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Visita al satélite español que peleará con Starlink: esta es la próxima 'Guerra de las Galaxias'
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La carrera que pasa de la televisión al wifi

Visita al satélite español que peleará con Starlink: esta es la próxima 'Guerra de las Galaxias'

Hispasat prepara Amazonas Nexus, un nuevo satélite que dará cobertura de internet a barcos, aviones y buena parte de Groenlandia. Su llegada muestra cómo la nueva carrera espacial será la de las 'telecos'

Foto: El Amazonas Nexus en el laboratorio. (Thales)
El Amazonas Nexus en el laboratorio. (Thales)

Son las 12 de la mañana de un lluvioso martes de noviembre y la planta de Thales Alenia Space en la ciudad francesa de Cannes está a pleno rendimiento. En sus altas naves junto al mar Mediterráneo se preparan varios de los proyectos espaciales que saldrán disparados de la Tierra en los próximos meses. Telescopios para estudiar la materia oscura, aparatos que se sumarán a la constelación de observación Sentinel… Y un desarrollo español de telecomunicaciones que está a un paso de iniciar su misión. El Amazonas Nexus.

Este invento de la compañía Hispasat pasa durante estas semanas, en una de las llamadas "salas blancas" (laboratorios gigantescos para poder testear grandes satélites) de Thales, las últimas pruebas técnicas antes de empezar el viaje que le llevará al espacio. Primero, tendrá que llegar en avión hasta Cabo Cañaveral y después, montado en un Falcon 9 de la compañía SpaceX, llegará a su destino final. ¿Su objetivo? Formar parte de la última guerra de las galaxias: la de las telecos.

"Es un satélite que aprovecha la tecnología más puntera probada hasta la fecha y básicamente lo que va a hacer durante su vida útil es dar cobertura de movilidad a barcos y aviones en el continente americano y el océano Atlántico. Además de ofrecer algunos servicios profesionales en tierra", explica Antonio Abad, Director Técnico Hispasat, a los pies de su último proyecto. Un invento que tiene como clientes a la empresa de internet en aviones Gogo Air, la teleco de Groenlandia, Tusass y Artel, una empresa que da servicio al Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Su lanzamiento muestra cómo el sector de las telecomunicaciones mira cada vez más al cielo, siguiendo un camino muy similar al llevado a cabo años antes por la televisión. Es más, la propia Hispasat es un ejemplo de ese cambio, pues ellos empezaron por la televisión por satélite y tras años de adaptación miran con todo a internet. "Hasta hace poco, la tecnología satelital era muy ineficiente a la hora de dar cobertura de internet, pero eso está cambiando a pasos agigantados y se está mostrando como una gran alternativa a las soluciones en tierra", comenta el directivo.

Así es el Amazonas Nexus

Una de las novedades de este satélite es que contará con propulsión totalmente eléctrica, lo que lo convierte en una nave más ligera y contribuye por tanto a reducir los costes de su puesta en órbita, aunque este sistema dilata su llegada a su posición orbital definitiva.

En un mundo necesitado de conexión a internet en todo momento, las barreras que tiene el cableado son ya un gran problema y el coste de esa infraestructura también preocupa a las compañías. Por eso, cada vez más empresas ven en las alternativas espaciales una solución con posibilidades e incluso todo apunta a que la próxima revolución de la conexión, las redes 6G funcionarán solo con conexión satelital. A la pelea por este nuevo espacio no quiere faltar nadie, y tiene como protagonista principal al polémico Starlink de Elon Musk.

La constelación lanzada por el magnate de origen sudafricano suele monopolizar los focos en este mundo de los satélites dedicados a las telecomunicaciones, y en Hispasat son conscientes del peso de su competidor más famoso, pero intentan separar desde el principio su proyecto. "Nuestro satélite es para un uso más profesional y estratégico, mientras que Starlink es una idea mucho más centrada en consumidores finales y busca atraer a otro tipo de público", comenta Abad.

Durante toda la visita, el experto va explicando más diferencias. Al contrario que Starlink, el de Hispasat es un satélite que se sitúa en la órbita geoestacionaria, queda fijo en un punto del firmamento (se mueve prácticamente a la misma velocidad que el planeta) mientras que el desarrollo de Musk surca los cielos y está mucho más cerca del suelo. De los cerca de 36.000 kilómetros que separarán a Amazon Nexus del lugar del que partirá a los menos de 2.000 de Starlink. "Es algo muy diferente, incluso en la tecnología que usa, aunque ambos sistemas busquen dar cobertura", añade. Starlink está dirigido al usuario final, de ahí que intente evitar la dispersión de los satélites tradicionales acercándolos a la Tierra. Como punto negativo es que necesita muchos más aparatos para ofrecer su cobertura.

El cambio que revive a los satélites

El punto de la tecnología es clave en todo lo ocurrido con los satélites. Estos grandes aparatos, como el que aguanta suspendido en una de las salas blancas del complejo francés (cuatro toneladas y 6 metros de amplitud), vivieron su momento más dulce en su unión con las telecomunicaciones con el crecimiento de la televisión por satélite. Un modelo que buscaba acabar con los problemas para conseguir llegar a todos los usuarios, evitando los largos tendidos y abaratando las infraestructuras terrestres.

Durante años, la solución fue cogiendo más y más peso, pero la curva empezó a girar con la adopción de internet. El consumo cambió y los satélites se quedaron atrás, explica Abad, por la imposibilidad de dar servicio individualizado desde sus aparatos, que es lo que requería el nuevo paradigma. "El satélite funciona como una especie de repetidor de señal, y hasta hace nada todos trabajaban con wide beam (cobertura amplia) un tipo de repetición que ofrece la misma señal a miles de usuarios de una región concreta, siendo genial para la tele, pero muy poco eficiente para el consumo individual de internet", detalla.

Esto ha cambiado en los últimos años con el desarrollo de los satélites que trabajan con spot beams (haces pincel) que consiguen repetir la señal en puntos cada vez más pequeños, atomizando la repetición y haciendo más eficiente el consumo. Además, cuentan con el desarrollo de sistemas como los DTP (procesador digital transparente) de quinta generación que permiten la lectura inteligente de cada señal que recibe el satélite y optimiza la devolución. "Todavía hay aspectos que mejorar, pero para ver la evolución solo hay que mirar a los aviones. Hace unos años era inviable tener wifi dentro de un vuelo, ahora se ha extendido y cada vez funcionan mejor, gracias en gran parte a las soluciones satelitales".

Cobertura del Amazonas Nexus usando 'spot beams'

Dará cobertura a América, corredor del Atlántico Sur y Norte y Groenlandia aprovechando estos nuevos desarrollos que mejoran su eficiencia.

El Amazonas Nexus, que empezará a dar servicio en el tercer trimestre de 2023 si va todo bien, tiene como uno de sus objetivos principales dar cobertura precisamente a aviones y barcos en los corredores del Atlántico y todo el continente americano. "La idea es que cada vez más personas requieren de internet de buena velocidad en zonas donde las infraestructuras terrestres no pueden llegar o no es sostenible hacerlo. El satélite es una forma de llegar a todos esos puntos y conectarlos", añade.

Tampoco hay que olvidar aquí el abaratamiento de los costes de lanzamiento de los satélites, que gracias a soluciones como la de SpaceX (que recupera buena parte del fuselaje de los cohetes que eleva), han optimizado este tipo de proyectos. Según algunos cálculos, el precio del lanzamiento de un gran proyecto como este de Hispasat puede rondar los 30.000 euros por kilo. De ahí que Abad también destaque el cambio de la propulsión química a la eléctrica, que reduce en toneladas el peso final. "Todo se va haciendo más eficiente y eso ayuda a poder costear proyectos como este".

La puesta en órbita del satélite

Este será el proceso que vivirá el Amazonas Nexus desde su despegue

No es posible comparar los costes de fibra óptica y los del satélite, pero la preocupación de las telecos con la infraestructura terrestre también ha crecido con la crisis actual. Según el investigador de mercado Cru Group, en verano el precio del kilómetro de fibra se había duplicado con respecto al año anterior. El coste había pasado de 3,7 dólares en 2021 a 6,3. Buena parte de la culpa de este ascenso se debería al helio, Rusia era uno de los principales productores, por lo que ha sufrido de lleno el impacto de la guerra.

El atasco espacial

El lanzamiento de Amazonas Nexus es un nuevo ejemplo de las posibilidades de los satélites, pero también tiene una parte no tan bonita, y es que añade una gota más a la ya congestionada órbita terrestre. Pese a que, como comenta Abad, la órbita geoestacionaria en la que se posicionará su invento, es una zona relativamente vacía, esta pelea de las telecos supone un nuevo desafío para un espacio peligrosamente lleno. "Tenemos que tomarnos en serio todo esto de los lanzamientos y la basura espacial, porque afecta a todos, pero sigue habiendo poco control sobre ello", comentan desde Hispasat.

Estado actual de los satélites Starlink

Así se mueven los pequeños aparatos lanzados por la compañía de Elon Musk. Actualizado el 20 de diciembre de 2022. Ver en tiempo real en: https://satellitemap.space

En la órbita baja, en la que se mueve, entre otros, la constelación de Starlink, hay ya unos 8.000 satélites, de un total de 11.881 objetos que se han lanzado al espacio, según la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (UNOOSA). El invento de Elon Musk no es ajeno a las críticas, ya que investigadores de todo el mundo han llamado la atención por el impacto que puede tener esta constelación en sus trabajos científicos.

Expertos como el Premio Nobel de Física, Didier Queloz avisan de que "el impacto de Starlink para la astronomía sería prácticamente el principio del fin de la noche". Según el investigador, ves estos satélites porque reflejan la luz del Sol y como consecuencia, sería imposible ver bien las estrellas por la noche. Para evitarlo, la empresa de Musk ha recubierto los satélites con un revestimiento que reduce al 50% su luminosidad, pero no queda claro si será suficiente.

Las propias compañías satelitales, como Hispasat, no son ajenas al problema de la basura espacial, ya que, aseguran, cada vez se necesita más inversión para que equipos como los suyos puedan esquivar posibles choques con todo lo que está en órbita. La propia Hispasat asegura contar ya con varios programas que puedan adivinar trayectorias y permitir a sus equipos adelantar cualquier movimiento que deban hacer con sus satélites para evitar el choque.

Después de años de trabajo y a pocos meses de que Amazonas Nexus despegue de Cabo Cañaveral dirección al espacio a exprimir todas sus posibilidades durante los 15 años de vida operativa que le esperan, sus creadores no terminarán su labor cuando el satélite encuentre su sitio. Se preparan en su centro de control para que ningún resto de otro aparato se lo lleve por delante.

Son las 12 de la mañana de un lluvioso martes de noviembre y la planta de Thales Alenia Space en la ciudad francesa de Cannes está a pleno rendimiento. En sus altas naves junto al mar Mediterráneo se preparan varios de los proyectos espaciales que saldrán disparados de la Tierra en los próximos meses. Telescopios para estudiar la materia oscura, aparatos que se sumarán a la constelación de observación Sentinel… Y un desarrollo español de telecomunicaciones que está a un paso de iniciar su misión. El Amazonas Nexus.

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