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"¡¿Pero esto qué es?!": Miguel Lago pierde los nervios y Sonsoles Ónega tiene que cortar su inocentada
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DIVERTIDA INOCENTADA

"¡¿Pero esto qué es?!": Miguel Lago pierde los nervios y Sonsoles Ónega tiene que cortar su inocentada

La presentadora tuvo que impedir que el cómico se marchara indignado del plató de Antena 3

Foto: Sonsoles Ónega y Miguel Lago, en 'Y ahora, Sonsoles'. (Antena 3)
Sonsoles Ónega y Miguel Lago, en 'Y ahora, Sonsoles'. (Antena 3)

Hoy, 28 de diciembre, nadie está a salvo de caer en una inocentada, y sino que se lo digan a Miguel Lago. El cómico se las prometía muy felices en Y ahora, Sonsoles, realizando continuos chascarrillos sobre Froilán, pero todo el público acabó riéndose de él, confabulado con el programa para someterlo a una broma por la que incluso amenazó con abandonar el plató.

Ónega introducía un vídeo en el que se aseguraba que la ciencia ha dictaminado que 90 segundos son suficientes para hacerse una primera impresión sobre una persona, motivo por el cual se levantaba hacia la grada para preguntar a algunos de los asistentes sobre los presentes en el plató. Tras hablar de las personas que estaban a su lado, una de las jóvenes cargaba directamente contra Lago: "El personaje ese... me parece un pringado, del montón. Como comediante no vale la pena".

placeholder Sonsoles Ónega y Miguel Lago, en 'Y ahora, Sonsoles'. (Antena 3)
Sonsoles Ónega y Miguel Lago, en 'Y ahora, Sonsoles'. (Antena 3)

"Me ha clavado. Lo respeto porque habla la voz de la experiencia. Busca a uno que le caiga bien yo", se revolvía Miguel, encajando con sorna el duro golpe recibido. Tras ella, otro chico se lanzaba contra él: "Me cae mal, y por una lista muy larga de razones. Principalmente, porque parece que se cree superior a los demás, está todo el tiempo llamando la atención. Es muy pesado".

"No ha dicho una mentira, te lo tengo que reconocer", aseguraba el humorista, manteniéndose cordial ante los ataques. En la misma línea se manifestaba otra pareja, por lo que Sonsoles optaba por volver a su mesa, lamentándose: "No he acertado, lo siento muchísimo porque Miguel es una persona excepcional. Miguel, yo te quiero, estás cosas pasan".

"Ahora que, de repente, tenga que cambiar yo mi personalidad por los comentarios de tres desconocidos... ¡Esto es como una tarde en Twitter!", bromeaba Lago, que apostaba por levantarse para conseguir algún apoyo entre el público. Todos se quedaban helados, una reacción ante la que él tiraba la toalla, marchándose del plató. La presentadora saltaba como un resorte, yendo detrás de él y suplicándole que se quedase porque iban a conectar con una neuróloga. Así lo hacía: "No, si ahora tendré yo un problema neurológico también".

La supuesta experta, que en realidad formaba parte del equipo del magacín, elevaba el tono contra Lago al tratar de explicar por qué le habían valorado tan negativamente: "De primeras, Miguel tiene unas facciones duras que nos llevan a que nos caiga mal en una primera impresión, con esa barba negra tan poblada o esas cejas gruesas. Ese pelo tan oscuro hace que de primeras nos caiga mal, tirando a fatal. Todo esto según la ciencia".

Foto: Miguel Lago en 'Y ahora, Sonsoles'. (Atresmedia)

"¿Pero esto qué es? ¡¿Pero esto qué es?!", soltaba el cómico, ya indignado por la sucesión de malas críticas. Ante su cabreo, Sonsoles Ónega optaba por cortar ya la inocentada: "Esto se nos está yendo de las manos". Antes de que el público enseñase sus carteles con el típico muñeco de "inocente", el micro abierto de Miguel Lago dejaba a las claras su malestar por la situación: "¡Qué cojones de doctora!".

La gente en plató le hacía ver que todo se trataba de una broma, y su semblante cambiaba por completo. Ya más relajado, aseguraba no haber sospechado absolutamente nada: "Me la he comido entera", reconocía para regocijo de sus compañeros, que le hacían ver el cariño que le han cogido en el poco tiempo que lleva el formato en antena.

Hoy, 28 de diciembre, nadie está a salvo de caer en una inocentada, y sino que se lo digan a Miguel Lago. El cómico se las prometía muy felices en Y ahora, Sonsoles, realizando continuos chascarrillos sobre Froilán, pero todo el público acabó riéndose de él, confabulado con el programa para someterlo a una broma por la que incluso amenazó con abandonar el plató.

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