"No sé si reír o llorar": nueva huida al baño en 'First Dates' en mitad de una cita desastrosa

"Me gusta mucho salir con las amigas. Tanto, que a veces me desentiendo un poco de las entregas de la uni". Así se ha presentado Marta ante los espectadores de First Dates este miércoles, 10 de mayo. Tras dos relaciones fallidas, ambas de dos años y medio, la joven de 26 años no ha perdido la esperanza en el amor, aunque tiene claro lo que desea en un chico. O, más bien, lo que no: "No me gusta nada que se crea el centro del universo, que se crea único e irremplazable".

Desde luego Alfredo, también de 26 años, no pecaba de eso. "Es la primera vez que tengo una cita de este estilo y, como soy tímido, me corto", ha comentado el barcelonés a los redactores del dating show de Cuatro, ya que, desde los primeros minutos de cita, han primado los diálogos de ascensor y los silencios incómodos.

Marta llama a una amiga: "La cita va mal, fatal. Qué chico tan parado"

Ya en el restaurante, tras una breve conversación sobre sus mascotas, los dos solteros volvían a enmudecer. "Él responde blanco o negro, pero no da más tema de conversación. Parece casi un interrogatorio", ha valorado la de Tarragona. La cosa no ha mejorado cuando el programa de citas ha propuesto a los concursantes jugar al rasca del amor.

Para más inri, el reto comenzaba con una pregunta de lo más picante, "¿eres activo o pasivo en la cama?". "Esa la respondo fácil, porque soy virgen. No he encontrado a la persona con la que dar ese paso", asumía el cartero, si bien a su compañera no parecía importarle: "El hecho de que sea virgen ni me tira para atrás, ni es algo concreto que remarcar. Si no lo ha hecho es porque no ha encontrado el momento".

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M. Moreno

La administrativa no podía soportar más la monotonía de la cita, así que, con un escueto "ahora vengo", ha informado a Alfredo de que debía ir al baño. Al igual que una participante en una de las entregas de First Dates de la semana pasada, lo de Marta era solo una excusa para llamar por teléfono a una amiga y ofrecerle la última hora de la velada.

"Ay, por favor. Mal, fatal. No sé si reír o llorar, porque me he tomado un mojito y puede ser el efecto, pero qué chico tan parado. Va a ser que no, pero me ha venido bien hablar contigo y quitarme los nervios", ha confesado la catalana, que ya tenía su decisión final más que tomada: "No quiero tener una segunda cita, hemos tenido momentos de silencio. Nos ha faltado ese interés, el querer saber más de cada uno".