Solo uno de estos dos astronautas españoles irá a la Estación Espacial (pero no es quien crees)

En noviembre de 2022 se anunció la nueva promoción de astronautas de la ESA, la primera en quince años. De entre los 22.000 candidatos, la agencia espacial europea seleccionó solo a 17, entre ellos dos españoles. Son Sara García (León, 1987) y Pablo Álvarez (León, 1988), ambos leoneses y productos de la educación pública.

Desde entonces, su popularidad ha aumentado de forma dispar. Mientras que Sara García se ha convertido en un icono de la presencia de la mujer en la ciencia de alto nivel, llegando incluso a la portada de los suplementos dominicales, Pablo se ha mantenido en segundo plano. Ella tiene 134.000 seguidores en Instagram; él, 17.000.

Sin embargo, será Pablo quien viaje a la Estación Espacial Internacional. De los 17 candidatos, Álvarez forma parte del grupo de cinco que han sido considerados astronautas de carrera; Sara García es reserva y podría (o no) tener la oportunidad de ir al espacio. Y este es el motivo por el que Pablo no ha conseguido tanta fama: "No tengo un minuto libre. Para esta entrevista, por ejemplo, he tardado dos semanas en encontrar un hueco", dice desde el Space Center en Houston, propiedad de la NASA, donde el leonés está formándose para convertirse en el tercer español en salir del planeta.

Álvarez nos atiende desde una pequeña aula de la escuela de astronautas de Texas. Es incapaz de sacarse la sonrisa de la cara, como cualquiera que esté cumpliendo el sueño de su vida. No le preocupan los estudios, ni el entrenamiento, ni siquiera las pruebas en la piscina o el simulador: está donde siempre ha querido estar.

Pregunta. Llevamos sin saber de ti un año y medio. ¿Qué has estado haciendo?

Respuesta. Pues... he completado el año de entrenamiento básico, en la ESA, en Alemania. Hemos tenido todo tipo de asignaturas: biología, medicina, ingeniería, mecánica orbital, entrenamiento de superviviencia, entrenamiento para paseos espaciales, una centrifugadora... hemos hecho test de hipoxia, superviviencia en invierno y en agua... un vuelvo parabólico... y me olvido de muchas cosas.

P. ¿Has hecho entrenamiento militar?

R. Bueno, sobre todo están orientados a ver cómo te manejas con tu equipo en una situación de emergencia. Ten en cuenta que ha habido casos, como el de una Soyuz, que cayó en una zona de montaña y tuvo que sobrevivir hasta que llegase el equipo de rescate. Es también conocerte a ti mismo y saber cómo reaccionas en esas situaciones.

"No se te enseña a ser astronauta, sino a sobrevivir durante un largo tiempo en el espacio"

P. Ser astronauta son un montón de conocimientos unificados, ¿no?

R. Sí. Al final nadie te enseña a ser astronauta, sino a saber sobrevivir en una estación espacial durante seis meses. Tendrás que instalar equipos, reparar los baños, limpiar la nave, hacer paseos espaciales... todos estamos especializados en muchas cosas, pero después cada uno se certificará en una cosa concreta. Este es un entrenamiento general, pero el entrenamiento más específico se hace los dos años antes de que arranque tu misión.

P. ¿Algún aprendizaje que te haya sorprendido?

R. Sí, muchos. Por ejemplo, ayer tuve dos horas de clase para aprender a manejar un aspirador espacial. Y una cosa en la que hacemos mucho hincapié en el uso de los brazos robóticos. Nosotros hemos aprendido a manejar uno que se llama Canadarn.

P. ¿Y ruso? Porque en la Estación Espacial hay cosmonautas.

R. Claro, ya tengo el B2. Tengo que seguir, que es un idioma muy complicado y distinto al español.

P. ¿Y chino?

R. No, chino no. Ahora mismo no hay ningún proyecto de vuelo tripulado con la agencia espacial china.

P. ¿Cuánto llevas viviendo en Houston?

R. Desde mayo. Hemos venido cuatro de los cinco seleccionados, porque los equipos de cuatro son más eficientes.

P. ¿Alguno tiene misión asignada?

R. Sí, Sophie Adenot volará en 2026 y Raphaël Liégeois en 2027. Los otros tres estamos a la espera, pero nos dicen que será antes de 2030.

"Nadie te enseña a ser astronauta, te entrenan para saber sobrevivir en una estación espacial durante seis meses"

P. ¿Hasta cuándo estarás en la NASA?

R. Hasta diciembre. Después volveré a Europa, a Eurocom, donde tengo que aprender a pilotar aviones y aportar mi visión como ingeniero aeronáutico.

P. ¿Cómo es tu día a día?

R. Normalmente tenemos clase de 8 a 5 de la tarde, por bloques. Control térmico, mecánica orbital, fluidos... y luego tenemos que hacer un par de horas de gimnasio, porque es muy importante seguir haciéndolo en el espacio, donde se deterioran mucho los músculos y los huesos. El objetivo es evitar una lesión en el espacio y poner en riesgo la misión y tu salud en la reentrada.

P. Haciendo tanto deporte... ¿no temes lesionarte poco tiempo antes de la misión?

R. Ahora no, porque me faltan más de dos años, pero cuando tenga misión asignada... igual me lo pienso. Pero vamos, al proceso de selección me presenté con la clavícula rota por un guantazo que me di bajando en bici La Camperona, un puertazo que tenemos allí en León.

"Hacemos diez horas de clase diarias y otras dos en el gimnasio"

P. ¿Te has adaptado a Houston?

R. Bueno, sí. Necesito mucho coche para ir a todos los sitios, hace mucho calor y humedad... pasamos mucho tiempo en casa o dentro de algún otro edificio. Pero lo compensas con lo que veo por aquí... ahora mismo, justo frente a mí, tengo el traje de John Glenn... pero claro, el Barrio Húmedo de León aquí no lo tienen (risas).

P. ¿Desde pequeño querías ser astronauta o viste la oportunidad cuando estabas en la universidad?

R. Las dos cosas. Me encanta el espacio desde pequeño, pero claro, uno no se imagina que va a poder conseguirlo hasta que ve la oportunidad.

P. Esta semana te has probado tu traje espacial, ¿cuáles fueron la sensaciones?

R. Me ha sorprendido lo difícil que es meterse en el traje. ¿Sabes que son los mismo 18 trajes que se fabricaron en los 80? Se perdieron algunos en los accidentes del Challenger y el Columbia, pero los demás se siguen manteniendo como si fueran un avión, midiendo el número de ciclo de las piezas y cambiándolas... pero tienen 45 años.

P. ¿A ti el de quién te han dado?

R. Pues lo habrá llevado mucha gente. Eso sí, en mis guantes pone las inciales TM. Conozco a dos o tres astronautas que responden a esas iniciales.

P. Serás uno de los tres españoles que han salido al espacio, junto a López Alegría y a Pedro Duque. ¿Te ves ya como ministro?

R. (Risas) No, no, no me veo en política, aunque uno nunca sabe.

P. ¿Qué es lo que te produce más tensión?

R. Te diría que los exámenes, pero sobretodo las clases operativas. Si tienes un entrenamiento en la piscina, vas a estar ocho horas dentro del agua y tienes que saber muy bien lo que haces. Hay buzos, hay cámaras, hay monitores... muchísima gente, más de 50 personas, que está atenta a lo que haces. Eso se evalúa y puede ser la diferencia entre hacer un paseo espacial o no hacerlo, que es el sueño de todo astronauta. Ahí tienes que dar un poquito más si cabe.

"Me encanta el espacio desde pequeño, pero uno no se imagina que va a poder conseguirlo hasta que ve la oportunidad"

P. Ahora está entrando la iniciativa privada en la carrera espacial. ¿Cómo lo valoras?

R. No es exactamente lo mismo. Hay dos empresas, Virgin y BlueOrigin, que hacen vuelos suborbitales. Están 3 o 4 minutos en microgravedad y regresan. No es lo mismo que lo hacen aquí, que son seis meses o más en la Estación Espacial. De hecho, hay gran debate sobre si alguien que hace un vuelto suborbital es astronauta... sería como decirte que eres marinero porque has ido en un ferry.

Luego está Action, que hace vuelvos de dos semanas a la Estación Espacial. Es el tipo de misión que podría hacer Sara García. Tendría que estar financiado por alguna entidad externa, ya fuera pública o privada, y normalmente están enfocadas a experimentos concretos. Para eso está la figura de los reservistas.

P. Hablando de Sara García, ¿mantienes el contacto con ella?

R. Sí, hablamos todas las semanas, nos llevamos muy bien.

P. ¿Tiene pelusa de tu situación?

R. Sí y no. Porque ella está haciendo un montón de divulgación y le va genial, mientras que yo estoy aquí metido haciendo un entrenamiento durísimo. Estoy seguro de que ella acabará volando en una misión corta. No hay competencias ni envidias, somos amigos.

P. ¿Y tú envidias su popularidad?

R. (Risas) Sí, pero ya tendré oportunidad de salir más, no hay que tener prisa. En cuanto me meta en un cohete, la cosa cambiará. Ahora tengo que estar 100% centrado en la formación, porque el espacio sigue siendo un lugar muy peligroso y hay que estar todo lo preparado que sea posible.