Hallan un lago perdido donde crece la vida como hace 3.500 millones de años

Según Brian Hynek, "esta laguna podría ser uno de los mejores ejemplos modernos de los primeros signos de vida en la Tierra. Es diferente a cualquier cosa que haya visto o, en realidad, cualquier cosa que cualquier científico haya visto jamás".

Hynek —el geólogo de la Universidad de Colorado Boulder que ha liderado el estudio que se presentará el 11 de diciembre en la conferencia American Geophysical Union, en San Francisco— afirma que esta laguna muestra cómo la vida se desarrolló en la Tierra hace 3.500 millones de años, con un conjunto similar de microbios y condiciones ambientales que construyen los fósiles que podemos encontrar en la actualidad. "Este tipo de entornos modernos pueden ser clave para comprender las primeras formas de vida conservadas en el registro de rocas de la Tierra," asegura el estudio.

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Esta laguna perdida se encuentra en el corazón de Puna de Atacama en Argentina, una altiplanicie a más de 3.700 metros sobre el nivel del mar considerada como uno de los desiertos más secos e inhóspitos para la vida de todo el planeta. Rodeadas de extensas llanuras salinas, y a pesar de la escasez de lluvia y la intensa radiación solar, estas lagunas están llenas de una vida microscópica que crean formas de apariencia rocosa: las estromatolitos.

Viaje en el tiempo

Hynek dice que su experiencia al encontrar este entorno alienígena fue el mayor momento eureka que ha tenido en su vida. La aventura para llegar a este lugar remoto junto con la microbióloga María Farías fue en sí misma una hazaña, un viaje de aproximadamente nueve horas por un camino de tierra, seguido de una caminata bajo el sol abrasador hasta llegar a este remoto lugar.

Allí se encontraron con una vista espectacular, una red de 12 lagunas que extiende sobre 100.000 metros cuadrados rodeadas de montañas estériles. Bajo las aguas cristalinas Hynek pudo ver enormes montículos verdes y forma biológica, algunos de hasta 4,5 metros de ancho. Eran estromatolitos pero su aspecto era diferente a cualquier otro que hubiera visto hasta ese momento, asegura.

Las estromatolitos son comunidades microbianas complejas que forman grandes formas rocosas a medida y crecen de una forma similar a los corales construyendo un arrecife.

Estromatolitos como los de hace 3.500 millones de años

Pero las estructuras encontradas por Hynek son diferentes a las modernas. Son muy similares a las que existían durante la época del Arcaico temprano. La gran diferencia es que las capas rocosas formadas por estas estromatolitos están compuestas principalmente por yeso, un mineral común en muchos fósiles de estromatolitos pero que casi no se encuentra en los estromatolitos modernos.

Hynek y Farías descubrieron que estos ejemplares estaban formados por una capa externa de microbios fotosintéticos llamados cianobacterias y un núcleo rosado rico en arqueas, organismos unicelulares a menudo encontrados en ambientes extremos en la Tierra como las condiciones que se dieron en el Arcaico temprano, cuando el oxígeno era casi inexistente en la atmósfera terrestre.

Según Hynek, creen que estas formas están creciendo realmente a partir de los microbios, que es lo que estaba sucediendo hace 3.500 millones de años. Este descubrimiento no sólo arroja luz sobre cómo pudo haber sido la vida en las primeras etapas de la Tierra, sino que también podría ofrecer pistas sobre cómo pudo haber surgido la vida en Marte, que se parecía a la Tierra hace miles de millones de años.

La conexión marciana

El descubrimiento en Puna de Atacama no es solo una ventana al pasado de la Tierra, sino también una clave potencial para entender la posible vida en otros planetas como Marte. Las condiciones extremas de alta salinidad, acidez y exposición a intensos niveles de radiación solar de estas lagunas pueden ser similares a las que existían en la Tierra primitiva y, posiblemente, en Marte hace miles de millones de años.

De hecho, el título de su estudio es ”Estromatolitos arcaicos en la Tierra moderna con implicaciones para Marte”. Hynek afirma que esto es importante para la astrobiología porque "si la vida alguna vez evolucionó en Marte hasta el nivel de dejar fósiles, habría sido como esto". El descubrimiento puede orientar a los astrobiólogos en la búsqueda de vida en Marte, apuntando a las características que debemos detectar en las rocas marcianas.

La minería de litio amenaza este ecosistema

El gran problema de este ecosistema único es la minería de litio, una de las mayores lacras para el medioambiente en la actualidad. Una compañía ya ha asegurado los derechos de explotación de esta región para la extracción de este mineral, lo que transformará irreversiblemente las lagunas de Atacama.

Hynek advierte: "Este ecosistema único podría desaparecer en cuestión de años". Por eso urge estudiar y, si es posible, proteger este lugar cuanto antes. La investigación de Hynek y Farías es ahora una carrera contrarreloj, no solo para documentar un fenómeno biológico y geológico extraordinario, sino también para preservar una ventana única a una de las etapas más tempranas de la vida en nuestro planeta.