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La OTAN sigue los pasos de Ucrania y Rusia y prepara su propio ejército de robots autónomos
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La guerra de los robots

La OTAN sigue los pasos de Ucrania y Rusia y prepara su propio ejército de robots autónomos

La OTAN ha encargado a una empresa alemana robots militares por valor de 9 millones de euros dentro de su plan para crear una nueva serie de vehículos de guerra sin conductor

Foto: Tres modelos de vehículo terrestre no tripulado Gereon. (ARX Robotics)
Tres modelos de vehículo terrestre no tripulado Gereon. (ARX Robotics)

La OTAN acaba de adjudicar 9 millones de euros a la empresa alemana ARX Robotics para el desarrollo y fabricación de una serie de vehículos terrestres acorazados sin conductor. La alianza lo ha hecho a través de su Fondo de Inversiones de la OTAN, un fondo independiente de capital riesgo dotado con 1.000 millones de euros en el que participan 24 de los 32 países miembros. El acuerdo con ARX Robotics constituye la segunda inversión del fondo desde su lanzamiento el año pasado. La primera, anunciada la semana pasada, fue para iCOMAT, una empresa británica que desarrolla compuestos ultraligeros para los sectores aeroespacial, automovilístico y de defensa a la que le fueron otorgados poco más de 20 millones de euros.

Los nuevos robots que va a desarrollar ARX no irán armados y están diseñados para apoyar a las fuerzas militares terrestres en funciones como el transporte, la evacuación médica o el despliegue de drones. Cada robot se desplaza sobre orugas y puede equiparse con distintas tecnologías como radares o dispositivos de rastreo de minas.

Foto: La piedra de Singapur es una "pesadilla", afirman los arqueólogos. (Singapore Heritage/Roots)

"Los ejércitos de las democracias occidentales no están preparados para la guerra robótica", afirma Marc Wietfeld, CEO y cofundador de ARX Robotics. "Para mejorar significativamente las capacidades de nuestras fuerzas armadas y servir de multiplicador de fuerzas, se necesita una masa crítica interconectada de sistemas terrestres autónomos no tripulados”.

Cómo serán los robots de la OTAN

Todos los robots de ARX Robotic son modulares y se fabrican con componentes estándar, lo que hace que sean fáciles de modificar si se quiere que desempeñen tanto funciones de ataque como de defensa para la alianza. El mayor de sus modelos es el GEREON, un tipo de vehículo terrestres no tripulados (UGV) que puede transportar una carga útil máxima de 500 kg.

Según ARX Robotics, los robots también pueden configurarse fácilmente en el campo de batalla en cuestión de minutos. Pueden comunicarse mediante software e inteligencia artificial y son capaces de funcionar de forma autónoma, aunque también pueden controlarse a distancia si fuera necesario. La empresa alemana ha desarrollado hasta ahora 12 robots, que ya se han probado por los ejércitos de Ucrania, Alemania, Austria, Suiza y Hungría.

placeholder Los robots autónomos como los que tendrá la OTAN. (ARX Robotics)
Los robots autónomos como los que tendrá la OTAN. (ARX Robotics)

Los UGV de ARX son relativamente asequibles comparados con los precios que se manejan habitualmente en la tecnología de defensa. El coste de sus robots oscila entre 30.000 y 150.000 euros cada uno.

“Estos sistemas deben ser fáciles de fabricar de forma descentralizada y desplegables en masa. ARX se compromete a contribuir a la soberanía tecnológica europea ampliando la producción de estos sistemas, generando sistemas definidos por software y desarrollando hardware adaptable para satisfacer la demanda de sistemas no tripulados robustos y autónomos", afirma Wietfeld.

Ucrania: la guerra de los robots

El pasado mes de abril pudimos ver un vídeo que mostraba la primera batalla entre robots de la historia. Sucedió en Ucrania, en un conflicto que arrancó con la invasión rusa hace ya más de dos años y que está siendo el banco de pruebas de lo que será la guerra del futuro. Ambos bandos están usando robots en sus batallas para intentar aliviar el gran número de bajas humanas en ambos ejércitos, sin embargo, su uso está siendo clave para la resistencia ucraniana ante el invasor.

Los UGVs de bajo coste ucranianos rondan los 900 dólares y ya han sido protagonistas en distintas misiones, mientras sus operadores están a salvo en refugios subterráneos a varios kilómetros de distancia. Los UGV logísticos pueden tener un alcance de 40 km y transportar cargas de hasta 600 kg. Algunos modelos, como el Volya-E, el Ratel H o el Termit, se usan para llevar munición a las posiciones de primera línea de combate o evacuar a los soldados heridos durante la contienda.

placeholder La ametrallora a control remoto Moroz. (United24)
La ametrallora a control remoto Moroz. (United24)

También hay varios UGVs armados. La ametralladora fija Shablya M2 es un sistema de defensa que se controla remotamente y reemplaza a los soldados que de otra manera tendrían que hacer largos turnos de vigilancia. También existen otras ametralladoras robóticas que van sobre ruedas como la Lyut y la Moroz. Mientras que los vehículos terrestres no tripulados Ratel-S y Ark-1 alcanzan los 24 km/h y pueden deslizar hasta 40 kg de explosivos bajo un tanque o dentro de un búnker.

El uso de los inhibidores de frecuencia que interrumpen la señal remota entre los robots y sus controladores humanos está obligando también al desarrollo de sistemas autónomos con inteligencia artificial. Estos aparatos son totalmente independientes de los humanos y pueden localizar y atacar a los enemigos por su cuenta.

"Nuestro ejército ya utiliza los robots en primera línea de combate. Tenemos ejemplos de éxito de su uso para demoler puentes utilizados por el enemigo, llevar suministros al frente, evacuar soldados heridos e infligir daños al adversario", explica Nataliia Kushnerska, jefa de operaciones de Brave 1, la plataforma de innovaciones de defensa del gobierno ucraniano, en declaraciones para The Telegraph. "Confiamos en que los vehículos terrestres no tripulados se conviertan en la próxima revolución en la guerra, al igual que ya lo han sido los drones. Es nuestra respuesta asimétrica a la ventaja numérica del enemigo".

La OTAN acaba de adjudicar 9 millones de euros a la empresa alemana ARX Robotics para el desarrollo y fabricación de una serie de vehículos terrestres acorazados sin conductor. La alianza lo ha hecho a través de su Fondo de Inversiones de la OTAN, un fondo independiente de capital riesgo dotado con 1.000 millones de euros en el que participan 24 de los 32 países miembros. El acuerdo con ARX Robotics constituye la segunda inversión del fondo desde su lanzamiento el año pasado. La primera, anunciada la semana pasada, fue para iCOMAT, una empresa británica que desarrolla compuestos ultraligeros para los sectores aeroespacial, automovilístico y de defensa a la que le fueron otorgados poco más de 20 millones de euros.

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