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A Elon Musk se le está atragantando el último gran proyecto de Tesla (y este país ya le adelanta)
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TODOS LOS DESAFÍOS DE SU ROBOTAXI

A Elon Musk se le está atragantando el último gran proyecto de Tesla (y este país ya le adelanta)

Tesla ha vuelto a retrasar su robotaxi y no está nada claro cómo podrá rentabilizarlo. Mientras, el futuro del coche autónomo se decide en otro lugar, donde miles de robotaxis han comenzado a sustituir a los taxistas humanos

Foto: Algunas unidades de robotaxi Baidu aparcados en Pekín, China. (EFE/EPA//Mark R. Cristino)
Algunas unidades de robotaxi Baidu aparcados en Pekín, China. (EFE/EPA//Mark R. Cristino)

El mundo pareció detenerse cuando el 5 de abril, Elon Musk, publicaba en X un nombre y una fecha: “Tesla robotaxi, el 8/8”. En unas horas las acciones de la compañía subieron como la espuma ante otra promesa del magnate de que su coche completamente autónomo ya asomaba por la puerta. Lo había vuelto a hacer, algo que lleva haciendo durante ocho años, alimentar el sueño húmedo de miles de inversores de que pondrá en el mercado un coche que no necesitará de la intervención humana para conducirse. "Si alguien no cree que Tesla vaya a hacerlo, creo que no debería ser inversor en la empresa. Lo conseguiremos", dijo. Hace unos días se confirmaba el triple que se había marcado: la presentación del robotaxi de Tesla se aplaza, ahora sin una fecha clara. Silenciosamente, al otro lado del mundo, hay un país que ya está a años luz en esta industria y donde las flotas de robotaxis están brotando como setas.

Algunos analistas dicen que Elon Musk está actuando como una especie de ‘Dr. Jekyll and Mr. Hyde’, que un día dice una cosa que tiene sentido y al siguiente tuitea otra sin pies ni cabeza. De hecho, ese fue el apodo que usaron en la revista Wired para diseñar una portada, que rezaba ‘Dr. Elon & Mr. Musk'. Según se ha filtrado, Musk ha decidido retrasar su lanzamiento hasta octubre debido a problemas de desarrollo. “Hemos solicitado lo que creo que es un importante cambio de diseño en la parte delantera, y el tiempo extra nos permite mostrar algunas otras cosas”, escribió. Una demora que ha golpeado con contundencia la cotización en bolsa de Tesla, con una caída del 8%.

Los volantazos de Musk de convertir Tesla en una empresa que venda viajes en taxi sin conductor mediante un alquiler de pago por uso, justo cuando Cruise, otra empresa estadounidense similar, ha gastado millones y ha visto su licencia retirada por varios accidentes, no son buena señal. De hecho, no está nada claro que Tesla pueda lograrlo o si generará los beneficios financieros que anticipa. Tampoco nos sorprende demasiado este coitus interruptus. Elon Musk ha incumplido su palabra repetidas veces, al menos en lo que se refiere a los plazos en sus productos. Los casos más recientes son el Cybertruck y el camión Semi. En 2019, el magnate dijo que estaba “muy seguro” de que Tesla comenzaría a operar robotaxis en 2020. Sin embargo, estamos a julio de 2024 y ni rastro de su propuesta de coche autónomo.

placeholder El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk.
El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk.

El retraso de su producto coincide con un escenario desesperanzador, debido a una fuerte caída en las ventas de vehículos en el primer trimestre y el lento y problemático lanzamiento de Cybertruck, por el que decidió no priorizar un vehículo eléctrico de menor coste y mercado más grande. La competencia de EV se está intensificando, particularmente por el desembarco de modelos más baratos procedentes de China, lo que ya está haciendo daño a los márgenes de Tesla. La desastrosa adquisición de Twitter por 44.000 millones de dólares, en la que Fidelity ha bajado el valor de su participación en un 71%, es sólo una de una serie de decisiones comerciales discutibles que Musk ha tomado en el último año. Y después de despedir al 10% de la compañía, ha ampliado aún más los recortes en su departamento de Supercharger.

Su compañía también se enfrenta a varias demandas y al escrutinio de los reguladores en EEUU por problemas de seguridad de su software de conducción autónoma por 13 accidentes fatales. La semana pasada, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de EEUU criticó a Tesla por las medidas “insuficientes” adoptadas para garantizar que los conductores presten atención mientras utilizan esas funciones.

Foto: El robot de Tesla cada vez está más cerca de empezar a trabajar (X/@elonmusk).

Musk ha dicho que el negocio de taxis sin conductor de Tesla está destinado a funcionar como “una combinación de Airbnb y Uber”, aunque hasta ahora, solo hemos visto pocos avances de cómo podría ser el servicio. Hace unas semanas, Tesla publicó un vídeo de demostración en el que se veía a una de sus empleadas solicitando el servicio en la app y subiéndose al vehículo, donde es capaz de personalizar su experiencia al indicar la temperatura del coche, el volumen del audio y la música. Ha necesitado casi ocho años para mostrar un pequeño ejemplo y hasta el momento solo se ha logrado lo que Musk llama “conducción totalmente autónoma supervisada”, es decir, que un conductor humano debe estar listo para tomar el control en cualquier momento.

placeholder Dos vehículos autónomos de Waymo en las carreteras de Phoenix, Arizona, EEUU. (Reuters)
Dos vehículos autónomos de Waymo en las carreteras de Phoenix, Arizona, EEUU. (Reuters)

Waymo, de Alphabet, también ha invertido millones en el desarrollo de tecnología de conducción autónoma durante más de una década y ahora se está expandiendo comercialmente en Phoenix, San Francisco y Los Ángeles, operando cientos de vehículos sin conductor. Y el Zoox de Amazon planea comenzar a operar el servicio comercial de robotaxi en Las Vegas este año. Sin embargo, Cruise, el principal rival de Waymo y respaldado por General Motors, detuvo la operación de toda su flota en San Francisco y perdió su licencia para operar robotaxis en California después de que uno de sus vehículos golpeara y arrastrara a un peatón. Como resultado, en Nueva York se anunció hace unos días un nuevo tipo de permiso para empresas que quisieran ofrecer este tipo de servicios: todas ellas tendrán que tener un conductor auxiliar "al volante".

El país que le adelanta por la derecha

Pero donde la guerra real por el futuro del coche autónomo se está librando es en China. Allí, mientras en Estados Unidos pone trabas al desarrollo y en Japón cancelan las pruebas, el coche autónomo está ganando fuerza rápidamente. Tanto, que algunas ciudades como Wuhan han comenzado a sustituir a los taxistas humanos. Baidu es una de las más importantes en esta carrera. Lleva años trabajando en la materia, asociándose con grandes empresas como Volvo y acaban de presentar la última versión de su producto estrella, el nuevo Baidu RT6, que ofrece un nivel 4 de conducción autónoma. Viene equipado con 5 radares LiDAR y un total de 40 sensores repartidos por toda la carrocería, siendo capaz de detectar obstáculos y problemas a una distancia de 440 metros.

Sólo en Wuhan cuenta con una flota de 500 taxis sin conductor que operan al tiempo que recopilan datos para entrenar a sus sistemas y mejorar su comportamiento. Pero lo que más sorprende es su coste de venta, de apenas 26.000 euros. En cuanto al servicio de robotaxis, Baidu puede operar un viaje de 10 kilómetros por entre 0,5 a 2 euros, mientras que el mismo servicio en un taxi estándar asciende a unos 2,30 y 3,80 euros. El bajo precio y el buen recibimiento de los pasajeros a montarse en este tipo de coches ha puesto al secto taxista chino en pie de guerra contra Baidu.

Foto: Este Tesla Model S ha demostrado ser más duradero de lo esperado (YouTube/@AutoTraderTV)

El caso de Baidu y Wuhan no es único. Hasta 16 ciudades han dado luz verde a diversas pruebas de este tipo de vehículos y actualmente 19 fabricantes de automóviles con sus propios socios llevan a cabo proyectos de robotaxis. La empresa Didi, la Uber china, se ha aliado con el fabricante de eléctricos GAC Aion para la producción en masa de robotaxis eléctricos con autonomía 4 con el beneplácito del gobierno. Mientras Musk retrasa lo que será su buque insignia y EEUU le pone cada vez más trabas a la conducción autónoma, China está erigiendo todo una industria alrededor del robotaxi y amenaza con adelantarlos en algo que a los de occidente les ha llevado casi una década.

El mundo pareció detenerse cuando el 5 de abril, Elon Musk, publicaba en X un nombre y una fecha: “Tesla robotaxi, el 8/8”. En unas horas las acciones de la compañía subieron como la espuma ante otra promesa del magnate de que su coche completamente autónomo ya asomaba por la puerta. Lo había vuelto a hacer, algo que lleva haciendo durante ocho años, alimentar el sueño húmedo de miles de inversores de que pondrá en el mercado un coche que no necesitará de la intervención humana para conducirse. "Si alguien no cree que Tesla vaya a hacerlo, creo que no debería ser inversor en la empresa. Lo conseguiremos", dijo. Hace unos días se confirmaba el triple que se había marcado: la presentación del robotaxi de Tesla se aplaza, ahora sin una fecha clara. Silenciosamente, al otro lado del mundo, hay un país que ya está a años luz en esta industria y donde las flotas de robotaxis están brotando como setas.

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