"Soy una potra salvaje": se lleva un tremendo chasco en 'First Dates' al preguntarle a su cita por una cuestión sexual

Jesús es un sastre jubilado de Madrid que lleva soltero 10 años porque no quiere cuidar de los niños de sus posibles novias. El soltero acudió a First Dates en busca de una "una compañera de viaje" que no tenga que ocuparse de sus nietos. Ante esto, el dating show de Mediaset le concertó al pensionista una cita con Ana María, una limpiadora jubilada de Barcelona que vive la vida con energía y entusiasmo.

La pensionista sintió un "flechazo" al ver a Jesús: "Me ha gustado que tenga pelo y no tenga barriga. Me ha gustado mucho el hombre", reconoció la catalana al equipo de Cuatro. Tras una breve presentación, los solteros pasaron a una mesa para conocerse mejor. Durante la cena, Ana María no dejó de hablar y de detallar todas las aficiones que tiene. La soltera le dijo a su cita que le encanta bailar todo tipo de bailes, desde flamenco a la danza del vientre.

"Todo lo que sea mover el culo, es lo mío", declaró Ana María, señalando que, cuando sale de fiesta, nunca consigue ligar porque no puede dejar de bailar. Cuando Jesús consiguió tomar el turno de palabra, confesó que compartía numerosos intereses e inquietudes con su cita. El jubilado destacó que también es una persona muy activa, algo que le encantó a la barcelonesa: "A mí la edad no me importa, pero necesito que la persona esté bien porque yo soy una potra salvaje", afirmó Ana María ante las cámaras de Mediaset.

Además, la jubilada quiso dejarle muy claro a su cita que es "una persona muy activa en todos los aspectos de su vida". Ana María acabó yendo al grano y le preguntó a Jesús cómo es en el terreno sexual. "No sé, he perdido la práctica. Tendría que comprarme un manual para saber qué debo hacer. Yo en la cama solo pongo las sábanas", le respondió el soltero a su cita, que reconoció que no ha vuelto a practicar sexo desde que se quedó soltero hace 10 años.

Aunque esto no supuso un problema para Ana María, que señaló que, si coge confianza en el sexo, puede "levantar a un muerto". Tras esto, los solteros se tomaron el postre en una sala reservada, por lo que la pensionista se animó a bailarle la danza del vientre a su cita. Jesús se quedó sorprendido con la actitud de la soltera, ya que nunca una mujer le había bailado algo tan sensual.

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D. Robles

Ana María tuvo claro que le había gustado a su cita, por lo que, cuando llegó la decisión final, la pensionista respondió que quería tener una segunda cita con Jesús. Sin embargo, el jubilado le dio unas buenas calabazas: "Yo podría tener una cita más con ella como amigos. La distancia implica para mí grandes cosas", argumentó el soltero. Sin embargo, la barcelonesa no perdió la fe de conquistar a Jesús en un futuro.