"Tengo que respetarlo": un soltero, hundido por lo que le dice su cita en 'First Dates'

Carlos se las prometía muy felices con su cita en First Dates. No llegaba quizá con demasiadas pretensiones, pero lo cierto es que Carmen le entraba rápidamente por el ojo. Tanto que no dudaba en abrirse de inicio ante ella, confesándole algunas cosas dolorosas de su pasado con la intención de que ella sintiera su interés porque surgiera algo entre ambos.

No sucedía, ya que la soltera hubiera preferido ser un poco más escuchada y, aunque agradecía que este compartiera con ella cosas tan personales como el fracaso de su matrimonio o su grave enfermedad ya superada, no veía un futuro con él. Se lo dejaba entrever, pero este estaba tan embelesado que no terminaba de ver las señales que esta le lanzaba.

A punto de terminar la velada juntos, Carlos tanteaba a su cita para ver qué impresiones se había llevado: "Te veo muy bien, muy guapa, me has caído muy bien", le reconocía. Carmen, en cambio, solo le devolvía un "tú también eres muy agradable" que debiera haberle resultado revelador en este punto, pero el soltero no realizaba la interpretación correcta de sus palabras.

Aun así, aprovechando que la camarera les daba un par de chupitos para brindar, él le lanzaba un guante: "Por nuestra relación. ¿Te parece bien?". Ella asentía, sin mucho entusiasmo, una actitud que dejaba nuevamente a las claras lo que sucedería en La decisión final.

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N. Costas

Pero en este momento de la velada, Carlos ya estaba seguro de sí mismo y confiando, como dejaba clara su sentencia ante el equipo del programa: "Hemos compaginado en muchos temas. Ha habido mucha complicidad en muchos asuntos. Dudo que me dijera que no. Si lo hiciera, me llevaría un chasco, la verdad".

Y finalmente era eso lo que sucedía. El joven no dudaba en darle una segunda oportunidad, y más de una: "Claro que me gustaría tener una segunda cita. Una y dos, bajar a Valencia, que ella suba a Barcelona, irnos conociendo poquito a poquito, con su espacio, como ella quiere. Sin prisa, pero sin pausa".

Carmen, en por su lado, se cerraba en banda: "Creo que tengo que ser sincera, debo serlo. La verdad que ha sido todo impecable en la cena, pero me ha faltado la chispa que venía buscando. Con la distancia la chispa es difícil que se despierte", concluía, para sorpresa de Carlos.

Su cara era un poema, no se esperaba el rechazo de su cita. Completamente decepcionado, a Carlos no le quedaba otra cosa que resignarse: "No sé. Pensaba que había habido más afinidad. Pero bueno, si no se puede... Cada uno piensa de una manera. Yo tengo que respetar lo que ella piensa", sentenciaba, bastante tocado por las inesperadas, aunque anunciadas, calabazas.