El proyecto faraónico de Arabia Saudí se desmorona como un castillo de naipes

Neom parece estar entrando en barrena. Los problemas continúan en el megaproyecto megalomaniaco del príncipe heredero saudí y, después de conocerse sus problemas financieros, cancelación de proyectos y reducción de población estimada (entre otras muchas noticias y rumores sobre su potencial colapso financiero), se acaba de paralizar la inversión de 10.000 millones de dólares entre Neom con la empresa danesa de transporte DSV debido a la falta de aprobaciones reglamentarias.

Esta asociación, que estaba programada para comenzar en el segundo trimestre de este año, se ha pospuesto ya que DSV espera los permisos de los gobiernos de Egipto y Arabia Saudí Esto último parece algo totalmente incomprensible cuando el príncipe había dado la orden para usar fuerza letal para eliminar a la población nativa que se resista a abandonar el territorio del proyecto. Según un representante de DSV, "Neom es un proyecto extenso en el que DSV formará parte de una empresa conjunta para las soluciones logísticas en general. Como hemos dicho anteriormente, requiere una serie de aprobaciones regulatorias, que desafortunadamente están tardando más en obtenerse de lo que esperábamos".

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DSV insiste en que mantiene su compromiso con el proyecto Neom para proporcionar servicios de transporte mientras ‘espera que la empresa conjunta esté plenamente operativa’.

Neom es la piedra angular de la Visión 2030 de Arabia Saudí, el proyecto de Mohammed bin Salman Al Saud que quiere diversificar la economía de la nación y reducir su dependencia del petróleo. Un proyecto que, desde fuera, parece sumido en una crisis total gracias a todos los problemas logísticos, operativos y financieros que ha sufrido. A principios de este año supimos que las estimaciones de población de The Line, el eje central de Neom, se habían reducido debido a los problemas financieros.

Aún peor: el coste estimado de Neom ha aumentado a 1,5 billones de dólares, superando con creces las proyecciones iniciales. Este aumento ha puesto de relieve la gran dificultad del reino árabe para generar el capital y atraer la inversión extranjera necesaria para completar un proyecto que cada día parece más descabellado e imposible.

El fondo soberano de Neom —destinado a financiar una parte significativa del proyecto, ha experimentado un agotamiento sustancial— según el Wall Street Journal, apuntando a que los activos disminuyeron aproximadamente en tres cuartas partes hasta los 15.000 millones de dólares, el nivel más bajo desde diciembre de 2020. Para cubrir el déficit, el gobierno de bin Salman ha emitido dos grandes ofertas de deuda pública y ha recurrido a préstamos para mantener sus ambiciosos planes de gasto.

El problema es que la caída de los precios del petróleo y el aumento de la tasa de interés sobre los préstamos están poniendo al proyecto contra las cuerdas.

Según Karen Young, investigadora del Instituto de Oriente Medio y de la Universidad de Columbia, "muchos de los grandes proyectos pueden ralentizarse o detenerse a medida que aumentan los costos y se evalúa su eficacia".

Posible colapso financiero

Young apunta a que es probable que Arabia Saudita continúe inyectando fondos en estos proyectos hasta 2030 pero que muchos se abandonarán en el camino. Otros se reducirán radicalmente, como The Line, el buque insignia de Neom. Diseñado por Morphosis, The Line iba a ser un rascacielos horizontal con una longitud de 170 kilómetros y medio kilómetro de altura. Se esperaba que costase un billón de euros pero ahora hemos sabido que esta barbaridad arquitectónica se verá reducida a la décima parte de su tamaño original.

Otros proyectos dentro de Neom son Epicon, dos rascacielos residenciales y hoteleros de lujo diseñados por 10 Design; Oxagon, una ciudad portuaria flotante creada por BIG, centrada en la producción de hidrógeno y la fabricación moderna; y Aquellum, un rascacielos invertido diseñado por Lava and Name Architecture, construido dentro de una montaña y accesible solo por submarino. Sindalah, un complejo isleño de lujo diseñado por Luca Dini Design and Architecture, contará con hoteles, apartamentos, villas e instalaciones recreativas.

También está Trojena, una estación de esquí y complejo deportivo de lujo diseñado por múltiples firmas, incluida Zaha Hadid Architects, que se supone albergará los Juegos Asiáticos de Invierno en 2029.

Toda esta ambición y lujo desmedido —o el que quede después de los recortes— no saldrá gratis a nivel humano. Ya ha tenido serios impactos socioeconómicos, como la reubicación forzada de las tribus locales bajo amenaza de muerte en el acto.

En otras palabras, quizás habría que alegrarse que las pirámides del príncipe heredero acabe en el mismo lugar de donde no tenía que haber salido: la basura.