Es noticia
París ha invertido una fortuna en limpiar el Sena. Sólo tenía que fijarse en esta ciudad española
  1. Tecnología
BILBAO LLEVA DÉCADAS SANEANDO SU RÍA

París ha invertido una fortuna en limpiar el Sena. Sólo tenía que fijarse en esta ciudad española

La capital francesa ha invertido 1.400 millones en la limpieza del río Sena antes de la celebración de los Juegos Olímpicos. En Bilbao llevan años saneando su ría y ya celebran eventos deportivos sin tanto drama

Foto: Jóvenes practicando kayak en el río Sena, en París. (EFE)
Jóvenes practicando kayak en el río Sena, en París. (EFE)

Bajo el intenso sol y la luz de los flashes de decenas de cámaras, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se sumergía en las aguas verdosas del río Sena. Con el pelo recogido y vestida con un traje de neopreno y gafas de piscina, metió la cara dentro del agua y nadó unos 100 metros. Lo hacía para demostrar al mundo que el agua del río de su ciudad está limpia. Lo hacía también a tan solo nueve días del inicio de los Juegos Olímpicos. "El agua está muy bien. Un poco fría, pero no está mal", decía la edil. El esfuerzo de los políticos por hacer posible el baño en el emblemático afluente es también una estrategia para disipar las críticas por el altísimo coste de limpieza que ha ocasionado. Nada menos que 1.400 millones de euros. Mientras, una ciudad española con problemas similares ha conseguido lo mismo, aunque ninguna cámara ha deparado en su hazaña.

Que la alcaldesa de París se meta en el Sena como si nada representa un momento histórico. Desde hace más de un siglo está prohibido bañarse en el río parisino por la contaminación y durante décadas el Consistorio de la ciudad intenta sanear sus aguas. Pero mientras antes aspiraban a que el río estuviera cristalino para hacerse una foto política de cara a la galería. Ahora tienen otro aliciente para acelerar el proceso: el megaevento deportivo que se celebra en la ciudad, los JJOO.

Esta titánica labor de limpieza es el epicentro de lo que París llama "los Juegos Olímpicos más ecológicos de la historia". Unos donde el Sena acogerá varias pruebas olímpicas de natación (triatlón, paratriatlón y natación en aguas abiertas). El plan tras los Juegos es además abrir tres zonas públicas de baño. Pero para que las pruebas deportivas puedan celebrarse, es obligatorio que las bacterias de origen fecal (la Escherichia coli y los enterococos) no superen los límites sanitarios. "El hecho de que una persona se bañe en un sitio, no quiere decir que el agua sea de buena calidad. Esta actuación se trata más de propaganda política que de una prueba de que el agua es apta para el baño. Habrá que revisar la concentración de bacterias y si cumplen o no la directiva de aguas de baño", explica a El Confidencial Javier Franco San Sebastián, ingeniero de recursos hídricos e investigador de Azti.

Lo cierto es que el Sena ya albergó competiciones de remo, waterpolo y natación hace más de un siglo, en 1900. Años después, la contaminación por residuos industriales y los desechos de un drenaje desbordado impidió nadar en sus aguas. Había tantos sedimentos y depósitos procedentes de las alcantarillas en el fondo del río que los barcos ni siquiera podían pasar. El expresidente Jacques Chirac, entonces alcalde de la ciudad, aseguraba: "En tres años, iré a nadar en el Sena ante testigos para demostrar que se ha vuelto un río limpio". Eso nunca ocurrió. El mérito se lo ha llevado ahora Hidalgo.

Foto: Bañistas en el Sena antes de que se bañara la alcaldesa Anne Hidalgo. (EFE / Andre Pain)

Una encuesta en 2021 mostraba que dos tercios de los franceses asociaban el río con un lugar sucio y contaminado. Y solo al 12% le atraía bañarse en él. Lo hacen aunque el ayuntamiento haya tomados medidas estrictas recientemente, como prohibir las embarcaciones de gasoil y obligar a los comercios y barcos adyacentes a instalar una tubería para que todas las aguas residuales, ya sea de lavadoras, aseos, cocina... vayan fuera del Sena. Algo que hace décadas no sucedía.

Entre la megainversión reciente de París, también se encuentra la construcción de un depósito gigantesco de 50.000 metros cúbicos, un cilindro de hormigón de 50 metros de diámetro por 30 de profundidad bajo la estación de Austerlitz capaz de almacenar una cantidad de agua equivalente a 20 piscinas olímpicas. Permite almacenar el agua de lluvia para mejorar las conexiones entre las viviendas y la red de alcantarillado, con tal de evitar el vertido de aguas residuales al río. "Este sistema es complementario a la red de depuración. Lo que hace es que cuando llueve mucho, esa agua que se desborda y que no puede ser tratada ni depurada, no se mezcle en el sistema de tuberías con las aguas residuales", señala Franco.

placeholder Una lancha navega por el río Sena antes del inicio de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024. (EFE)
Una lancha navega por el río Sena antes del inicio de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024. (EFE)

Este sistema está valorado en unos 100 millones y es solo una pequeña parte del plan de 1.400 millones que se han invertido para conseguir que se pueda nadar en el Sena. Una inversión enorme que ha puesto en pie de guerra a muchos ciudadanos, que incluso se han comprometido a cagar en el Sena en masa bajo el hashtag #JeChieDansLaSeine (me cago en el Sena), para protestar por la cantidad de dinero que se gasta en el proyecto, "mientras la gente de a pie lucha contra el alto coste de vida".

"Uno de los problemas que tienen los sistemas acuáticos, que están degradados y que tienen mucha materia orgánica, es que son vertidos por aguas residuales domésticas, es decir, de nuestras casas, pero también de las industrias. Esa materia orgánica, como la consumen las bacterias, hace que el oxígeno pase por las bacterias, con lo cual están quitando oxígeno del agua y eso puede afectar a los sistemas acuáticos, a los organismos que necesitamos. En el agua, el oxígeno no se repone tan fácilmente como en el aire. Y es un problema que tienen muchos sistemas acuáticos en todo el mundo, en lagos, ríos, incluso zonas costeras", comenta el ingeniero.

placeholder Construcción del tanque de agua de tormenta en Austerlitz, París. (Soletanche Bachy)
Construcción del tanque de agua de tormenta en Austerlitz, París. (Soletanche Bachy)

Después de que esas aguas no superaran los niveles mínimos de calidad en sucesivas ocasiones, el Ayuntamiento ha anunciado resultados bacteriológicos positivos. Los últimos informes publicados el 4 de julio y el 12 de julio afirman que la calidad del agua del Sena está mejorando. Y World Aquatics y el Comité Organizador mantienen el optimismo de que no habrá problemas. "No nos ha llegado que haya un plan B, ellos tienen esa convicción de que lo conseguirán", afirmaba el jefe de equipo español de natación, Sergi García, en una entrevista de Relevo.

La ciudad española con los deberes hechos

Pero el problema que tiene ahora París ha sido también el de varias ciudades españolas en el pasado. Una de ellas es Bilbao. Su exalcalde, Juan Mari Aburto (PNV), también anunció en 2017 que se daría “un chapuzón sin problemas” en la ría de Bilbao para frenar la alarma generada tras detectarse leptospirosis en tres participantes en el triatlón de la capital vizcaína y que obligó a suspender la histórica Travesía a Nado. Como en París, los análisis encargados por el ayuntamiento determinaron entonces que la ría no era apta para el baño, al detectarse parámetros “altos” en enterococos y E. Colis. Sin embargo, Bilbao lleva años trabajando e invirtiendo capital para limpiar su ría, y están muy cerca de conseguirlo, con tres playas abiertas al público en el estuario.

"La ciudad, desde el siglo XIX ha estado muy industrializada. Primero con toda la minería y luego también la siderurgia. Además, hay muchísima gente asentada en ambos márgenes del río. Ante esa situación de deterioro, de estar echando las los vertidos al agua sin depurar, en el año 1979, las autoridades decidieron que la situación no podía seguir así. Se emprendió lo que llamaron el Plan Integral de Saneamiento. Había dos objetivos: primero, la recuperación ambiental de la ría, para lo cual se fijó un 60% de oxigenación como estándar de calidad de las aguas. Y segundo, recuperar el uso de las tres playas dentro del estuario. Esas playas no eran aptas para el baño porque había una elevada contaminación en general y una concentración de bacterias fecales", relata Franco.

Foto: Varios participantes en el pasado triatlón de Bilbao durante la prueba de natación en la ría. (EFE)

Ese plan ha transformado la Ría en la actualidad. En total, unos 280 kilómetros de colectores e interceptores recogen las aguas residuales domésticas e industriales, y varios cruces subfluviales trasladan las aguas sucias hasta la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Galindo (Sestao), la infraestructura de saneamiento erigida por el Consorcio de Aguas. Desde 1990, año en que comenzó a operar la planta, se depuran al día las aguas fecales de 850.000 vizcaínas y vizcaínos, unos 350.000.000 litros al día. Y no es la única planta depuradora, sino que hay hasta 31 de ellas repartidas por el territorio.

Paralelamente a todas estas obras hidráulicas, ya en la década de los 80 comenzaron a realizarse estudios de seguimiento para evaluar la eficacia de las medidas adoptadas por el Plan Integral de Saneamiento, financiados por el Consorcio de Aguas, la entidad responsable tanto del saneamiento como de la depuración. Los expertos del centro tecnológico AZTI, de donde es responsable Javier Franco, se encargan de llevar a cabo esta labor de vigilancia ambiental. "Se trata de uno de los estudios ambientales más prolongados que hay en todo el Estado. No solo se mira la calidad del agua recogiendo muestras, sino también de los fondos de los sedimentos y de los organismos que viven en el agua", señala Franco.

placeholder Una competición de remo en la ría de Bilbao. (EFE)
Una competición de remo en la ría de Bilbao. (EFE)

El resultado es una ría cada vez más apta para usos deportivos y náuticos. Aunque el Ayuntamiento ha señalado que no es una zona apta para el baño regular, no ha prohibido su uso, dejando la decisión en manos de los ciudadanos. Desde hace años, se reúne con los organizadores de actividades deportivas para tratar de establecer un protocolo de uso y gestión de actividades en la ría que incluya una serie de normas y recomendaciones para poner en conocimiento de sus eventuales usuarios "los posibles riesgos y sus responsabilidades", como duchas obligatorias en las zonas de estas actividades.

"¿Bilbao podría aprender algo de lo que está haciendo París actualmente? Diría que al revés. De Bilbao se puede aprender bastante. Se habla mucho de los 1.400 millones que se ha gastado París, pero aquí toda la inversión ya va por los 1.200 millones y la población es muy inferior. Lo que pasa es que aquí llevamos años trabajando en ello y en París están acelerando el proceso para quedar bien internacionalmente. Si Bilbao es un ejemplo, no lo sé, pero una referencia en saneamiento de aguas, eso seguro".

Bajo el intenso sol y la luz de los flashes de decenas de cámaras, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se sumergía en las aguas verdosas del río Sena. Con el pelo recogido y vestida con un traje de neopreno y gafas de piscina, metió la cara dentro del agua y nadó unos 100 metros. Lo hacía para demostrar al mundo que el agua del río de su ciudad está limpia. Lo hacía también a tan solo nueve días del inicio de los Juegos Olímpicos. "El agua está muy bien. Un poco fría, pero no está mal", decía la edil. El esfuerzo de los políticos por hacer posible el baño en el emblemático afluente es también una estrategia para disipar las críticas por el altísimo coste de limpieza que ha ocasionado. Nada menos que 1.400 millones de euros. Mientras, una ciudad española con problemas similares ha conseguido lo mismo, aunque ninguna cámara ha deparado en su hazaña.

Juegos Olímpicos París Agua Bilbao
El redactor recomienda