"No quería tenerme": Bárbara Rey se desarma sin consuelo al narrar los malos tratos de su madre

La protagonista de Una vida Bárbara ha tenido que dejar de hablar durante unos instantes, mientras relataba el durísimo tiempo de su infancia con su madre. Bárbara Rey y su hermana han hecho memoria de los peores momentos vividos en su casa, con palizas y desprecios de quien les dio la vida.

"Supuestamente, por lo que mi madre me contó, yo no debería estar en este mundo", empezó revelando la vedette, en uno de los momentos más duros de esta serie documental creada por Atresplayer Premium y emitida en abierto en Antena 3. Después de ensalzar la figura de su padre, con numerosas anécdotas con él hasta el día de su muerte, cuando tocó hablar de su madre, tanto el tono como el contenido cambió por completo.

"Hizo un montón de cosas para no tenerme: coger mucho peso, bajar las escaleras sentada, meter los pies en agua hirviendo..."

"Mi madre era una ama de casa extraordinaria. La casa más limpia, la comida extraordinaria, íbamos guapísimos siempre y superlimpios, y mi padre igual. Pero, en cambio, ese cariño que necesitas de una madre, ese afecto, que hable contigo, que te comprenda, o por lo menos lo intente, nunca lo tuvimos. Ni un beso ni nada", cuenta Rey.

Sin embargo, el punto más imponente del relato llegó cuando compartió con todos los telespectadores que quien la trajo al mundo intentó perderla: "Mi madre no quería tenerme, y cuando se enteró estuvo llorando, se llevó el disgusto del siglo. Hizo un montón de cosas, que ella me contó a mí, para no tenerme: coger mucho peso, bajar las escaleras sentada, meter los pies en agua hirviendo...".

Pero, hubo más. Una vez nacida, el trato no fue mucho mejor: "Conmigo y con mi hermana hubo un maltrato físico y psicológico", "Alguna paliza se me ha quedado grabada, aunque fuese muy pequeñita", relatan las dos, aunque, de alguna manera, excusándola por su enfermedad psicológica que la llevó incluso a estar ingresada.

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Á. R

"Me acuerdo menos de los malos tratos míos que de los de mi hermana. Porque para mí mi hermana es como si hubiese tenido una hija pequeñita. No podía ver que le pegara a mi hermana con cuatro añitos, se la quitaba de las manos", concluye la madre de Ángel y Sofía Cristo secándose las lágrimas de la cara.