La esperanza de vida aumentará drásticamente en los próximos 40 años

Un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Georgia, en EEUU, asegura que el récord de longevidad, situado actualmente en los 122 años, será superado ampliamente en pocas décadas.

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"En la mayoría de los países que hemos examinado, prevemos que la edad máxima aumentará drásticamente en el futuro", afirma en declaraciones para Live Science David McCarthy, profesor adjunto de gestión de riesgos y seguros en la Universidad de Georgia, y coautor del estudio publicado recientemente en la revista PLOS One. "Esto hará que se batan todos los récords de longevidad en los próximos 40 años aproximadamente".

El estudio

Los investigadores eligieron partir de la fecha de nacimiento en lugar del momento del fallecimiento y analizaron los datos de mortalidad de cientos de millones de personas de 19 países industrializados que nacieron entre el siglo XVIII y el siglo XX, llegando hasta 1969. Para realizar sus cálculos, los investigadores emplearon un modelo matemático que permite explorar la diferencia entre las tasas de mortalidad de personas entre 50 y 100 años con distintas fechas de nacimiento.

Luego, utilizaron esta información para predecir las edades que podrían alcanzar las personas en el futuro. Este modelo sugiere que las tasas de mortalidad aumentan exponencialmente a partir de los 50 años y luego se estabilizan a edades extremadamente avanzadas, explican los investigadores.

El equipo constató que esto sucedía así en la mayoría de los nacidos antes de 1900, pero que las tendencias de la tasa de mortalidad en las personas nacidas entre 1910 y 1950 eran diferentes. Este último grupo mostró un estancamiento de la mortalidad a edades más avanzadas que los nacidos antes de 1900. Además, observaron que no había repuntes repentinos de la mortalidad a edades avanzadas que acompañaran a los descensos de la mortalidad observados a edades más tempranas. Esto, según los investigadores, significa que no hemos alcanzado el máximo de vida humana.

Cerca de batir el récord de longevidad

El récord mundial de longevidad lo ostenta actualmente la francesa Jeanne Calment, que vivió 122 años y 164 días cuando murió. En la actualidad, la mujer viva más anciana de la que hay constancia es la española María Branyas, de 116 años. Mientras que el hombre vivo más longevo es Juan Vicente Pérez, de Venezuela, con 113 años.

"Los registros modernos de longevidad son aún más altos: el récord actual de longevidad humana es de 122 años, pero no ha cambiado desde 1997", explica el Dr. McCarthy. "Subrayamos además que las cohortes nacidas antes de 1950 solo tendrán potencial para batir los récords de longevidad existentes si las opciones políticas siguen apoyando la salud y el bienestar de los mayores y el entorno político, medioambiental y económico se mantiene estable", concluye el Dr. Mccarthy.

"Las mujeres japonesas —que ya están cerca de alcanzar récords de longevidad— están sencillamente a la vanguardia de este fenómeno", escribe el equipo en su estudio. Según el modelo, la japonesa de más edad nacida en 1919 o después tendrá al menos un 50% de probabilidades de vivir hasta los 122 años o más. Y la japonesa de más edad nacida en 1940 o después tiene un 50% de probabilidades de superar los 130 años.

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Aunque hay estudios que sitúan el límite de longevidad en los 150 años, la comunidad científica sigue debatiendo sobre cuál es la mayor edad posible de una persona. El nuevo modelo abarca aproximadamente los próximos 50 años y en sus predicciones no aparece nadie en ningún país que supere los 150 años en ese lapso de tiempo.

Sin embargo, estos cálculos tienen una limitación muy a tener en cuenta: son puramente matemáticos y no tienen en cuenta los factores biológicos del envejecimiento —como que las células de las personas envejecen con el tiempo y provocan enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer o el alzhéimer— ni que los avances médicos pueden alargar la vida aún más en los próximos años.

"La aparición del covid-19 y su enorme efecto sobre la mortalidad de los ancianos constituye una advertencia saludable de que nada de esto es seguro", asegura McCarthy. "Sin embargo, si la edad máxima aumenta, como sugiere la experiencia actual de mortalidad de cohortes incompletas, es probable que las implicaciones para las sociedades humanas, las economías nacionales y las vidas individuales sean profundas".