María Patiño: "Dicen en Telecinco que ahora van con educación... yo siempre pregunté sin insultar, no soy una maleducada"

Hace exactamente una semana que se estrenó de forma online y gratuita Ni que fuéramos Sálvame. El nuevo giro del irreverente formato televisivo que brilló durante trece años en Mediaset España y que, a pesar de su cancelación y ser repudiado por el grupo, les ha prohibido ahora usar la palabra Sálvame. De esta forma, María Patiño lleva las riendas de Ni que fuéramos.

Ante el lanzamiento de esta arriesgada apuesta de entretenimiento producida por Fabricantes Studio, desde El Confi TV, la sección de televisión de El Confidencial, hemos tenido la ocasión de charlar en exclusiva con la periodista reconvertida en presentadora. Que tras ser sustituida de Socialité a finales del pasado año, regresa con energías renovadas y las ganas de demostrar que sabe hace buena televisión.

María, nuevo programa entre manos, ¿cómo tienes ideado llevarlo?

Voy a seguir el camino que he seguido siempre. Hay líneas editoriales, eso lo tengo claro, pero yo solo sé contar las cosas de una manera. A mí no me hables de color blanco, verde, con censura... si yo tengo una noticia te la voy a contar igual sea la hora que sea o el lugar en el que esté. Pero el único límite que vamos a tener es el de la ley. Porque aquí demandas tienen todos los medios de comunicación. Todos.

Pero por lo que no quiero pasar es por la ofensa gratuita. Una vez llamé tonta a alguien que no te quiero dar el nombre porque no me cae bien y me sentí como mal. Pero en verdad me gusta estar rodeada de gente anárquica porque yo también lo soy.

Dicen que vais a volver al humor...

A mí eso me cuesta más. Soy muy payasa cuando quiero, pero lo de 'vamos a divertirnos...', bueno, será si me da la gana. Quizá ese día no es divertido. Lo que creo es que no hay que forzar nada. Habrá días en los que la actualidad o las situaciones entre nosotros marque tensión y otros en los que se descontrolará todo un poco más.

"Me gustaría que el público por lo menos viese que me esfuerzo en mi trabajo"

¿Vas a estar pendiente de las críticas y lo que se comente?

Sí. He hecho una reflexión y siempre he visto y leído de todo a lo largo de mi vida, pero hay cosas que ya son innecesarias porque son previsibles y las veo venir según el medio. Gracias a Dios, la mayoría no tienen una fijación. Y los que la tienen, ya no los sigo. Pero respecto a este experimento, como no hay audiencia en sí, me provoca curiosidad. Y a veces los comentarios y apreciaciones me ayudan a pensar y analizar.

¿Qué percepción crees que tiene el público sobre ti?

Te juro que no lo sé. Lo que me gustaría es que por lo menos viesen que me esfuerzo en mi trabajo. Que me lo tomo en serio, con independencia de que no guste. Quiero pensar que alguien me valorará como profesional del medio. Me considero una obrera de toda esta historia, pero no sé bien que llega sobre mí.

María, cuando acabó Sálvame, te embarcaste en Sálvese quien pueda en Netflix no muy convencida, ¿cómo lo ves ahora?

Fue una experiencia muy buena. La disfruté. He estado pensando sobre por qué lloraba tanto y es porque estaba muy cansada, sensible... soy muy emocional. Ha sido como un proyecto aislado. Lo hice, me divertí, pero no lo tenía tan claro porque podía desvirtuar un poco lo que yo quiero hacer en esta profesión.

Aunque soy cero prejuiciosa para hacer cualquier cosa y gracias a esto he podido llegar a presentar otros programa más allá de Sálvame. Como el Mediafest. No tener prejuicios me ha permitido ser más versátil. También por aprender a reírme de mí misma y no encasillarme aunque los demás lo hagan. Lo importante es lo que yo sienta.

"Si no hemos funcionado en Netflix es porque no se ha ofrecido lo que el público demandaba"

Vuestra aventura en la plataforma finalmente no contó con el apoyo del público...

Lo que sé oficialmente es que la segunda parte, la de México, no funcionó, pero la primera sí. Hubo una diferencia brutal de una a otra. Y por lo que me han asegurado, Netflix se ha responsabilizado de haber dividido la temporada y de la falta de promoción de la segunda parte. Yo lo simplifico todo en la vida y directamente no funcionó. Esto de echar culpas... no. Si no ha funcionado es porque no ha ofrecido lo que el público demandaba.

Venías del final de Sálvame, que al final lo llevaste en gran parte tú, ¿cómo lo recuerdas?

Soy muy pasional y muy intensa, pero cuando hay problemas... no sé si es un método de protección, pero soy muy serena. Me lo tragué todo y me enfoqué en el programa que tenía que hacer. Cuando frené me di cuenta de que no solo tenía cansancio físico, también emocional. Me hubiese gustado que las cosas hubiesen sido de otra manera, no me gustó el cómo y se generó un entorno donde veías que la gente venía triste, pero hasta doy las gracias por este parón porque me ha venido a nivel personal muy bien. Y no quiero que suene cínico.

Es que creo que no hubiese pedido el descansar porque me cuesta trabajo frenar. Me frenaron y lo aproveché. Pero me costó trabajo disfrutar del tiempo libre, alucina.

Poco después llegó tu final en Socialité, ¿fue menos dramático?

Me lo veía venir. De hecho, no tuve el valor de tomar yo la decisión de marcharme. Me dejé llevar porque con el equipo estaba muy a gusto y sé que me hubiera arrepentido de dejarlo por mi propio pie. Cuando me lo dijeron, que al menos me lo dijeron en persona, me dio pena porque fue un bebé que yo también cree. Tan solo les di las gracias por darme mi sitio profesional y decírmelo a la cara en un despacho.

Durante un tiempo dejé de ver la tele porque necesitaba desconectar. Si yo veo algo, necesito verlo todo y ya empiezo a analizar. Y me dio por hacer autodefinidos [risas]. Estaba tan agotada... es verdad que he tenido mucha suerte en la profesión y no he parado nunca. Y gracias a mis ahorros decidí dedicarme un poco a mí. Creo que no hubiese sido bueno ponerme a trabajar de forma tan inmediata.

"Quizá algún día tengo una meta profesional, pero a mí los trenes siempre me han pasado muy rápido"

María, ¿tienes una meta profesional marcada?

No, nunca la he tenido. Quizá algún día la tengo, pero a mí los trenes siempre me han pasado muy rápido. Yo he estado en la estación y no me ha dado tiempo a decidir el destino. No sé qué puede pasar porque fíjate dónde estamos y dónde estábamos. Lo que sí me gusta mucho es contar la actualidad, me pone mucho el directo. Estoy casi segura de que yo un concurso lo haría bastante mal porque no me interesa. El secreto es que te interese a ti para transmitírselo a los demás.

¿Cómo crees que se está contando ahora esa actualidad en la nueva Telecinco?

Tienen una línea distinta a la nuestra. Lo que sí recuerdo es preguntar, tanto como colaboradora como presentadora, siempre sin insultar a nadie. A veces hablan de que ahora se andan con educación y particularmente no me he sentido nunca maleducada.

Al final qué más da lo que yo diga si ellos están contentos y siguen incidiendo en ofrecer ese menú. Ellos sabrán. Yo soy de las que piensa que si el menú no se me acaba a las tres de la tarde, al día siguiente lo cambio, para que se me agote. Más que nada porque si yo estoy vendiendo pollo quiero darle salida para que no se me pudra.