"Tranquilito": una soltera le para los pies a su cita de 'First Dates' por ser "demasiado lanzado"

Manuel es un prejubilado de Barcelona que estuvo casado 38 años. El soltero dinamitó su matrimonio cuando le fue infiel a su exmujer. El catalán reconoció que aún se arrepiente de este desliz. Sin embargo, Manuel sigue en su búsqueda del amor, por este motivo acudió a First Dates. El comensal afirmó que quería encontrar a "una española de verdad" y, ante esto, el dating show de Mediaset le organizó una cita con Ana, una limpiadora que quiere disfrutar de la vida.

En cuanto Manuel vio a su cita, la llenó de halagos. El soltero le repitió en numerosas ocasiones lo guapa que era. Sin embargo, Ana no sintió ese "flechazo" por el prejubilado: "Lo he visto como muy mayor, como muy antiguo", reconoció la limpiadora al equipo de Cuatro. Tras una breve presentación, ambos pasaron a una mesa para conocerse mejor.

Durante la cena, Ana confesó que lleva divorciada 11 años y que en su matrimonio no fue muy feliz. Por este motivo, ahora la limpiadora quiere disfrutar de la vida. Ante esto, Manuel intentó conquistarla, prometiéndole llevarla a la playa y a bailar. Además, el soltero fue muy claro con sus intenciones: "Me gustaría tener una pareja estable. Conocernos, tener una buena amistad y, si llega el amor, pues adelante".

Tampoco cesaron los piropos de Manuel hacia su cita: "Cuando te he visto, he pensado 'Madre mía, qué bombón'. Estás muy bien de físico", le dijo el soltero a Ana, recalcando lo "guapa" y "alegre" que era. El prejubilado incluso llegó a cogerle la mano a su cita mientras cenaban, por lo que llegó un momento en el que la comensal comenzó a sentirse abrumada: "Es demasiado lanzado. A este hombre le dejas un momento y te lleva a la cama", reconoció la limpiadora ante las cámaras de First Dates.

Ante tantos planes de futuro, Ana le paró los pies a Manuel y le informó de que ella estaba buscando conocer a alguien "poco a poco": "No quiero un aquí te pillo, aquí te mato", sentenció la soltera. Cuando la cita estaba llegando a su fin, los comensales pasaron a un reservado para disfrutar del postre en tranquilidad. El programa de Cuatro les propuso darse un beso y, aunque Ana estaba un poco reticente, finalmente aceptó el reto.

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Algo que le gustó mucho a Manuel, ya que le gustan "las mujeres españolas que nunca dicen que no y que no tienen ningún tabú". En la decisión final, el prejubilado respondió que tendría una segunda cita con Ana. La soltera también aceptó tener un segundo encuentro con el catalán, pero le lanzó un aviso: "Hay que ir poco a poco. Yo te he visto un poquito muy lanzado. Hay que conocerse", le dijo la limpiadora al comensal, cogiéndolo de la mano con un "tranquilito".