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El 'Gran Hermano' de la naturaleza que puedes ver en directo en casa: "Esto es único"
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Linces ibéricos en vivo

El 'Gran Hermano' de la naturaleza que puedes ver en directo en casa: "Esto es único"

Se llama Directo Natura y es un proyecto pionero en España montado por el biólogo Alfonso García Ávila. Gracias a su red de 37 cámaras, retransmite en directo imágenes de la naturaleza nunca vistas antes

Foto: Una hembra de lince, al atardecer. (Javier Rubio)
Una hembra de lince, al atardecer. (Javier Rubio)

Apareció repentinamente de la nada, su figura silueteada y firme en la oscuridad. No sabías ni cómo ni por dónde surgió. Inmóvil, la hembra de lince direccionaba sus espectaculares pabellones auditivos como antenas ultrasónicas a la caza del conejo oculto en el canchal de piedras.

Con sigilosa y prodigiosa elegancia, comenzó a deslizarse para forzar a su víctima por el laberinto subterráneo hasta arrinconarla en su destino final. De repente, desapareció entre las piedras. Se oyó un chillido. Al punto, salió triunfadora con la pieza en su boca. Antes de perderse en la oscuridad, se detuvo para exhibir su triunfo. Era el broche de una escena embriagadora e hipnótica.

A los pocos minutos, abandonamos el escondite desde donde fotografiábamos la escena para ir al encuentro de Alfonso García Ávila, biólogo y creador de Directo Natura. Había seguido toda la accion desde su ordenador, dirigiendo la cámara a distancia con el ratón según la hembra se movía por entre las piedras.

La escena disfrutada poco antes a la intemperie se antojaba ahora incluso más fascinante en la pantalla gracias a la calidad de planos e imagen. De hecho, cualquiera podría haberla seguido desde su hogar o con un móvil, en cualquier parte del mundo.

placeholder A punto de lanzarse a por el conejo que se mueve entre las piedras. (Javier Rubio)
A punto de lanzarse a por el conejo que se mueve entre las piedras. (Javier Rubio)

“La verdad, yo flipaba cuando lo veía, estaba disfrutándolo a tope, sobre todo sabiendo que se estaría viendo igual también en casa”, explica García Ávila. Así es Directo Natura, una red de cámaras distribuidas por distintos puntos de la naturaleza en España que retransmite a través de YouTube las evoluciones de la fauna, en vivo, durante 24 horas, siete días a la semana.

Un paraíso para el lince

El Confidencial viajó hasta la finca Gato Clavo, cerca de Andújar (Jaén), acompañados por el propio Alfonso García, para conocer de cerca Directo Natura. Allí se encuentra una de las cámaras estrellas de toda la red tanto por seguimiento como por visualizaciones, según el biólogo. “Es el único sitio en el mundo en el que puedes ver linces cada día, y en libertad”.

Foto: Un buitre negro en pleno descenso, captado desde el escondite en el santuario Sendero Vivo, en Madrid. (Foto: Javier Rubio)

Gato Clavo también sirve como exponente para comparar la experiencia real al aire libre con la visualización en directo a través de las cámaras. “Ver un lince en tiempo real es único, pero si además lo puedes ver todos los días y varias veces, es el no va más. Aquí en Gato Clavo se cumplen estas condiciones”, explica Alfonso García.

En esta finca de 50 hectáreas, el veterinario Antonio Rodríguez está plasmando un sueño desde que empezó a trabajar de manera profesional con los linces hace quince años: contribuir al crecimiento de sus poblaciones y mejorar su diversidad genética, empobrecida ante la casi desaparición de la especie.

Gracias a su labor y la de su equipo, la población del lince se está incrementando cada año en Gato Clavo, que cuenta además con una gran reserva de conejos, fundamental para la especie. Incluso algunas de las crías nacidas en la finca han sido trasladadas a Doñana por la Junta de Andalucía para reducir la endogamia del lince.

“Gato Clavo es un proyecto de conservación, pero también cuenta con un hide [instalaciones ocultas para la observación y caza fotográfica]. Intenta unir la conservación con el turismo, porque la conservación por sí sola no se entiende. Los fondos públicos suelen ser limitados, pero el turismo sí retroalimenta el proyecto con la conservación”.

Cómo empezó todo

Alfonso García Ávila cuenta con larga experiencia de grabación en la naturaleza, y sabe hasta qué punto su proyecto es pionero. “National Geographic hizo una vez un documental en directo de una hora juntando varias cámaras de 20.000 euros, grabando en diferentes sitios, y luego con equipo remoto en distintas partes del mundo”, nos explica García Ávila. “Un montaje impresionante, pero de solo una hora, y no se ha vuelto a hacer. Aquí, se trata de hacerlo todos los días, y con fauna ibérica”.

placeholder El biólogo y creador de Directo Natura, Alfonso García Ávila. (Javier Rubio)
El biólogo y creador de Directo Natura, Alfonso García Ávila. (Javier Rubio)

¿Cómo nació el proyecto? “Tras haber estado grabando documentales, te das cuenta que las mejores imágenes se logran estando cerca de las especies, no con súper teleobjetivos y desde muy lejos”, explica a El Confidencial. “Al final, entendías que la mejor forma de acercarte a los animales sin alterar su comportamiento es a través de las cámaras remotas”.

García Ávila había desarrollado un embrión de cámara remota antes de que apareciera el wifi.Lo hacía con servos y emisoras de radio control, remoteaba así las cámaras de cine, lo que me permitía grabar la fauna a pocos metros. Todo a iniciativa propia, con ensayo y error, el método empírico, probando hasta encontrar las mejores antenas, los mejores servos, colocado todo en las mejores posiciones”. La llegada del wifi permitió emitir en tiempo real, un salto cualitativo excepcional.

La vida salvaje, sin guion

Alfonso García recibió el primer e inesperado encargo hace cinco años. “Me pidieron colocar una cámara remota en la Laguna del Oso (Ávila) para emitir en directo gracias a la experiencia con las cámaras de radio control”. De repente, era posible visualizar en tiempo real las escenas que ofrecía una laguna muy rica en fauna, sobre todo con la llegada de las grullas en invierno.

Directo Natura no ha dejado de crecer desde entonces. En la actualidad cuenta con 37 cámaras distribuidas por toda la geografía española. Algunas, en los lugares más inhóspitos y alejados. ¿La infraestructura necesaria? Una antena de satélite, placas solares, la batería para la energía, la cámara y YouTube.

placeholder El lince ibérico, tras cazar un gazapo. (Carlos Fernández Gamella)
El lince ibérico, tras cazar un gazapo. (Carlos Fernández Gamella)

“Con Directo Natura se puede ver todo lo que sucede en todos los entornos naturales y observar escenas en la naturaleza sin guion. Algo muy importante, porque ayuda a descubrir comportamientos y estudios etiológicos inéditos de la fauna. La naturaleza tal y como es, en todos los sentidos”.

García Ávila también destaca la capacidad educativa del proyecto. No puede amarse ni protegerse lo que se desconoce. “Para los niños, por ejemplo, está muy bien poder seguir una caja nido por dentro, porque valoras lo que le ha costado estar vivo a ese pájaro que ves en el parque, ya que ha tenido que sufrir lo indecible para sobrevivir”.

El proyecto de Directo Natura tiene dos grandes objetivos, según el biólogo: “El seguimiento en tiempo real de la fauna o paisaje que cada cámara transmite y, gracias a ello, luego hacer documentales con el material grabado”. Pone como ejemplo una cámara ya instalada junto a un nido de águila calzada, con un extraordinario número de visualizaciones.

“Con grabaciones durante 24 horas cada día, hemos hecho el seguimiento de los pollos desde que eclosionan hasta que se van del nido. Todo queda grabado en YouTube. Al final, son 840 horas de video indexadas, por lo que quien quiera ver el desarrollo de un águila calzada lo puede seguir con todo detalle. No necesita ver una estadística de qué comen, cómo crecen, los colores de las plumas… Lo pueden ver del tirón, y también ir a los momentos clave”.

“Las cámaras en directo son un vehículo de difusión extraordinario, porque consigues hacer documentales sin guion, donde los auténticos protagonistas son los animales y la fauna, con su ritmo, su ternura, pero también con su crueldad natural”. García Ávila insiste en que la vida en la naturaleza no siempre coincide con la mostrada en los documentales.

“Por ejemplo, el cainismo en los nidos de rapaces es algo normal, cuando los hermanos se comen unos a otros, o se les expulsa del nido. Sin embargo, poca gente lo conoce, y menos quien no lo ha visto, porque en un documental se quita todo lo que es políticamente incorrecto, aunque sea la propia naturaleza”.

“La gente está muy equivocada, y sobre todo los urbanitas muy peluchistas, aquellos que piensan que la naturaleza es Walt Disney. Aquí no hay buenos ni malos. La naturaleza es un intercambio constante de energía. Y las cámaras en directo te muestran la naturaleza tal y como es”.

De vuelta a por el lince

Entramos en otro de los escondites de Gato Clavo, ansiosos por experimentar de nuevo la elegancia silenciosa del lince. Pasan las horas, y ni rastro. Lo que sería aburrimiento total para unos es para otros una calma tensa, concentrada, a la espera de esos preciosos segundos o minutos de magia y adrenalina.

Un gazapo suicida se aventura al exterior del canchal de piedras. Intuyes que va a ser presa fácil. Los conejos veteranos huelen al lince a un kilómetro y desaparecen ante su cercanía. De repente, a la izquierda del puesto, surge su figura imperceptible entre las piedras. Todos los sentidos se tensan y se entra en otra dimensión.

Haces un gesto rápido con la barbilla a tu acompañante para avisarle, porque en ocasiones el lince se mueve por delante del puesto sin que el fotógrafo advierta su presencia. Lento, sutil, avanza entre las piedras con la vista fija en un punto. De repente, un salto, un chillido, y emerge con el gazapín en la boca. En efecto, ni medio asalto de resistencia.

placeholder En la finca Gato Clavo viven al menos siete linces, que también pueden fotografiarse. (Javier Rubio)
En la finca Gato Clavo viven al menos siete linces, que también pueden fotografiarse. (Javier Rubio)

La noche anterior, una joven hembra debió emplearse a fondo entre las piedras. Ahora, ni siquiera un minuto ha durado la escena. Nuestro acompañante sí consigue fotografiar al lince, subido e inmóvil un par de segundos en lo alto de una piedra y con el conejo en sus fauces. Ninguno de los restantes fotógrafos lo lograba a pesar de que todo se desarrollaba delante de sus narices. Así es el lince.

Sin embargo, las cámaras de Directo Natura han captado la fugaz escena. En directo, o al llegar por la noche a casa, puedes rebobinar el vídeo hasta recuperar aquellos momentos en su integridad. Quizás sin la adrenalina de quien los ha disfrutado a pocos pasos y en vivo, pero igual de asombrosos.

Como en los Juegos Olímpicos

“Es una pasada. Se necesitan muchas cámaras, ya que la naturaleza tiene sus tiempos. Hoy has estado cinco o seis horas esperando en el hide, al final ves cinco o diez minutos al lince en todo el día. No puedes hacer que la gente esté seis horas en el ordenador o el móvil para solo cinco minutos, pero con muchas cámaras tendrás muchos cinco minutos de acción diferentes”.

García Ávila destaca la variedad de opciones que permite una amplia red de cámaras de Directo Natura: pasar desde un nido de cigüeñas de Arévalo al de un águila calzada en medio del bosque, de la Laguna del Oso a los linces de Gato Clavo.

placeholder Foto: Javier Rubio.
Foto: Javier Rubio.

“Te conectes a la hora del día que te conectes, te vas a quedar flipado con algo. La realización en directo te permite vivir la naturaleza como si fueran los Juegos Olímpicos, donde tienes muchos deportes a la vez, y seleccionas el momento clave del que te interese. Se trata de tener todas las cámaras posibles con todas las especies en distintos lugares, e ir seleccionando los mejores momentos”.

“Para muchos se convierte en algo adictivo, sobre todo con las cámaras de nidos, que tienen muchísimas visualizaciones, ya que puedes ver absolutamente toda la vida de los pollos, con escenas impresionantes, algunas muy hermosas y otras muy duras”.

El objetivo de Alfonso García es seguir ampliando el número de cámaras para enriquecer la experiencia del observador. Un ayuntamiento con nidos en una iglesia, una entidad natural que quiera mostrar un espacio natural, particulares… La inversión no es elevada y puede amortizar durante muchos años, incluso desde el punto de vista turístico”.

Verlo con tu retina

García está descubriendo el enorme potencial de su proyecto. “También nos han propuesto hacer algo parecido en Honduras, poner cámaras en diferentes sitios y seguir la fauna salvaje allí, en Guatemala, en Argentina, o en la selva de Ecuador. Es una promoción enorme para esos sitios, como estamos viendo en España”.

“Es evidente que, si ves una zona y te gusta, al final lo que quieres es ir allí a verlo con tu retina. Si estos sitios se promocionan en España, mucho público querrá visitarlos. Porque puedes ver un lince en Gato Clavo, y a continuación un animal en una selva de Hispanoamérica. Y abrirte luego las ganas de visitar esos sitios”.

placeholder Un lince muy joven, persiguiendo al conejo que se esconde entre las piedras. (Javier Rubio)
Un lince muy joven, persiguiendo al conejo que se esconde entre las piedras. (Javier Rubio)

“Es impresionante ver las imágenes y mover la cámara con tu joystick desde el ordenador en casa. Cuando estás allí, como vosotros delante del lince, es impresionante también, aunque estás pasmado de frio por madrugar, o lo ves un poco más pequeño. Por eso, me flipa ver estas imágenes únicas, y saber que estas cámaras las he puesto yo, y se ven muy bien. Cuando piensas donde están a veces, en sitios inhóspitos y perdidos, y ves lo que está pasando en tiempo real… Es increíble”.

Tanto como la experiencia única de tener tan cerca a la hembra de lince deslizándose por la noche entre las piedras. En directo, en tu pantalla, o a través de una cámara de fotos.

Apareció repentinamente de la nada, su figura silueteada y firme en la oscuridad. No sabías ni cómo ni por dónde surgió. Inmóvil, la hembra de lince direccionaba sus espectaculares pabellones auditivos como antenas ultrasónicas a la caza del conejo oculto en el canchal de piedras.

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