Rusia lanza una nave para arreglar la Estación Internacional y rescatar a los astronautas atrapados

El pasado 14 de diciembre de 2022, la nave Soyuz MS-22, acoplada a la Estación Espacial Internacional, presentó una fuga de líquido refrigerante en su módulo de propulsión. Según la agencia espacial rusa, Roscosmos, el causante fue el impacto de un diminuto meteoro, que dañó los conductos del líquido refrigerante. Este mismo problema lo presentó en febrero de 2023 la Progress MS-21, una nave de carga que presenta una fuga de líquido refrigerante de su radiador principal.

Aunque los astronautas están seguros dentro de la Estación Espacial Internacional (ISS), la nave Soyuz MS-22 se emplearía en caso de tener que abandonar las instalaciones debido a una emergencia. En estos momentos, la Soyuz no se puede emplear, dejando “atrapados” a los tres astronautas asignados a esa nave, los rusos Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin y el estadounidense Frank Rubio.

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José Pichel

La avería no puede ser reparada desde la propia Estación Espacial Internacional, por lo que los astronautas estaban en vilo esperando un reemplazo para asegurar su evacuación en caso de necesidad. Este pasado 23 de febrero, la agencia espacial rusa envío, tras un primer intento fallido, otra nave espacial Soyuz, la MS-23. Tal y como informa la NASA, su lanzamiento tuvo lugar a las 7:24 p. m. EST, desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajistán.

La nave de reemplazo llegará el sábado

La nave, que viaja sin tripulación, tardará dos días en llegar a la Estación Espacial Internacional. Está previsto que se acople automáticamente al puerto orientado al espacio del módulo Poisk a las 8:01 p. m. del sábado 25 de febrero. La nave no lleva piloto y han aprovechado para llenarla de más de 400 kilos de suministros y de un osito de peluche, la única “tripulación”, que cumple su función como indicador de gravedad cero.

Si el acoplamiento de la MS-23 sale bien, los astronautas tendrán nave de emergencia

A pesar de la avería, en la Estación Espacial Internacional tenían un plan de emergencia en caso de necesitar una evacuación antes de recibir la nave de reemplazo: el estadounidense Frank Rubio iría como quinto tripulante de la SpaceX Crew-5, mientras que los rusos Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin, subirían a la dañada MS-22. Al ser dos tripulantes y no tres, la nave se calentaría menos, aunque el viaje no estaría exento de riesgos.

Por fortuna, si el acoplamiento de la recién enviada MS-23 sale bien, los astronautas ya dispondrán de su nave de emergencia, la misma que los traerá de vuelta a la Tierra a finales de año, según está planeado. Para su relevo, Roscosmos lanzará en septiembre otra Soyuz, esta vez con tripulación. Por su parte, la Soyuz MS-22 dañada se desacoplará de la ISS a finales de marzo, para regresar a la tierra sin tripulación mediante un aterrizaje asistido. Esto permitirá analizar la nave y determinar exactamente qué es lo que ocurrió.