Misiles de crucero del todo a cien: el último plan de EEUU para aumentar sus arsenales

En los últimos conflictos se está haciendo patente la necesidad de contar con armamento efectivo y barato, capaz de cumplir un gran número de misiones, pero sin suponer un elevado coste para los Estados. Un claro ejemplo de país que requiere de estos sistemas es Ucrania, que actualmente se encuentra sumida en una guerra de atrición con la Federación Rusa.

De igual manera, Estados Unidos los precisará en caso de un futuro conflicto en el Pacífico. Por esta razón, lleva tiempo trabajando en el desarrollo de varios proyectos que le permitan disponer de armamento efectivo, pero de coste contenido. Uno de ellos es el Extended Range Attack Munition (ERAM). Se trata de una nueva munición barata y de lanzamiento aéreo con un alcance de unos 460 kilómetros.

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Jesús Díaz

Hace un par de semanas, el Air Force Cycle Management Center, con base en Eglin Air Force Base y encargado de gestionar el programa, publicó una solicitud de propuestas (request for proposal, RFP) en la que hacía mención específica a Ucrania como principal receptora. Es de notar que en la solicitud de información (request for information, RFI), un hito anterior, no se habló del país en cuestión. Además, aunque no se haga alusión directa, incluso Taiwán podría ser un receptor futuro de estas nuevas municiones.

Ucrania, laboratorio de ideas

Hasta la fecha, Ucrania ha recibido bombas guiadas Joint Direct Attack Munition-Extended Range (JDAM-ER) y Small Diameter Bomb (SDB) de fabricación estadounidense, así como AASM Hammer de manufactura francesa. Estas municiones se caracterizan por disponer de kits de planeo y guiado —normalmente, inercial asistido por GPS, láser o ambos— que les dota de un mayor alcance y precisión, respectivamente. De manera aproximada, ofrecen un rango de, unas 40-45 millas, es decir, unos 70 km, mientras que su coste varía desde los 30.000 euros de las JDAM hasta los 250.000 de euros de las francesas. Nótese que las francesas, a diferencia de las estadounidenses, cuentan con un motor cohete, pues están pensadas para el lanzamiento a baja cota, y mejores buscadores.

Por otro lado, dicha nación también ha incorporado —aunque en cantidades reducidas— misiles de crucero Storm Shadow y SCALP-EG, de factura británica y francesa, respectivamente. Los misiles ingleses se hicieron famosos con el ataque ucraniano al submarino Rostov-on-Don de la clase Kilo el pasado 13 de septiembre. Cuentan con un alcance de unos 550 km y una cabeza de guerra de penetración multi-etapa de 450 kg. Su coste ronda los 2 millones de euros. Al mismo tiempo, es preciso mencionar que sigue habiendo lío con respecto a la negativa alemana de suministrar misiles Taurus al país eslavo.

Es evidente la diferencia de capacidades entre ambos efectores. Por esta razón, el objetivo, tal y como se explica en la solicitud de propuestas, consiste en suministrar a Ucrania una munición que sea capaz de cumplir sus necesidades bélicas de manera efectiva y eficiente, proporcionando un arma barata que se pueda fabricar a gran escala. Asimismo, Estados Unidos busca disponer de un prototipo que tome como base un vehículo autónomo comercial, modular y con arquitectura abierta que pueda suministrar de forma barata efectos a larga distancia.

Además, estas armas de gran alcance permitirán reducir la exposición de los pilotos y aviones. Es probable que esta nueva munición se utilice en los cazas de combate Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon que Ucrania espera recibir en los próximos meses. No obstante, es bastante plausible que también se instalen en aviones de origen soviético. Como ya se ha podido comprobar en más de una ocasión, Sukhoi Su-27, Sukhoi Su-24 y Mikoyan-Gurevich MiG-29 han lanzado armamento estadounidense, como el misil antirradiación AGM-88 HARM.

Bueno, efectivo y barato

Aunque no se han publicado las medidas, se ha solicitado que el artefacto tenga una masa en torno a las 500 libras —unos 230 kg—, un alcance de 250 millas náuticas —unos 460 km— o superior y una velocidad máxima por encima de Mach 0,6 —unos 730 km/h a nivel del mar—. Además, en la solicitud de propuestas se especifica que deberá contar con una cabeza de guerra de fragmentación, explosiva o de penetración limitada y disponer de distintos ajustes de espoleta, los cuales no han sido desvelados.

A pesar de que tanto en la RFI como en la RFP se indica que este nuevo efector deberá ser barato, no se especifica por ninguna parte cuál será su coste. No obstante, para que se pueda considerar como tal, su precio tendrá que rondar los 350.000 dólares, unos 323.000 euros, por unidad.

En lo referente al guiado, el ERAM deberá contar con un sistema de navegación interna capaz de trabajar en entornos GPS degradados. En los últimos meses, se han realizado operaciones de perturbación, jamming, y suplantación, spoofing, de señales GPS tanto en zonas de conflicto como fuera de ellas. Otro de los requisitos es que la munición cuente con una precisión final, ya sea en ambientes sin perturbación electromagnética como en entornos de alta perturbación, de un círculo error probable (CEP por sus siglas en inglés) de 50 en 10 metros. Esto quiere decir que debe impactar en un radio de 10 metros, al menos, el 50% de las ocasiones.

Es conveniente recordar que en el país de los girasoles se han probado las bombas SDB lanzadas desde tierra —conocidas como Ground Launched Small Diameter Bomb (GLSDB) y desarrolladas por Boeing y SAAB—, las cuales han demostrado no ser lo suficientemente efectivas. Se cree que no son demasiado precisas en situaciones de denegación de GPS, pues el tiempo que recorren sin las correcciones es elevado, provocando, por tanto, errores groseros al final de la trayectoria. Asimismo, esto no implica que Estados Unidos, en caso de conflicto, sufra la misma problemática, pues cuentan con modos de GPS más resistentes a la suplantación y la perturbación.

En la misma línea, el país americano también está trabajando en el desarrollo de nuevas cabezas buscadoras para los kits JDAM-ER. El objetivo es dotarlas con capacidad de ‘home-on-jam’, es decir, que se guíen a través de las ondas que emiten los perturbadores. Una vez fabricadas, serán suministradas a Ucrania.

Asimismo, dado que uno de los objetivos es que se pueda fabricar en grandes cantidades, la RFI requiere a los candidatos que deberán construir más de 1000 ejemplares en dos años a partir de la fecha de la firma del contrato.

Con respecto a los contendientes, la RFP indica que 16 candidatos contestaron positivamente a la RFI. Aunque esta lista no es pública, es posible que entre ellos se encuentre la variante propulsada de la JDAM, conocida como Powered JDAM o PJDAM y fabricada por Boeing; el vehículo diseñado para el programa Gray Wolf en el que participan Lockheed Martin y Northrop Grumman o, quizá, el desarrollado para el programa Multi-mission Affordable Capacity Effector (MACE) de la US Navy.

Este tipo de municiones efectivas y de bajo coste también están apareciendo en el terreno naval. Un ejemplo claro es la novedosa espoleta introducida en el programa Quicksink que propone usar bombas baratas de la serie Mk 80 y convertirlas en un torpedo de oportunidad, capaz de detonar por debajo de la superficie del agua. Aunque no se tiene información acerca de la cabeza buscadora, podría estar compuesta por un radar y un buscador de imagen infrarroja. Sin duda, este tipo de munición está pensada para destruir barcos sin grandes sistemas defensivos, como los buques de carga rodante o rodada —conocidos como Ro-Ro en inglés— que está usando el Ejército Popular de Liberación para entrenar desembarcos anfibios o los buques de su milicia marítima, que seguramente jueguen un papel importante en caso de guerra.

Sea cual sea el elegido, los estadounidenses están aprovechando la invasión de Ucrania por parte de la Federación Rusa para evaluar el desempeño de ciertos sistemas de armas. Este no será una excepción y, dado que necesitan generar masa para un posible conflicto en el Pacífico, será ideal probarlo en el país eslavo.

La tendencia al alza en el precio de las municiones modernas obliga a la búsqueda de opciones más baratas para poder generar masa de combate y, así, rellenar los arsenales con herramientas efectivas y de coste reducido. El ERAM es, sin duda, un ejemplo claro de esta tendencia. ¿Habrá un proyecto similar en Europa?