta, un PC o una televisión.

Hay límites evidentes

Ambos, tanto Adela como Pedro, son conscientes de que estas funciones son un apoyo pero no son ni mucho menos sinónimo de protección total. “¿De qué sirve limitar las horas de WhatsApp o de Instagram si luego ahí tienen acceso o llegan a contenido que estás intentando evitar por otras vías?”, se pregunta Adela. “En cualquier momento pueden intentar crear una cuenta secundaria y saltarse todo. Lo van a hacer o intentar, pero que lo hagan con conocimiento de los peligros”.

“Todo esto es una ayuda. Pero no puedes dejar de revisar a veces y preguntar, aunque hay veces que puedas parecer pesada”, explica Adela. Yo les he hablado del porno y de lo que puede ser, porque es una realidad que tarde o temprano se van a encontrar”, añade a la par que destaca que sabe que un agujero en esta red de seguridad puede aparecer en cualquier lado. “Yo controlo lo que pasa en mi casa. Pero sé que otras familias no tienen ese nivel de implicación, por dejación o desconocimiento o lo que sea”, afirma, insistiendo en que es consciente de ello.

Foto: Un niño usa el teléfono móvil y una tablet. (Europa Press/Eduardo Parra)

En su caso, ella ha llegado a un acuerdo tácito en el que cada cierto tiempo echa “un vistazo en diagonal” a lo que tienen sus hijos en el móvil. “Aunque no leo las conversaciones, veo a quién siguen o con quiénes tienen chats abiertos, qué tienen en la galería o qué stickers tienen guardados”, puntualiza. En algunos centros escolares han proliferado grupos masivos de WhatsApp en los que se meten a chavales “a cholón” y se comparten contenidos sexuales o violentos. “La clave es abordar con ellos el asunto. Hablar mucho con ellos”.

Estos servicios integrados por los fabricantes tienen límites. Muchos de ellos tienen que ver con la compatibilidad entre servicios y plataformas. Por ejemplo, Google Family Link solo puede activar el filtro contra webs para adultos en Chrome. El filtro de contenido sensible de YouTube, por ejemplo, no se puede activar en iOS, por lo que ahí quedaría desinstalar la aplicación, instalar la versión ‘Kids’ y vetar el acceso a través de la web.

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Foto: Reuters.

Por eso han surgido alternativas de pago, para cubrir estas lagunas y otras como puede ser la interoperabilidad entre sistemas operativos (las herramientas de Apple solo funcionan en su ecosistema y las de Android, tres cuartas partes de lo mismo). La lista es larga: MMGuardian, Bark, Norton Family… Una de las más conocidas ha sido desarrollada por una compañía catalana llamada Qustodio.

Apps para superar adicciones al porno

Aunque estas plataformas pueden estar pensadas para proteger a los menores y controlar lo que ven o dejan de ver, hay quien incluso lo ha utilizado en terapias para solucionar la adicción al sexo y al porno. Es el caso de Javier, nombre ficticio para esconder la identidad de un ingeniero informático que lo utilizó como parte de su recuperación.

“Opté por una app independiente porque no lograba una manera realmente efectiva de bloquear contenido, ni desde el móvil ni desde el PC”, confiesa a este periódico este treintañero.

Javier estaba en un grupo de Doce Pasos, que suelen ser grupos de ayuda mutua que se ayudan para superar este tipo de situaciones. Tuvo que recurrir a uno de ellos para que esta herramienta fuese útil. “Yo era un adicto. Era imposible controlarlo por mí mismo, porque tener el poder de encenderlo y apagarlo a gusto hacía que el control parental perdiera su función, así que me tocó confiar en una tercera persona, que era el que tenía mis credenciales de acceso”, recuerda.

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Foto: Europa Press.

La función (en su caso utilizó una versión de pago de Qustodio para proteger varios dispositivos) que más utilizaba era la del bloqueo de contenido por tipo y también URL. En menor medida, también recurre al bloqueo de apps, especialmente las que podían ayudar a saltarse las restricciones. Cuando quería añadir una restricción adicional, contaba con esa persona y esta se le añadía.

“Una de las cosas que también me sirvió mucho era el reporte diario o semanal que se le mandaba al que administraba las apps, así como las alertas cuando yo intentaba esquivar los bloqueos. Al final era un compromiso con esa persona, que siempre ha formado parte de mi grupo de apoyo”, añade.

Este madrileño pone el acento en su profesión. “Probablemente, si no llego a ser informático y tener ciertos conocimientos, hubiese sido más efectivo”, comenta. Cuando llevaba dos años utilizándola, logró descubrir que si conectaba el terminal por USB al ordenador y rooteaba el terminal podía borrar contenido y aplicaciones sin tener las credenciales de Qustodio y no dejar rastro de sus recaídas. Confiesa que aquello fue un “chasco” y le provocó algunos “picos importantes en su adicción”, así que decidió buscar otras herramientas y medios que le ayudaron a dejar atrás esta obsesión.

José Luis Escrivá se ha convertido en uno de los ministros protagonistas de la semana. Lo ha hecho por su propuesta de carnet digital para identificarte como adulto a la hora de acceder a webs pornográficas. La idea ha sido recibida a caballo entre el escepticismo de los profesionales de la seguridad informática y el cachondeo de las redes sociales, donde la iniciativa ya es conocida como ‘pajaporte’.

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