Trump, de antivacunas a pedir "pónganse la inyección" contra la epidemia de sarampión
Tras más de 30 tuits advirtiendo sobre el peligro de las vacunas, el presidente estadounidense ve la luz y advierte a su población de que tienen que ir a vacunarse
En Estados Unidos, los 695 casos diagnosticados de sarampión en estos casi cinco meses de 2019 ya superan a todos los del año anterior. Muchos de estos casos se han dado en campus de universidades de prestigio como Berkeley o UCLA, que actualmente tienen a unos mil estudiantes y personal educativo en cuarentena, lo que apunta a que no es sólo un problema de clases pobres o en riesgo de exclusión social sino también algo ideológico.
Otro ejemplo es el brote que se ha extendido entre judíos ortodoxos no vacunados en el barrio neoyorquino de Williamsburg.
Todo ello llevó el viernes pasado al presidente de la nación, Donald Trump, a exhortar a sus ciudadanos, en particular a los padres de niños no inmunizados, a que "tienen que ponerse la inyección, las vacunas son muy importantes: esto está sucediendo ahora", según dijo a unos periodistas frente a la Casa Blanca.
El sarampión ha pasado en unos años de estar prácticamente erradicado a poder provocar miles de casos anuales en Norteamérica. Hay varios estados que permiten acogerse a la excepción de vacunarse por razones no médicas, tales como religión o ideología. En 12 de estos 18 estados este tipo de solicitudes para no vacunarse han aumentado desde 2009 según un estudio publicado en 'PLoS'.
Trump, el escéptico
La protección contra el sarampión es conferida habitualmente por la vacuna triple vírica o MMR, que protege también contra paperas y rubeola. Es un detalle importante ya que, durante los últimos años, Trump vinculó esta vacuna con la posibilidad de desarrollar un trastorno del espectro autista.
En lugar de administrar una sola dosis, Trump sugería que espaciarlas y poner seis vacunas individuales en lugar de dos MMR (primera dosis y la de refuerzo) reduciría espectacularmente los niveles de autismo. Varios estudios, el último en marzo de 2019, han demostrado sin embargo que no existe relación alguna entre autismo y la vacuna triple vírica.
Autism rates through the roof--why doesn't the Obama administration do something about doctor-inflicted autism. We lose nothing to try.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 22, 2012
Massive combined inoculations to small children is the cause for big increase in autism....
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 23, 2012
I'm not against vaccinations for your children, I'm against them in 1 massive dose.Spread them out over a period of time & autism will drop!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 4, 2014
Healthy young child goes to doctor, gets pumped with massive shot of many vaccines, doesn't feel good and changes - AUTISM. Many such cases!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 28, 2014
No more massive injections. Tiny children are not horses—one vaccine at a time, over time.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 3, 2014
Finalmente, Trump parece haber abandonado este discurso ante la palpable amenaza de que los casos de sarampión aumenten.
En Estados Unidos, los 695 casos diagnosticados de sarampión en estos casi cinco meses de 2019 ya superan a todos los del año anterior. Muchos de estos casos se han dado en campus de universidades de prestigio como Berkeley o UCLA, que actualmente tienen a unos mil estudiantes y personal educativo en cuarentena, lo que apunta a que no es sólo un problema de clases pobres o en riesgo de exclusión social sino también algo ideológico.
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