El afilado recadito de Nacho Abad a Rubiales, tras su polémico beso a la jugadora de la Selección Femenina

El histórico primer triunfo de la selección española femenina de fútbol para nuestro país ha sido tristemente empañado por el beso robado de Luis Rubiales a Jenny Hermoso. Una polémica que han tratado en el programa En boca de todos, donde Nacho Abad ha querido enviarle una tajante propuesta al protagonista.

Mucho antes de que el presidente de la real federación española de fútbol pidiese públicamente disculpas, sobre todo por ser instado a hacerlo por el Ministro de Cultura y Deportes en funciones, Miguel Iceta, Rubiales tuvo una reacción mucho menos amable ante los medios. En una charla con la cadena COPE, llegó a tachar de "tontos del culo" a los que criticaban su beso "sin mala fe" a la jugadora en la entrega de medallas.

"Lo que has hecho no me gusta nada. Me parece una barbaridad"

Un comentario que ha provocado que muchos pidan la inminente dimisión de sus cargos, al igual que ha indignado a tantos otros, como ha sido el caso de Nacho Abad: "Rubiales, yo soy tonto del culo, porque lo que has hecho no me gusta nada. Me parece una barbaridad".

Un sentir que han compartido casi todos los analistas de la mesa del programa de Cuatro, donde, entre otras cosas, el presentador quiso recalcar que a Jenny Hermoso, "¡no le ha gustado! ¡No lo ha pedido!", en clara alusión al beso. También ella quiso quitarle peso poco después en los medios de comunicación, instando a que no se le diera más importancia.

Antes de finiquitar el tema, Abad ha lanzado un último recado al mandamás del fútbol español: "Luis Rubiales, que este tonto del culo está dispuesto a entrevistarte cuando tú quieras y que te explique y poderte plantear qué es lo que pensamos de ti y por qué pensamos eso de ti. Las imágenes son altamente elocuentes. Estamos esperándote aquí, por si quieres hablar".

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No si antes restregarle ante los telespectadores el desplante que en alguna ocasión tuvo con él en su labor como periodista: "Alguna vez ya me has vetado y no has querido hablar conmigo, pero que la invitación es seria y firme". Un rotundo órdago que llegaba pocos minutos antes de que Rubiales hiciese públicas sus disculpas con un tono infinitamente más amable y cabizbajo que el primero.