Verónica Sánchez, ante el infierno psicológico de 'Ángela' y el maltrato: "Con la ficción no es suficiente"

Atresplayer continúa reforzando su apuesta por la ficción. Tras ofrecer de forma gratuita durante los meses de verano algunas de sus series juveniles como Red flags, la continuación de Los protegidos o UPA Next, la plataforma bajo demanda de Atresmedia estrena este domingo, 14 de julio, Ángela, la adaptación española de uno de los últimos éxitos seriéfilos en Australia.

Al frente de este thriller y de la compleja historia de maltrato de la protagonista se encuentra Verónica Sánchez, que promete un viaje a través de la psicología del personaje. "Es el mismo que vas a hacer tú como espectador, viajas con ella", asegura la actriz en una entrevista exclusiva con EL CONFI TV sobre el intenso desarrollo de la serie, de 6 capítulos y 50 minutos de duración.

Ante el posible impacto social de la serie, Verónica afirma que, como actriz, aspira a "mostrar una historia concreta sobre un personaje que sufre algo que es una lacra social", deseando que la ficción, que próximamente se verá en Antena 3, provoque que los espectadores se "planteen preguntas". "Creo que eso es lo que nos hace llegar a fuertes conclusiones", explica ante el estreno de Ángela.

PREGUNTA: ¿Cómo ha sido este viaje de un año desde que se anuncia tu participación en la serie hasta ahora, con el estreno?

RESPUESTA: Cuando me llamaron para este proyecto me pareció una oportunidad estupenda, el personaje me parecía muy interesante. Tenía ganas de volver a trabajar con Tito López-Amado, a quien conocí hace años, que dirigió uno o dos capítulos en una serie en la que yo estaba, allá por el 2011. Entonces, tenía muchas ganas de coincidir con él y el personaje me pareció un auténtico caramelo.

Empezamos con encuentros en Madrid, hablando mucho de la serie, de que era la adaptación de una serie que ya existía, en qué queríamos parecernos y en qué queríamos diferenciarnos, desde dónde íbamos a narrar la serie. Ahí fuimos todos metiéndonos poco a poco y ya culmina la cosa cuando llegamos a Bilbao y nos encerramos en esa pequeña 'capsulita' que es un rodaje. Vives para rodar y para cuando sales de rodar, hablar de lo rodado y de lo que vas a rodar al día siguiente, o sea, se vuelve todo un poco obsesivo, pero muy bonito.

P: ¿Cuáles son esas diferencias con la versión australiana de la serie?

R: Sobre todo el punto de vista narrativo, creo que la otra serie se centra más en el thriller y esta tiene un ambiente más opresivo, psicológico. La serie es un viaje a la mente de Ángela y, cuando ella duda de sí misma, tú como espectador dudas de ella porque todo lo ves a través de sus ojos y eso me parece que es lo más novedoso que tiene la serie y que hace que dos proyectos con el mismo guion sean totalmente distintos.

P: ¿Cómo ha sido el proceso de preparación del personaje de Ángela?

R: Ha sido difícil de hacer. La mujer maltratada y la mujer que, en cierto momento de la serie, empieza a creer que tiene problemas psicológicos graves y que no sabe si realmente lo que ocurre, ocurre de verdad o está solo en su cabeza. Entonces, es una especie de viaje también hacia la locura del personaje.

Es una mujer totalmente desestabilizada, aislada, estresada. Eso requiere mucha energía por parte de quien va a interpretarla y me ha dejado extenuada pero feliz también.

P: ¿Dirías que ha sido de los papeles más duros de tu carrera?

R: Ha sido uno de los difíciles. No diría el más duro porque es difícil escoger solo uno, y las últimas series que he hecho también me han llevado a lugares de muchísima tensión, pero me he dado cuenta de que me encantan esos personajes con tanta arista, con tanta capa, con tantos reveses. Son muy ricos de interpretar.

P: Ángela viene de ser un éxito en Australia, ¿hay presión por repetir ese éxito aquí en España?

R: Siempre que haces un proyecto quieres que funcione, ojalá. Yo lo que quiero es que nos haya quedado bien, que sea una buena serie, que la gente diga 'jo, qué proyecto más interesante, más bonito'. Que plantee preguntas, que te lleve a lugares y luego ya lo que ocurra con el público, obviamente quiero que vaya bien, pero no te lo puedes plantear.

P: ¿Crees que esta serie puede ayudar a que mujeres se sientan representadas con el personaje de Ángela y denunciar a su maltratador?

R: No lo sé, ojalá. Plantearte algo así cuando vas a hacer ficción… Para que una mujer se plantee denunciar a su maltratador, creo que con la ficción no es suficiente. Necesitan garantías de que su vida no corre peligro, de que va a ser protegida, de que haya un tejido social para sostenerla una vez que salga de ese infierno.

Entonces, yo como actriz puedo aspirar a mostrar una historia, no una realidad, sino una historia concreta sobre un personaje que sufre algo que es una lacra social y ojalá eso sirva para que, como espectadores, nos hagamos preguntas en la vida, porque creo que eso es lo que nos hace llegar a fuertes conclusiones. Pero creo que una mujer maltratada necesita algo más que una serie para dar un paso tan importante.

P: ¿Cómo ha sido reencontrarse con Daniel Grao en Ángela?

R: Estábamos felices porque en Sin Identidad, es verdad que compartimos serie, pero prácticamente no compartíamos trama. Los dos hablábamos de que quizá tuvimos una secuencia o dos juntos, entonces nos hemos cogido con ganas. Me ha pasado con Lucía Jiménez también, que hace muchos años que no trabajábamos juntas desde Los dos lados de la cama. Ha sido bonito coincidir con ellos y han hecho un trabajo fantástico además.

P: ¿Has encontrado alguna similitud en el personaje de Ángela con otros de tu carrera?

R: Quizá tenía puntos en común con Alejandra de El embarcadero y con Coral de Sky Rojo, por eso de ser esos personajes que están siempre en una cuerda floja, entre la locura y la cordura, entre un sentimiento y el contrario, quizá a las que más, aunque eran muy distintos. Personajes que ya no saben muy bien qué suelo pisan, son los más inestables que he interpretado, probablemente.

P: ¿En qué se diferencia esta serie de otras?

R: Quizá su punto más diferenciador es que te va a hacer viajar a través de los ojos de Ángela y, en algún momento, justo cuando ella va a empezar a dudar de sí misma, tú como espectador también vas a empezar a dudar de ella y vas a sentir que igual tienen razón los demás y no ella, porque ella deja de ser fiable. Y ese viaje que emprende Ángela para saber si todo lo que ocurre está en su cabeza u ocurre fuera, es el mismo que vas a hacer tú como espectador, viajas con ella.