Tras años teletrabajando, me han obligado a volver a la oficina. Esta es mi pequeña venganza

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Uno de los pocos aspectos positivos que se pudieron sacar de la pandemia de COVID-19 fue el desarrollo del teletrabajo. Y es que, por aquel entonces, las circunstancias sanitarias obligaron a empresas de todo el mundo a permitir que sus empleados desarrollaran sus labores desde su propio domicilio. Algo muy bien valorado por los profesionales, puesto que les aporta flexibilidad y les permite compaginar mejor su vida laboral y familiar.

Sin embargo, muchas empresas brindaron esta posibilidad a regañadientes. Prueba de ello es que, a lo largo de los últimos meses, el número de negocios que han exigido el regreso a la oficina no ha parado de crecer, lo que ha generado un importante descontento entre los trabajadores. No es de extrañar que hayan terminado desarrollando nuevos medios a través de los cuales boicotear a las empresas que los han contratado.

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En este sentido, un estudio elaborado por Owl Labs asegura que el 58 % de los trabajadores ha practicado alguna vez el coffee badging, una expresión que podría traducirse al español como “fichar para un café”. Además, otro 8 % desearía intentarlo. La investigación ha sido realizada sobre las opiniones de 2.000 personas, cuyas empresas han obligado a regresar a la oficina después de haberse pasado teletrabajando los últimos años.

¿Qué es el 'coffee badging'?

En concreto, el coffee badging consiste en presentarse por la mañana en la oficina de la empresa. A continuación, el trabajador registra su entrada con su tarjeta de empleado, pero en lugar de ponerse a trabajar, se va a tomar un café con sus compañeros. Después, imprime un par de informes o realiza cualquier otra tarea de poca relevancia y regresa a su casa para teletrabajar el resto del día. En caso de ser necesario, vuelve a fichar a última hora para dejar constancia de que ha terminado su jornada laboral.

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El objetivo del coffee badging no es solo boicotear a la empresa para que dé marcha atrás en su decisión de regresar a la oficina. También trata de demostrar que la vuelta no es necesaria y que la presencia del empleado en ella es, la mayoría de las veces, innecesaria. El mismo estudio de Owl Labs indica que el 77% de los encuestados cree que es más productivo trabajando desde casa.

Las empresas han respondido de diferentes maneras a esta forma de resistencia. Meta, por ejemplo, ha implementado controles estrictos sobre el uso de las tarjetas de identificación para asegurar la presencia física de los empleados. Amazon y Tesla también han tomado decisiones similares. Sin embargo, estas medidas han generado aún más descontento y nuevas estrategias para evadir los controles.

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Esta iniciativa está siendo liderada, principalmente, por los miembros de la Generación Z y, en menor medida, por los millenials. Ambos colectivos reclaman mayor flexibilidad y un ambiente laboral que promueva el bienestar y la eficiencia. Además, aseguran que el ahorro en costes que para ellos supone no tener que desplazarse a la oficina es clave para mantener unos salarios dignos.