Hablemos del final de la tercera temporada de 'Élite' (y su agujero de guion)

Este texto contiene 'spoilers' de la tercera temporada de 'Élite'

La tercera temporada de 'Élite', estrenada el pasado viernes 13 de marzo, devolvió a sus seguidores las dosis de misterio, fiestas y sexo a las que Dario Madrona y Carlos Montero, creadores de la serie, acostumbraron a los suscriptores de Netflix de medio mundo. Un nueva tanda de capítulos marcada por la muerte de Polo, pero también por las nuevas relaciones entre sus protagonistas: romances, triángulos amorosos y amistades insospechadas confluyeron en un final con sabor agridulce.

El asesinato de Polo sacudió Las Encinas en su noche gloriosa. El baile de graduación ponía fin a un curso convulso, y lo hacía sacando la mejor cara de sus protagonistas, unidos para salvar a Lucrecia. Ella fue finalmente la autora del homicidio de Polo al clavarle el cuello de una botella rota de champán durante un forcejeo involuntario en el baño, pero sus compañeros decidieron dar la cara por ella y permanecer unidos para que Polo no pudiera hacerles más daño, evitando así que trastocase irremediablemente su futuro.

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"Somos una familia", asegura Lu, y así lo demuestran: todos y cada uno de ellos, dejando sus diferencias a un lado, agarran el arma homicida para dejar sus huellas en ella, impidiendo que puedan incriminar a su compañera. Lo mismo hacen con sus declaraciones, dando pistas falsas acusándose unos a otros con el fin de despistar completamente a la policía (que, seamos francos, no necesita mucho para andar perdida, como lleva demostrando tres temporadas).

El problema viene cuando, con el fin de incriminar al mismísimo Polo para que parezca un suicidio, Rebeka entretiene a los policías que custodian el cadáver mientras Cayetana coloca las huellas de este en la botella. "Ojalá hubiese sabido cómo quererte mejor", le susurra en un bonito cierre para su historia, con tan mala suerte que ella misma se clava la botella y mancha de sangre tanto el cadáver como el arma.

Todo el plan arruinado por un pequeño gesto, podrían creer muchos espectadores, pero nada más lejos de la realidad. La incompetencia policial parece manifestarse de nuevo, ya que dos meses después vemos cómo la vida continúa para Guzmán, Samuel y compañía, con el último plano de la temporada dejando claro que Cayetana sigue libre (y trabajando como limpiadora en el instituto, abriendo la puerta a su continuidad).

¿Cómo es posible que la policía pase por alto un detalle tan importante? ¿Es que directamente no se le realiza ningún tipo de autopsia a Polo tras la ronda de interrogatorios y se compra la tesis del suicidio? Vale que 'Élite' no se ha caracterizado a lo largo de estas tres temporadas por buscar la verosimilitud, y dentro de esta premisa podemos comprar que Lucrecia logre irse de rositas, pero lo de Cayetana es surrealista (por no decir bochornoso).

Si se le da la suficiente importancia como para tratar de despistar al espectador en un capítulo anterior con esa secuencia en la que Cayetana oculta a la policía el goteo de su herida abierta, la misma consideración debería tener en el desenlace. Pasarlo completamente por alto en la resolución resulta más que un cabo suelto, un error de bulto.

Algunos espectadores pueden optar por creer que esta será una forma de dar continuidad al misterio en la cuarta temporada, una teoría que no parece tener consistencia dada la marcha de Lucrecia a New York y el carpetazo que se da a la investigación con la confesión de las madres de Polo. Cayetana sigue libre dos meses después, por lo que parece que 'Élite' pasará página en su cuarta temporada abriendo nuevos caminos de la mano de los alumnos repetidores y sus recién estrenados compañeros; y con ellos los espectadores, dejando atrás un patinazo que no empaña la poderosa despedida del grupo con ese emotivo sacrificio colectivo.