"No pasa nada": se lleva un gran chasco con su cita antes de abandonar 'First Dates'

Isabel y Carlos parecía que iban a salir de la mano tras su velada en First Dates. Sin embargo, un giro inesperado en la contestación del soltero hizo sorprendernos a todos. A pesar de su buena vibración trasmitida durante la noche y todas las cosas en común, él no quiso volver a verla para algo más serio.

Carlos ha acudido al restaurante de Carlos Sobera después de 15 años de soledad. Se considera poeta, y por eso quiso dedicarle unas breves palabras para que Isabel se encontrase con un primer detalle antes de sentarse a conocerse. Un gesto que entusiasmó sobremanera a la mujer, que iba buscando alguien similar al presentador, para su desgracia, ya que no se parecía en nada con su tocayo.

"Bueno. Isabel tendría que perdonarme. Yo no"

Todo parecía fluir a la perfección. Costumbres, aficiones y formas de pensar, como lo de ir despacio y reprender el modelo 'aquí te pillo, aquí te mato', los unió más que los separó durante la cena. Sin embargo, todo dio la vuelta antes de que abandonasen el establecimiento de Cuatro.

"Las cosas tan rápidas no nos gustan. En ese aspecto hemos coincidido también", dijeron los dos comensales casi al unísono, antes de que el redactor del programa formulase la consabida pregunta del final de la velada que, en esta ocasión, lo cambió todo por completo.

Primero se lo preguntaron a ella. Isabel sí quiso repetir: "Si él quiere, yo sí. Por mi parte, sí", contestó bastante segura, a pesar de que durante la cena hubo una serie de detalles que no terminaban de ajustarse a su forma de vida.

"Bueno. Isabel tendría que perdonarme. Yo no", respondió Carlos, por sorpresa. Aunque, al verle la cara de impactada que se le quedó a ella, reformuló su contestación dejándole claro que, por supuesto, le gustaría volver a reencontrarse con ella para tomarse otra copa de vino y seguir conversando.

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Á. R

"Eso es, generalmente, lo que yo también pienso", interrumpió Isabel, algo achantada, intentando salvar su anterior entrega al soltero. "Me resta decirle que lo siento. De verdad que lo siento", repitió Carlos, algo apurado por cómo la vio reaccionar a ella. "¡No, hombre! ¿Por qué? ¡Qué tontería! No tienes por qué sentirlo, has sido muy sincero y has dicho lo que pensabas", remató ella.