Los Oscar se quedan 'mudos' con el sonoro triunfo de la francesa 'The Artist'

Desde el triunfo de Alas, de William A. Wellman, hasta el de The Artist, de Michel Hazanavicius, han pasado 84 años. Solo dos películas mudas se han hecho con el máximo galardón en la ceremonia de los Oscar a lo largo de la historia y, curiosamente, ha ocurrido en la primera y la última edición. Cierra Hollywood un ciclo con la ceremonia de ayer, que viene a constatar que el cine postmoderno está condenado de por vida al pastiche, a la cita, al homenaje.

Elegimos mal, pero copiamos bien. Toda vez que la Academia española ha tomado prestado el formato americano, al margen del presupuesto -nosotros no pudimos pagar al Circo del Sol-, poco tiene que envidiar la ceremonia de los Goya a la de los Oscar. Billy Crystal estuvo en su sitio, como de costumbre, y se sacó de la manga -o del guión- ciertos chistes de altura, pero la gala de ayer tuvo las mismas carencias de ritmo y sentido del espectáculo que la versión española el sábado pasado, solventadas en algunos casos, eso sí, por la mayor presencia de pompa y fulgor escénico.