'Nasdrovia'(Movistar+): la gran comedia negra que tanta falta hacía en España

Quien diga que la manida crisis de los 40 no le ha removido algo por dentro, miente como un bellaco. A esa edad, el que más y el que menos se ha planteado qué hacer con su vida o cómo cambiarla, ya sea poniendo un puesto de pulseras en la playa, apuntándose a clases de taichi que no sabe ni lo que es, o matriculándose en un curso de orfebrería a distancia, con el que aprender a hacer botijos. Todo con tal de sobrevivir a la hastiada cuarentena.

Sin embargo, intentar levantar la autoestima y el amor propio con semejantes giros copernicanos no siempre sale bien. Es lo que les ocurre a Edurne (Leonor Watling) y a su exmarido y socio Julián (Hugo Silva), los protagonistas de 'Nasdrovia' (la nueva serie de Movistar+) cuando, junto a un extravagante cocinero llamado Franki (Luis Bermejo), deciden abrir un restaurante de comida rusa y abandonar su acomodada profesión de abogados.

Su nuevo proyecto gastronómico de vida se convierte en un delirante y desternillante 'thriller' desde el mismo momento en que la mafia rusa se 'adueña' de su local y les hace partícipes de cada uno de sus rocambolescos y arriesgados embolados. Cuanto más intentan alejarse de estos peligrosos delincuentes, más se les complica la existencia.

Ironía, cinismo, humor negro y drama se entrecruzan con frecuencia en cada capítulo

Delirante comedia negra

Pocas veces antes se había hecho en España una comedia tan negra y divertida, al más puro estilo 'Fargo' (Movistar+) o 'Barry' (HBO). Los mafiosos de 'Nasdrovia', adaptación de la novela 'El hombre que odiaba a Paulo Coelho' de Sergio Sarriá y dirigida por Marc Vigil, recuerdan y mucho a los peligrosos asesinos a sueldo de aquellas emblemáticas series: torpes, brutos y eslavos sin demasiadas luces. Todos ellos arrancan poderosas carcajadas, generadas por disparatados entuertos en los que se huye a toda costa del chiste fácil.

Las histriónicas y surrealistas desventuras por las que atraviesan los protagonistas funcionan a la perfección gracias a un humor cotidiano, urbano y cercano al espectador. Edurne y Julián, llevados al límite por estos mafiosos del tres al cuarto y con más miedo que vergüenza en sus cuerpos, sueltan por esa boca deliciosas estupideces una tras otra, muy bien trabajadas desde un sólido guion.

'Nasdrovia' no sería lo mismo sin esa Leonor Watling en uno de los mejores y más divertidos papeles de su vida

El mayor acierto de 'Nasdrovia', además del guion y la dirección de actores, es la presencia de Leonor Watling para la que, desde ya, pedimos más comedias. Edurne es una mujer aparentemente fuerte y segura de sí misma que, sin embargo, no deja de meter la pata. Cada vez que se dirige a cámara implicando a los telespectadores en sus desgracias y desdichas, tal y como en su día ya hicieran Phoebe Waller Bridge en 'Fleabag' o Kevin Spacey en 'House of Cards', resulta descaradamente divertida, trágica y cínica a la vez. La actriz consigue que funcione a las mil maravillas la complicada técnica de la cuarta pared.

Nada sería lo mismo además 'Nasdrovia' sin el cuarteto de rusos que tiene aterrados a los protagonistas. Kevin Brand (Yuri), Yan Tual (Vasili), Michael John Treanor (Sergei) y, por encima de todos, Anton Yakovlev (Boris), cada uno en su estilo, interpretan magistralmente a unos mafiosos muy poco comunes que lo mismo hablan de series que de sus vidas amorosas o del lado humano que hay detrás de sus sangrientos asesinatos. El que menos destaca de todo el reparto es Hugo Silva, más por culpa de un personaje sin grandes registros que por una mala interpretación.

Movistar+ ha vuelto a hacer con 'Nasdrovia' una gran serie, a la altura de anteriores comedias como 'Mira lo que has hecho' o 'Vergüenza'. La cadena está en racha. A ninguno de sus últimos estrenos españoles, 'Antidisturbios', 'La Unidad' o 'La línea invisible', se le puede poner un pero. Y a 'Nasdrovia', que estrena doble capítulo semanal a partir del 6 de noviembre, mucho menos.