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La reina que le fue infiel a Dinamarca
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La reina que le fue infiel a Dinamarca

Comienza Un asunto real haciendo un homenaje velado a la María Antonieta de Sofía Coppola, con un encuentro en el bosque entre dos miembros de la

Comienza Un asunto real haciendo un homenaje velado a la María Antonieta de Sofía Coppola, con un encuentro en el bosque entre dos miembros de la realeza que aún no se conocen y que están condenados a ser marido y mujer por imposición estamental. Cuando la joven inglesa Carolina Matilde llegó a Dinamarca comprometida con el rey Christian VII estaba abocada a la más absoluta soledad. Si María Antonieta encontró en la vida palaciega francesa un complemento lisérgico a su ya de por sí libertina personalidad, en el caso de Matilde, casada con un pelele en manos de la nobleza danesa, un rey con la edad mental de un niño de diez años, su desdicha pasaría por el encierro.

La vida del rey y la reina toma otro cariz cuando un médico prusiano llega a palacio. El intelectual se ganará la confianza del monarca primero y más tarde de su esposa. A él le entretendrá las tardes y a ella las noches. Y juntos formarán una especie de triunvirato que gobernará Dinamarca durante un tiempo aplicando las ideas de la Ilustración, para hartazgo de la nobleza escandinava, desplazada del poder por las habilidades de seducción de un simple doctor de origen alemán. Pero el médico que leía a Voltaire acabará por corromperse y esa será la percha para que el director y guionista de la cinta, Nikolaj Arcel, un ‘ahijado’ de Lars Von Trier, cree un thriller político con tintes románticos sobre la lucha desigual que establecieron en Dinamarca los resortes del Antiguo Régimen y las luces (y sombras) de la razón ilustrada.

Todos los hechos de este controvertido episodio de la historia danesa están narrados de una manera realmente solvente, gracias a un guión resolutivo en este sentido, aunque no sepamos en ningún momento hasta dónde llegan las licencias poéticas e históricas de sus hacedores. El problema de la cinta, el único que realmente atesora, pero que es cardinal, es que no muestra la misma facilidad para bucear en los sentimientos encontrados de sus personajes ante los acontecimientos convulsos que protagonizan. El drama existe, pero es lineal, producto del argumento, nunca latente.

A veces la cinta resulta un poco cansina, pues cae por momentos en el acartonamiento y el manierismo, lo que le otorga un color y una cadencia lastimeras muy ‘oscarizables’, fue de hecho nominada al Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa. Lo mejor sin duda son las interpretaciones de sus actores protagonistas: Alicia Vikander y sobre todo Mads Mikkelsen. Aunque su historia de amor acerque a ratos el metraje a las cantinelas románticas (sin caer nunca en la sensiblería, eso sí) de las novelas de Jane Austen y sus posteriores adaptaciones cinematográficas, lo cierto es que la película encuentra en los dos actores la mejor materia prima para hacer creíble y entretenido un thriller político que dura demasiado.

Comienza Un asunto real haciendo un homenaje velado a la María Antonieta de Sofía Coppola, con un encuentro en el bosque entre dos miembros de la realeza que aún no se conocen y que están condenados a ser marido y mujer por imposición estamental. Cuando la joven inglesa Carolina Matilde llegó a Dinamarca comprometida con el rey Christian VII estaba abocada a la más absoluta soledad. Si María Antonieta encontró en la vida palaciega francesa un complemento lisérgico a su ya de por sí libertina personalidad, en el caso de Matilde, casada con un pelele en manos de la nobleza danesa, un rey con la edad mental de un niño de diez años, su desdicha pasaría por el encierro.