Me he puesto mi primer anillo inteligente: así es el 'gadget' que todos van a intentar venderte

En septiembre del pasado año, el papel couché (y sus versiones digitales) alucinaron con un detalle de la escapada del Rey Juan Carlos I a Sanxenxo desde Emiratos Árabes: el anillo que llevaba en el dedo. No se trataba de una joya milenaria ni del inmenso ajuar de la corona española cargado con un pedrusco impresionante.

Tampoco se trataba de una pieza ultra lujosa con la que le había agasajado algún jefe de Estado. Nada de eso. Se trataba de un Oura Ring, un anillo inteligente fabricado por una empresa de origen finlandés, un ‘gadget’ que apenas era conocido por aquellos que siguen con mucho detenimiento las novedades de la electrónica de consumo.

Es probable que en los próximos dos años empiecen a sonar mucho más de lo que lo hacen ahora, porque se avecina un auténtico tsunami de marcas tecnológicas que van a lanzar anillos repletos de sensores para recoger datos sobre nuestra actividad, incluso cuando dormimos.

Pero hasta ahora era un producto ‘indie’, propio de pequeñas startups como Oura, Circular o Ultrahuman.

Ahora todo esto cambia porque Samsung ha decidido entrar en este mercado con el Galaxy Ring, un dispositivo que se lanzará comercialmente en dos semanas. Eso sí, no lo hará por ahora en España. En esta zona del mundo, solo Alemania, Francia e Inglaterra están en la primera terna de mercados donde se lanzará. Por segunda vez este año, nuestro país se queda fuera de los lanzamientos que más han dado que hablar. Primero fueron las Vision Pro de Apple cuando salieron de EE. UU. y ahora es el Galaxy Ring.

A pesar de ello, hemos podido tener un primer contacto con este anillo inteligente, lo que nos sirve para hacernos una idea de para qué sirve y también para qué pueden servir otros modelos que sí se venden en España.

Cómo es el Galaxy Ring

El Galaxy Ring no es una finísima orfebrería. Es una pieza de cierto volumen si lo comparamos con una alianza de casado o similar. Son 0,7 cm de ancho y 0,25 de grosor. Esto es por pura y estricta necesidad, porque necesita tener espacio para la batería, los sensores y demás piezas. Aunque se rumoreó que solo podía llegar en tres tamaños, lo cierto es que hay un total de nueve tallas diferentes. Parten del diámetro 5 y ofrecen hasta el 13, ambos incluidos. Particularmente, presumo de saber datos bastante inútiles y de dudosa utilidad sobre mi persona, pero la talla de ese catálogo de espárragos que tengo por manos nunca me lo había preguntado.

La respuesta está en una suerte de kit de medición, que no es otra cosa que todos los tamaños impresos en 3D para que los pruebes durante un tiempo antes de hacer la compra. Samsung no es la única marca que ha optado por esta solución para evitar devoluciones frecuentes debido a malentendidos con las tallas.

En general, la recomendación suele ser llevarlo durante un par de jornadas, porque los dedos se hinchan y se deshinchan en determinados momentos del día. En mi caso, la talla era un 11. El Galaxy Ring está disponible en tres colores diferentes: uno negro mate, uno plateado y uno dorado. Su diseño, globalmente hablando, no difiere del de otros anillos inteligentes que hay en el mercado. En este caso, el material utilizado es titanio de grado 5. Son un par de gramos de peso, así que no vas a notar que llevas nada mínimamente pesado en el dedo. Las dudas que se me plantean en este punto son, principalmente, acerca de la resistencia del invento.

Está claro que el anillo no se va a dañar mientras te mide la frecuencia cardíaca en una carrera por mucho que sudes (tiene resistencia IP68 y aguanta 8 atmósferas de presión) ni cuando esté controlando la calidad de tu sueño.

Pero, ¿qué ocurre cuando se utilice una mancuerna o uno se cuelgue en una barra para hacer una dominada? ¿Va a aguantar esos impactos o se va a ir marcando y desgastando con el paso del tiempo? Al final, con un reloj no me ha pasado eso nunca. El tipo de deporte y de monitorización que necesites o que quieras hacer dependerá mucho de si este tipo de dispositivo es para ti o no.

Otra incógnita, que había sido desvelada ya por las filtraciones previas, era cómo se iba a cargar este anillo. A diferencia de otros, el Galaxy Ring incluye un estuche al puro estilo AirPods para cargarlo sin que corra el riesgo de soltarse de los pines o de un adaptador magnético y salir rodando hasta acabar en cualquier parte. Otro aspecto que también ha quedado resuelto en la presentación de París ha sido el precio: 399,90 euros en Francia y Alemania, lo que le sitúa en lo más alto del mercado, por encima de sus competidores.

Le sitúa prácticamente a la altura del precio de partida de un Apple Watch Series 9 (449 euros) y muy por encima de otros relojes inteligentes.

Eso sí, finalmente no hará falta una suscripción para acceder a todas las funciones e información. Algo por lo que sí apuesta Oura e incluso algunos relojes, como pueden ser los Pixel Watch y los relojes de Fitbit. Bien por Samsung, aunque particularmente me siga pareciendo que el precio de lanzamiento del Galaxy Ring está ligeramente alto. Habrá que ver cómo se recibe en el mercado y cómo llega a España.

La dicotomía anillo inteligente versus reloj inteligente no es fácil de llevar a cabo

La compañía asegura que cuenta con una autonomía que se va a extender más allá de los siete días. Los modelos de talla mayor podrán rebañar algo más. Esto sitúa al Galaxy Ring en una marca similar a Oura, pero por detrás de marcas conocidas como Rollme, cuyo último modelo promete diez días. Particularmente, me resulta razonable que uno de estos dispositivos tenga que cargarse tres veces al mes como mucho. Ojalá fuese así con los smartwatches.

Compararlo con un reloj inteligente difícilmente puede ser una comparativa justa. En muchas ocasiones, es probable que parezca que comparas un siluro con una carpa. El reloj cuenta con una pantalla, memoria interna, motores de vibración, la posibilidad de estar conectado a internet para, por ejemplo, salir a correr con Spotify y sin llevar el móvil encima. Aquí no hay nada de eso. Ni un LED que vaya a parpadear ni nada que vaya a hacer que el anillo se sacuda cuando recibas un mensaje para que te enteres. Aquí no se trata de tener una extensión del móvil (al 99%). Se trata de tener una manera de recolectar datos sobre tu actividad y tu descanso de manera más discreta y más cómoda.

Particularmente, más de una noche me he quitado mi reloj inteligente mientras estaba dormido y eso ha hecho que la serie histórica se interrumpa o los datos de ese día queden incompletos. El anillo me parece más cómodo en ese sentido. En este punto hay que destacar que el anillo no solo es capaz de medir las horas, sino que gracias a su algoritmo, es capaz de saber cuánto tardas en conciliar el sueño, cuánto tiempo pasas en las diferentes fases y otros aspectos con los que recibir consejos para mejorar nuestro descanso diario.

Además del sueño, podrás tener registros de la temperatura de la piel, de la frecuencia cardíaca y de la actividad, ya que cuenta con un acelerómetro, un sensor de medición de temperatura y un sensor óptico para el pulso.

¿Qué hace con estos datos? Pues Samsung ha creado un nuevo indicador, que también está disponible en sus relojes, que es el rating energético. Básicamente, tiene en cuenta los datos de sueño, la frecuencia cardiaca y su variabilidad durante el día y durante el descanso, tus pasos y tu actividad física, y los mezcla con otros datos para ofrecer un vistazo general a tu energía.

En función de eso, te puede recomendar que te tomes más descanso, que te acuestes antes o que ese día no entrenes. Entre otros consejos, también te puede dar recomendaciones sobre tu estilo de vida en función de los datos que se vayan recogiendo en la app de Samsung Health, que es la que gobierna este dispositivo.

Puede funcionar con todos los Android que sean capaces de mover y utilizar dicha aplicación. Pero en Samsung se tendrá una ventaja extra: el anillo servirá para que, con un pellizco con los dedos, se pueda silenciar una alarma o disparar la cámara gracias a la conexión BT del dispositivo. Esto abre la puerta a pensar que los coreanos y otros fabricantes podrían estar imaginando y trabajando en otros comandos y otras cosas que se podrían controlar con el anillo.

Así, por soltar ideas al vuelo, estaría bien que se pudiese sincronizar, por ejemplo, con altavoces para controlar la reproducción o con las luces de casa, aunque conllevaría otro tipo de desarrollos para poder hacerlo posible. Habrá que ver cómo evolucionan las próximas ediciones de este y otros anillos y lo que hacen empresas como Apple u Oppo cuando ingresen en este mercado, si se confirman las filtraciones.

Sea como sea, parece que los anillos inteligentes van a ser una de las cosas que más van a dar que hablar en los próximos meses. Y queda claro que ya no va a ser un producto de nicho que solo se veía en los dedos de las personalidades de Silicon Valley… o del rey Juan Carlos.