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El plan para descifrar el mayor enigma arqueológico después de los jeroglíficos
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La Piedra de Singapur

El plan para descifrar el mayor enigma arqueológico después de los jeroglíficos

Esta antigua piedra contiene inscripciones parciales en un lenguaje desconocido que no tiene igual en toda la historia conocida de la civilización humana

Foto: La piedra de Singapur es una "pesadilla", afirman los arqueólogos. (Singapore Heritage/Roots)
La piedra de Singapur es una "pesadilla", afirman los arqueólogos. (Singapore Heritage/Roots)

Un equipo de científicos se está preparando para revelar el contenido del misterio más indescifrable de la arqueología utilizando inteligencia artificial. La Piedra de Singapur, descubierta en 1819 en la desembocadura del río Singapur, contiene una inscripción en un lenguaje indescifrable que no tiene ningún paralelismo con nada de lo que hemos visto en la historia de la humanidad hasta ahora. Tanto que ha dejado sin habla a los expertos en lenguas muertas desde su descubrimiento.

La inscripción en esta roca arenisca —el único fragmento del monolito original depositado ahora en el Museo Nacional de Singapur— se remonta a algún momento entre los siglos X y XIV. Sus orígenes siguen siendo totalmente especulativos, aunque los arqueólogos creen que potencialmente es un producto del imperio Majapahit o de algún rajah del sur de la India. Pero, a pesar de los esfuerzos de numerosos lingüistas e historiadores, nadie sabe ni qué es realmente ni lo que dice. De hecho, en los dos siglos desde su descubrimiento, la Piedra de Singapur es considerada ahora la mayor pesadilla posible para los lingüistas.

Foto: Los investigadores crearon vigas con capas alternas de baldosas de cemento hexagonales y un polímero natural. (Universidad de Princeton)

Un gran dolor de cabeza

Según el Dr. Francesco Perono Cacciafoco —investigador principal del proyecto actual que quiere descifrar su contenido usando modelos de inteligencia artificial— el problema principal para descifrar la inscripción es que el fragmento de texto es demasiado pequeño. "Para descifrar un sistema de escritura sin descifrar (así como para descifrar un cifrado para el que no tenemos la clave), el requisito esencial es tener suficiente texto disponible", afirma Perono. A diferencia de los jeroglíficos egipcios o la escritura cuneiforme —todas con un número prácticamente interminable de ejemplos en tablas de barro, piedras y papiros— la Piedra de Singapur tiene solo una pequeña parte de un texto, que además permanece parcialmente oculto por la erosión.

Como apunta el blog The Debrief, los registros históricos revelan que fue en 1837 cuando el político William Bland y el filólogo James Prinsep hicieron copias dibujadas a mano de sus inscripciones e intentaron decodificarlo. Los dos fracasaron en el intento. El 'fundador' del Singapur moderno, Sir Stamford Raffles, también intentó decodificar el texto sin éxito. Después, el monolito original fue destruido y los fragmentos se perdieron, dejándonos con el trozo actual y un gran dolor de cabeza para los investigadores modernos.

placeholder El lugar marcado como 'Rockypoint' es donde se erigía el monolito de tres por tres metros ahora destruido.
El lugar marcado como 'Rockypoint' es donde se erigía el monolito de tres por tres metros ahora destruido.

Perono y su equipo de la Universidad Tecnológica de Nanyang se han aliado con la Universidad Xi'an Jiaotong-Liverpool en China para usar una herramienta de inteligencia artificial llamada Read-y Grammarian, desarrollada por el ingeniero y matemático Colin Loh. Esta IA es capaz de analizar un texto según la forma y el tamaño de los caracteres, los patrones de erosión y la posición de los grupos de símbolos repetidos, ‘inventándose’ las letras perdidas hasta que tenga sentido.

Según Perono, los filólogos ya hacen este proceso "a mano" con manuscritos antiguos, reutilizando palabras de otras partes del texto basándose en el contenido identificable. Sin embargo, Perono dice que la IA garantiza que el análisis no tenga los sesgos personales que pueden afectar a los investigadores humanos para así llegar a una conclusión científica adaptada a la realidad.

Misión (casi) imposible

La piedra original era de tres metros por tres metros, codificando de 50 a 52 líneas de texto. Los fragmentos supervivientes, sin embargo, son insuficientes para los análisis de frecuencia integrales y el reconocimiento de patrones. Para solucionarlo, el equipo está haciendo lo mismo que los proyectos de recuperación de ADN de animales extinguidos realiza con mamuts o tigres de dientes de sable, que insertan cadenas genéticas de animales parecidos para intentar recrear la secuencia original. En el caso de la piedra, el equipo usará datos de otros idiomas conocidos de la región, como el Kawi y el Pali, como puntos de referencia. Alimentar a la IA con una gran cantidad de patrones en esos idiomas, piensan, ayudará a la IA a hacer las predicciones correctas o, por lo menos, ponerles sobre la pista para resolver el enigma.

"Si el sistema de escritura de la Piedra de Singapur es realmente único y se desarrolla solo para la Piedra en sí, y si el lenguaje oculto detrás de ella es un lenguaje 'aislado', sin ningún vínculo con ningún otro lenguaje conocido, descifrarlo sería imposible. Pero un caso así sería muy, muy, muy, muy, muy poco probable", asegura Perono. En otras palabras: parece una misión casi imposible, pero factible.

Un equipo de científicos se está preparando para revelar el contenido del misterio más indescifrable de la arqueología utilizando inteligencia artificial. La Piedra de Singapur, descubierta en 1819 en la desembocadura del río Singapur, contiene una inscripción en un lenguaje indescifrable que no tiene ningún paralelismo con nada de lo que hemos visto en la historia de la humanidad hasta ahora. Tanto que ha dejado sin habla a los expertos en lenguas muertas desde su descubrimiento.

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