Nadie ha hablado con los 'PornHub' españoles sobre el carnet porno. Ellos saben qué pasará

"Llevo 23 años en esto y he visto miles de intentos de regulaciones. Al final pasa lo de siempre. Nada". Borja Mera es probablemente una de las personas que más sabe de porno online en España. A los 18 (hoy tiene 43) este gijonés dejó los estudios de informática para empezar a montar webs de música. Pronto ocurrió algo que no esperaba. "Me escribieron para poner un banner publicitario de porno. Me ofrecieron mucho. Ahí me di cuenta de que había dinero en esto".

Años después montó Cumlouder y decenas de webs de contenido adulto. Entre todas, llegó a convertirse en la tercera plataforma de contenido adulto del mundo, con 24 millones de visitas diarias y más de 700 millones de usuarios al mes. Hoy, en pleno proceso de venta de su imperio online, Mera asiste atónito a lo que ha ocurrido esta semana con el 'pajaporte' propuesto por el ministro José Luis Escrivá. "Es como si no conociesen cómo funciona internet en pleno 2024", explica a El Confidencial.

Las páginas porno radicadas en España son, de momento, las únicas afectadas por la medida del Gobierno de imponer un carnet digital para verificar la edad de sus usuarios. Sin embargo, son también las únicas a las que el Gobierno no ha preguntado cuál es su visión del problema. El pasado marzo, el Ejecutivo se reunió con directivos de Apple, Google, Meta, Microsoft, MásMóvil, Orange, Telefónica, Vodafone, y las asociaciones Adigital, Ametic y DigitalES. "A mí nadie me ha llamado. Me hubiera encantado hablar con ellos, para ayudar. Hemos pedido reunirnos con el Gobierno en cada escrito que hemos enviado a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), y nunca nos han respondido", explica Mera.

No es el único que, estando en el centro del debate, se siente completamente ignorado. "Más que contar con nosotros, lo que han hecho es amenazarnos. Hace unos meses empezamos a recibir requerimientos de organismos del Gobierno para implementar un sistema eficaz de verificación de edad cuando aún no hay una normativa que obligue a ello. Y nos daban solo un mes para establecerlo. Somos los primeros interesados en impedir que los menores entren en nuestras webs, pero nadie nos ha preguntado ni se ha puesto en contacto con nosotros sobre cómo evitarlo", explica a este diario J. E., creador de Promociones Web, empresa dueña de OleCams, una de las pocas webs españolas de contenido adulto que aún mantienen un tráfico relevante.

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Es difícil entender cómo funciona el sector del porno online en España sin hablar con quienes lo montaron de la nada hace décadas. Borja Mera asegura que está en plena fase de venta de Cumlouder y el resto de sus webs de contenido adulto (unas 50 en total) a una empresa extranjera por una cantidad que rondaría los 5 millones de euros. La operación es una señal de lo que ocurre desde hace años en el sector.

"Ya no quedan apenas webs porno radicadas en España. Los dos grandes gigantes son PornHub, canadienses, y Xvideos, de República Checa. Entre ambos suman 8 o 10 millones de usuarios diarios. Hablamos de que un cuarto del país entra cada día a estas webs. Tienes que irte al número 20 o 25 del ránking para encontrar a la primera página local. Nuestro tráfico de España es menos del 7% del total. Vamos, que han creado una medida para nadie", señala Mera.

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Este empresario fue de los primeros en lanzar en nuestro país lo que se conoce como 'tubes', portales de vídeos de acceso gratuito y creados en su mayoría por usuarios. Como un YouTube, pero de contenido adulto. "No somos una empresa de porno, sino una empresa tecnológica. Las empresas de porno suelen ser de gente del sector, pero no era nuestro caso. Nosotros somos expertos en internet y en contenidos, eso es lo que sabemos hacer. No se trata de sexo, sino de tecnología, de unos y ceros", explicaba Mera a este diario hace unos años. Hoy, al frente de la empresa TechPump, está a punto de salirse definitivamente del sector. "Nunca me ha gustado el porno, para mí era un producto tecnológico, un negocio, ahora quiero centrarme más en productos relacionados con el deporte o la salud".

OleCams, otra de las escasas webs porno españoles que sigue en pie, tiene un modelo de pago similar al de OnlyFans. "Parejas y chicas retransmiten en directo, la gente se suscribe, paga por créditos, y ellos se llevan una ganancia", explica J. E., cuya web cuenta con 100.000 usuarios registrados. Ambos empresarios han empezado a mantener conversaciones con operadores de telefonía y proveedores de sistemas de verificación de edad a la espera del sistema propuesto por el Gobierno. Pero el carnet digital les parece inviable e ineficiente.

"No hacía falta inventar nada nuevo. Hay empresas que tienen sistemas de verificación robustos. Si a eso añades el uso de las funciones de control parental en móviles y ordenadores, vas a solucionar gran parte del problema. Yo no quiero que entren menores en mis webs, ni es ético, ni pagan, ni es deseable. Y haré todo lo posible para que eso no ocurra. Pero el sistema del Gobierno no es anónimo, no resuelve el problema y tiene muchas lagunas", explica el dueño de OleCams.

"Bye, bye, anonimato"

Durante los últimos días, el ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, se ha afanado en intentar aclarar las dudas sobre el carnet digital, especialmente en dos frentes, el anonimato y la privacidad. "Leo que hay dudas sobre si la app garantiza el anonimato de los usuarios. Rotundamente, sí. 1) Cartera pregunta a la Administración si el usuario es mayor de edad. 2) Si lo es, la Administración envía una credencial a Cartera que sólo dice "mayor de edad"; no tiene detalles sobre el usuario. 3) Al acceder a una web pornográfica, la web pide la credencial anónima a Cartera. Así, la Administración no sabe qué uso hace el usuario de su credencial, ni la web pornográfica sabe quién es la persona que está accediendo", explicaba Escrivá.

Sus argumentos han sido refutados por varios especialistas con décadas de experiencia en criptografía y privacidad. "Dice José Luis Escrivá que la cartera digital, aka 'pajaporte', garantiza el anonimato de los usuarios. Me gustaría estar de acuerdo. Pero, rotundamente, NO", publicaba esta semana el criptógrafo Jesús Díaz Vico.

"El Ministro está hablando en términos políticos. Pero en criptografía, eso no vale. [...] El 'pajaporte' no cumple el modelo de seguridad que los criptógrafos llevamos depurando y estudiando DÉCADAS", señala. Díaz Vico expone su análisis técnico y la conclusión es clara: "La administración sabe que la clave pública 0x1234… ABCD pertenece a FULANITO, que se ha autenticado con su DNIe o similar. Y La web porno sabe que un usuario con la clave pública 0x1234… ABCD está intentando ver su contenido. Y aquí está el problema. [...] Sin más, bye bye anonimato".

El español Ramón Medrano, investigador en privacidad y seguridad, ha publicado también esta semana un informe técnico de 5 páginas (se puede leer aquí) en el que no solo llega a la misma conclusión, sino que además ofrece alternativas técnicas para implementar un sistema de verificación de edad anónimo y privado. "No está bien pensado. De hecho, es tal truño de diseño que con arbitrariedades como los 30 tokens consigue lo opuesto: es un riesgo manifiesto para la privacidad y la seguridad de los datos. Debe ser retirado lo antes posible", asegura en su cuenta de X.

Los creadores de las pocas webs porno que quedan en España y que deberán implementar el carnet porno del Gobierno en dos meses, asisten pasmados a toda esta polémica. "No va a pasar nada, ya verás. Ni PornHub ni Xvídeos van a implementar nada, ni la gente va a usar el sistema", dice Borja Mera, para el que el verdadero foco del problema no es el porno.

"La media de permanencia en nuestros vídeos es de 8 minutos. Más o menos, el tiempo que un tío se masturba. ¿Sabes cuánto tiempo pasan al día los menores en TikTok? Más de 4 horas", señala. "Conozco directores de hospitales que están teniendo más de 10 ingresos semanales de niños con problemas psicológicos por su enganche a TikTok. Yo soy radical con esto, prohibiría los móviles hasta los 16 años. Los padres le dan un móvil a sus hijos a los 10 o a los 12. Eso es una auténtica barbaridad. Los móviles son auténticas armas de destrucción masiva de los cerebros de los niños. Eso es lo que el Gobierno debería atajar. Concienciar a la sociedad, y dejarse de 'pajaportes'".